Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea dieron ayer el visto bueno político definitivo al Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), colocando la primera piedra para que ese servicio diplomático comience a ser una realidad a partir del 1 de diciembre. La atención se centra ahora en las cuestiones presupuestarias (aún no definidas) y en la batalla por los puestos dentro del SEAE.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea aprobaron ayer formalmente la organización, estructura y funcionamiento del futuro Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), de manera que el nuevo instrumento diplomático de los 27 pueda empezar a funcionar antes de finales de año.
La alta representante europea para la Política Exterior y la Seguridad Común, Catherine Ashton, se felicitó por haber llegado «tan lejos en tan sólo cuatro meses», que es el tiempo que ha costado cerrar un acuerdo desde que puso encima de la mesa su primera propuesta sobre el Servicio Europeo de Acción Exterior.
«Ahora podemos avanzar para crear un servicio europeo del siglo XXI, moderno, diferenciado y eficaz», señaló. A su juicio, la Unión necesita evolucionar para defender mejor sus intereses y valores en un mundo cada vez más complejo y en permanente cambio.
Ashton puso de relieve igualmente la importancia de pactar con rapidez las enmiendas del reglamento de personal y financiación, así como las modificaciones del presupuesto de 2010, para que el SEAE pueda entrar formalmente en vigor coincidiendo con el primer aniversario del Tratado de Lisboa el próximo 1 de diciembre.
Por su parte, el ministro belga de Exteriores, cuyo país ostenta durante este semestre las presidencias rotatorias de los consejos de ministros, Steven Vanackere, consideró «crucial e histórica» la adopción del Servicio Exterior Europeo aunque advirtió de que no es suficiente tener «una sola boca o una sola voz» sino que hace falta, sobre todo, «decir siempre lo mismo».
«El contenido es mucho más importante que el hecho de tener una organización como una diplomacia europea que permita tener una visión clara sobre lo que la UE quiere proyectar en términos de valores en el mundo», declaró el ministro belga al término del Consejo. «Tener una organización es una cosa, pero hay que insistir en la necesidad de que el contenido sea coherente», prosiguió.
Mientras, el comisario responsable de Relaciones Institucionales, Maros Sefcovic, habló de «día histórico» y auguró que la baronesa Ashton comenzará el proceso de contratación de personal antes del verano para que el servicio diplomático esté en marcha en el segundo semestre del año. Sin embargo, Vanackere dio otra fecha, puesto que anunció que «Ashton ya ha programado entrevistas para los altos cargos del servicio diplomático europeo para setiembre».
En cualquier caso, sí se ha confirmado que el proceso de selección de los jefes de algunas de las principales delegaciones de la Unión Europea en el mundo ya ha comenzado, como son los casos de China, Japón, Brasil o Sudáfrica.
Equilibrios
En los nombramientos se hará un ejercicio de equilibrio geográfico para que ningún país se sienta discriminado y se prevé una cláusula de revisión en 2013 por si fuera necesario modificar el sistema. De momento, fuentes europeas barajan que el servicio contará este año con unas 1.100 personas a las que se irán añadiendo paulatinamente más hasta lograr los 6.000 e incluso 7.000 miembros que podría llegar a tener.
El camino hacia la aprobación definitiva del Servicio Exterior se allanó tras el acuerdo alcanzado el pasado 21 de junio entre las tres instituciones comunitarias tras vencer las últimas resistencias del Parlamento Europeo, que exigía un papel mayor de la Eurocámara en el control del presupuesto y conceder más peso al interés comunitario.
La creación del SEAE está contemplada en el Tratado de Lisboa para asistir a la alta representante en sus labores y dar mayor proyección a la diplomacia europea. Según el esquema aprobado por los Veintisete, el 60% de la plantilla estará integrado por funcionarios permanentes (provenientes de las estructuras del Consejo y de la Comisión), para dotar de estabilidad al servicio, y un tercio vendrá de los estados miembros.
En la estructura del nuevo servicio se integrará la política europea de seguridad y defensa; la gestión de crisis; la planificación de las misiones civiles y el personal militar.
La toma de decisiones seguirá en manos del Consejo (casi en exclusiva) y de la Comisión (en determinadas áreas de menor peso político). Tendrá una naturaleza sui generis separada del resto de instituciones y gozará de autonomía en la gestión de su personal y la administración del presupuesto, separado de las cuentas comunitarias. Sus equipos trabajarán en coordinación con los servicios diplomáticos de los estados miembros.
A partir de diciembre, las delegaciones de la Comisión Europea en el mundo pasarán a ser delegaciones de la Unión. Se prevé que más adelante ofrezcan servicios consulares.
Organigrama
Catherine Ashton presentó a los ministros un organigrama del Servicio de Acción Exterior, pero no adelantó nombre alguno para esos puestos.
«Este organigrama es conforme a lo que nosotros defendemos, con un secretario general y dos adjuntos», afirmó, por su parte, el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, en el transcurso de una rueda de prensa ofrecida tras el Consejo.
Es conocido que el Gobierno francés está presionando con todos los medios a su alcance para hacerse con ese puesto de secretario general del SEAE, y que para ello ha presentado ya a un candidato, concretamente a su actual embajador en Wa-shington, Pierre Vimont.
No es el único socio que ya ha hecho pública su intención de luchar por estos nuevos altos cargos. Italia, por ejemplo, también se ha postulado, aunque parece imposible que se lleve el cargo de secretario general. Más factible sería que lograra algún adjunto al mismo.
Lo que está claro es que los puestos se venderán muy caro. Entre una cosa y otra, el Servicio Europeo de Acción Exterior contará con una veintena de cargos de relevancia, aunque esos tres (secretario y dos adjuntos) serán los que gocen de mayor visibilidad y poder.
Promesa de aprender francés
La responsable de la diplomacia de la UE aprovechó también su comparecencia ante los medios para prometer que aprenderá francés durante sus vacaciones de verano, pero declinó una invitación del Gobierno de Nicolas Sarkozy para hacer un curso intensivo de idiomas en un instituto cercano a Aviñón.
«Aprenderé francés durante mis vacaciones», reiteró Catherine Ashton durante la conferencia de prensa tras la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión. Aunque, en realidad, no explicó cómo piensa aprender la lengua de Molière.
El secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, le echó un capote al apuntar que él también está aprendiendo otro idioma de la Unión, en este caso el alemán, y añadió lo siguiente: «Puedo asegurarles que Catherine Ashton se desenvuelve mucho mejor en francés que yo en alemán».
De hecho, la propia Ashton respondió en francés -aunque con dificultades- a una pregunta de un periodista galo.
Lo cierto es que la británica ha sido muy criticada en el Estado francés -muy sensible con la cuestión de los idiomas en la Unión debido al constante declive del uso del francés en la estructura comunitaria- por expresarse únicamente en su propio idioma, el inglés. De ahí que su anuncio de que empleará el verano en perfeccionar sus conocimientos del francés hayan sido valorados como un guiño hacia ese país, en un intento de rebajar la presión por las críticas recibidas tras sus primeros meses en el cargo.