La medida contempla el robo de todo tipo de objetos de valor excepto los anillos de boda, los teléfonos móviles y los ordenadores portátiles. El gobierno del conservador Lars Løkke Rasmussen del partido Venstre (Partido Liberal Danés) tiene un sentido de la justicia democrática en el capitalismo muy particular: la propiedad privada solo ha de […]
La medida contempla el robo de todo tipo de objetos de valor excepto los anillos de boda, los teléfonos móviles y los ordenadores portátiles.
El gobierno del conservador Lars Løkke Rasmussen del partido Venstre (Partido Liberal Danés) tiene un sentido de la justicia democrática en el capitalismo muy particular: la propiedad privada solo ha de protegerse si uno tiene mucho. A quien tenga poco hay que exprimirle hasta la última gota. Y así el pasado domingo el parlamento danés debatió su propuesta una nueva ley según la cual se requisarían todos los objetos de valor de los refugiados que lleguen al país y que tengan un valor de más 300 euros. Informa The Daily Beast.
La medida, que inevitablemente recuerda a la confiscación de bienes de los ciudadanos judíos llevadas a cabo por los nazis el pasado siglo, fue defendida con la excusa de que así los refugiados pagarían el coste de su alojamiento, según informaba la televisión sueca STV. Sören Pind, el ministro de Justicia e Inmigración, dijo en la televisión pública danesa que este plan era la única manera posible que han encontrado para poder costear el alojamiento de los solicitantes de asilo.
«Hablo de una situación en la cual hay objetos personales de valor significativo pero sin valor sentimental», explicaba, elucubrando acerca de los sentimientos de todos y cada uno de los refugiados que llegan a su país. Y añadía que «estoy hablando de una situación en la que un hombre viene a Dinamarca con una caja llena de diamantes y pide protección en Dinamarca. (En este caso) ésto es lo justo.»
Tras el debate parlamentario, el gobierno danés al parecer decidió que los refugiados puedan mantener sus anillos de bodas, sus teléfonos móviles y sus ordenadores portátiles en una medida que será sometida a votación. Independientemente de que la medida sea aprobada o no, se demuestra la reiterada falta de sensibilidad de dicho gobierno, famoso por haber llevado a cabo asimismo otra reforma en contra de los derechos de los parados parecida al sistema alemán: los mismos han de vender todas sus posesiones y quedarse sin nada absolutamente antes de recibir ayudas sociales.