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[Perú] Jornada de lucha del 15E y Paro nacional textil del 22E

La protesta que esconde la clase dominante (y su mass media)

Fuentes: Rebelión

La Jornada de Lucha de la CGTP del 15E Mientras que la población está en vilo por la crisis del régimen político producido por el lavajato affaire y la «guerra civil» en las alturas entre el vizcarrismo y el aprofujimorismo, ahora por la filtración del Acuerdo de delación premiada con Odebrecht y con titulares de […]

La Jornada de Lucha de la CGTP del 15E

Mientras que la población está en vilo por la crisis del régimen político producido por el lavajato affaire y la «guerra civil» en las alturas entre el vizcarrismo y el aprofujimorismo, ahora por la filtración del Acuerdo de delación premiada con Odebrecht y con titulares de prensa por doquier al respecto, el martes 15E, Lima y el resto de regiones del país, se vio teñida de banderas rojas y blancas, que cargaban con altivez, miles de trabajadoras/es, por la marcha nacional convocada por la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), contra el paquetazo neoliberal y antilaboral denominado Política nacional de Competitividad y Productividad -PNCP- (aprobado antidemocráticamente, el 31/12/18, entre gallos y medianoche).

La PNCP expresada en el D.S. 345 -2018-EF, plantea reducir las vacaciones a 22 días; elimina el derecho a reposición de las y los trabajadores despedidos de forma arbitraria; elimina la remuneración mínima vital, al crear «remuneraciones mínimas» diferenciadas por rama de actividad y provincias; condiciona el pago de utilidades al «desempeño laboral» del trabajador y perenniza el régimen especial de la agroindustria en el que las y los trabajadores; entre otras vulneraciones a los derechos laborales.

Por esta razón, miles de trabajadores salieron a marchar el 15E. Algunos hablan de 10 mil y otros de 20 mil solo en Lima, llegando fácilmente a los 100 mil a nivel nacional. A diferencia de la lucha anticorrupción que tiene una composición más de clase media y juvenil, esta protesta tenía una composición más obrera y sindicalizada y antagónica al gobierno, y por lo mismo, no contó con el apoyo de la corporación mediática.

Los obreros del andamio se convirtieron en la columna vertebral del movimiento con unos cuantos miles (superando así el paralelismo sindical aprista y el sicariato que se llevó la vida de varios dirigentes). Pero también estaban trabajadores municipales (el sindicato SITOBUR en pie de lucha por el pase a planillas que dio visto bueno el Tribunal Constitucional, pero que el municipio capitalino le niega), de mayólicas Celima, textiles, canillitas, FENTASE, FENTUP, SUTESAL, FENUTTSA, FENTAP, CUT, etc. Todos arengando contra el paquetazo antilaboral y la derogatoria del DS 345 -2018-EF, así como por la necesidad de un Paro Nacional, que se debatirá en la Asamblea de Delegados de la CGTP el 15/02.

El Paro nacional textil del 22E

Contó con una columna compacta y bien disciplinada de aproximadamente 2000 obreras/os a las 10:00 am en la Plaza 2 de mayo, que partió hacia el Ministerio de Trabajo cerca de las 11:00 am, siendo obstaculizados por la policía en todo momento y bloqueados en la avenida Wilson, cuadras antes de llegar al objetivo trazado.

A nivel nacional (La Libertad, Arequipa, Pisco, etc.), salieron otros miles más bajo la dirección de la Federación Nacional de Trabajadores Textiles del Perú (FNTTP).

Al final, la clase obrera llegó al Ministerio, arengando las consignas «estamos en las calles por culpa de Vizcarra», «decreto laboral, decreto patronal», «Ministra escucha, textiles están en lucha».

Luego, una comisión de 10 dirigentes sindicales, junto al sec. gral. de la FNTTP, Ahmed Albujar y el secretario de defensa de la CGTP, Gustavo Minaya, subieron a una reunión, que después de «paseos» por parte de los funcionarios del mismo, se entrevistaron con la Viceministra de la institución, a quien le plantearon sus demandas principales, como la derogatoria del D.S. 345 -2018-EF. Luego, se dirigieron al Congreso de la República y al Ministerio de Economía y Finanzas para seguir con su Jornada de protesta.

