Traducido del ruso por Carlos Valmaseda
El primer ministro de la República Popular del Donetsk, Aleksandr Boroday, ha informado de que en los planes de la dirección de la RPD no entra la nacionalización de las empresas del millonario Rinat Akhmetov. Actualmente se celebran conversaciones con él, informa RIA Novosti.
«No se habla de su nacionalización. Nosotros no tenemos ninguna relación con los comunistas, que cogen y nacionalizan cosas. Nosotros respetamos el derecho a la propiedad privada», dijo Boroday.
Según las palabras del primer ministro, Akhmetov ha hecho mucho por el Donbás y tiene autoridad en la región, y las recientes declaraciones del empresario invocaron «la amenaza de una pérdida de capital, problemas con Europa, la posibilidad de sanciones, el deterioro de la capitalización de sus activos».
«Él no empezó la revolución y no organizó aquí la guerra civil. Y no financió a los militantes. Por eso intentamos ponernos de acuerdo con él y vemos sus declaraciones, muy nerviosas, con tranquilidad», subrayó.
Boroday piensa que las conversaciones de los representantes del millonario con los poderes de la RPD muestran que la posición de Akhmetov no es definitiva. Al mismo tiempo el primer ministro consideró erróneas las declaraciones del empresario contra la RPD, y también su negativa a pagar impuestos a la «república».
Anteriormente el millonario ucraniano, dueño del grupo de compañías System Capital Management, Rinat Akhmetov, informó de su negativa a pagar impuesto a la RPL, y también llamó a los trabajadores de sus empresas a hacer huelga contra los poderes de la autoproclamada república. En respuesta a la «reluctancia de los oligarcas a pagar impuestos», el portavoz del Consejo Supremo de la RPD, Denis Pushilin, informó del inicio de la nacionalización de las empresas regionales.
El 25 de mayo la residencia del empresario fue tomada bajo la protección de la comandancia militar del Donetsk hasta el final de las conversaciones entre el gobierno de la república y representantes del empresario. Akhmetov se encuentra actualmente fuera del país.
-A primera vista parece que la dirección de la RPD se lanza de un lado a otro: al principio informa del inicio de la nacionalización, después promete la inviolabilidad de la propiedad privada, incluida la de los oligarcas que se han puesto del lado de Kiev -dice el director del Instituto de Globalización y Movimientos Sociales Borís Kagarlitski-. Pero las oscilaciones en la cuestión de la nacionalización, como en otras cuestiones (de la interpretación de la «Internacional» en los actos oficiales a la promesa de introducir la ortodoxa como religión oficial obligatoria) reflejan las contradicciones dentro de la dirección de la república y al mismo tiempo los intentos de este gobierno de acomodarse a una situación cambiante. Y aquí no se trata solo de las visiones diferentes entre «izquierdistas» y «derechistas». Por un lado, la parte conservadora de la dirección se opone con todas sus fuerzas a las medidas radicales. Por otro, estas medidas no se dictan tanto por las exigencias de los radicales como por las necesidades que surgen del mismo curso de los acontecimientos.
Akhmetov declara contra la RPD, lo amenazan con la nacionalización; entra en conversaciones, le prometen que no habrá nacionalización. Contradicciones semejantes fueron características de la mayor parte de las revoluciones espontáneas (baste recordar aquí la Comuna de París o España en los años 36-39), pero ahora se agravan más por la terrible confusión ideológica en la cabeza de la gente: consecuencia de 25 años de propaganda reaccionaria. Sin embargo no hace falta ser un profeta para predecir que el desarrollo del movimiento de masas y la confrontación que se profundiza con las élites de Kiev conduce a la radicalización. Boroday puede aspirar a evitar las nacionalizaciones, pero la elección es modesta. O la república pone bajo control a las empresas, o estas, como Akhmetov, se comerán a la república junto con su primer ministro.