Desde la caída de la dictadura hasta la actualidad, la economía peruana ha venido creciendo gracias a la demanda internacional de minerales (básicamente), denominando a este período el boom de los minerales, mientras que los salarios de las obreras/os se mantenían casi estáticos (manteniendo la ley del «cholo barato»). Sin embargo, por el carácter semicolonial de nuestra economía y la guerra comercial entre China y EE.UU., la tendencia al alza de las tasas de interés y la caída de la demanda de minerales, ha ralentizado la economía peruana disminuyendo el margen de ganancia de las grandes empresas y profundizando el déficit fiscal que llega alrededor de los $8 000 millones y que el FMI pone como condición disminuir si el Perú quiere seguir siendo sujeto de crédito y no integrar la lista de países «riesgo país».

Una batalla decisiva en medio de una guerra política en las alturas

No cabe duda que el Paro ha sido una inspiración. Asistimos a una nueva dinámica de la lucha de clases, con la clase obrera en recomposición, como un nuevo actor político, que la gran coalición entre la administración Vizcarra, la clase dominante y sus Mass Media, quiere esconder. No obstante, la voluntad de lucha (a pesar que va el descuento a su salario), del movimiento obrero, como se ha comprobado ayer, es vigoroso.

Las condiciones para la victoria están dadas no solo por la predisposición del proletariado para luchar sino porque la casta política se encuentra dividida y con temor al Acuerdo con Odebrecht, que, en esta pugna en las alturas, los bandos quieren manejar o en su defecto petardear para evitar que la crisis del régimen político se profundice y se imponga la consigna original que las masas aclaman «que se vayan todos».

A esto hay que agregar que las contradicciones que auparon al poder a Vizcarra, están saliendo a la superficie como sucede con la mentira sobre su vínculo empresarial con Odebrecht a través de Conirsa o la denuncia que le quiere abrir la congresista Vilcatoma al mandatario por conflicto de intereses al no haber renunciado a su empresa siendo ministro de transportes. Otro problema que tiene Vizcarra es que al ser un semibonapartista y concentrar todo el poder político (con un gabinete mediocre, es decir sin peso político propio), también corre el riesgo de cometer exabruptos políticos, que le puede costar caro.

Un Plan de lucha para conquistar la victoria

Sin embargo, hay algunas limitaciones, por parte del movimiento obrero, que son importantes superar. Si son más de 100 mil obreros textiles solo en Lima, urge dotarse de una estrategia política mediática para convocar a la mayoría de estos conectando con su corazón, coraje y su «bolsillo» (pintas en las calles con firma de la FNTTP), obras culturales, piquetes informativos en puntos y horas estratégicas, etc. También es importante ampliar el Plan de Lucha para conquistar las simpatías de los jóvenes desempleados y desocupados por la crisis.

Enfatizar que esta lucha también es una lucha contra la violencia a la mujer, en este caso a la más humillada (tienen que esconderse si son embarazadas o no realizarse con libertad si quieren tener hijos), para ganar las simpatías del movimiento Ni Una Menos.

A la vez, la clase obrera, tiene la tarea de despercudirse de los vizcarristas asolapados que «terruquean» a la clase obrera cuando quiere luchar contra éste gobierno pro yanqui y pro patronal. Estos elementos siempre se van oponer a la independencia política de la clase proletaria argumentando que no es lo mismo el aprofujimorismo que el vizcarrismo.

En otras palabras, elaborar un Plan de Lucha como Comité de Lucha Sindical y Popular, donde se convoque seriamente a todos los sectores golpeados por el paquetazo del vizcarrismo neoliberal (con campaña de agitación en todos los espacios), organizando el verdadero Paro Nacional desde las bases, y así romper con la lógica de la lucha contra la corrupción entre los dos bandos neoliberales que al final se pueden unir para cerrar el paso a los únicos que van a luchar consecuentemente contra la corrupción y por una sociedad con justicia social: La clase obrera.

O la más grande de las victorias o la más grande de las derrotas. El proletariado textil tiene de nuevo la palabra.

César Zelada. Director de la revista La Abeja (teoría, análisis y debate).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.