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La victoria del Ejército Rojo y el papel actual de Rusia

Fuentes: Voces Contra el Imperio

Tal como estaba previsto, a la conmemoración por el 70 aniversario de la Gran Guerra Patria en Moscú, Rusia, asistieron varios mandatarios amigos de todos los continentes invitados por el presidente ruso Vladimir Putin, menos los jefes de Estado de la Unión Europea que se han subordinados al macabro juego de Estados Unidos contra el […]

Tal como estaba previsto, a la conmemoración por el 70 aniversario de la Gran Guerra Patria en Moscú, Rusia, asistieron varios mandatarios amigos de todos los continentes invitados por el presidente ruso Vladimir Putin, menos los jefes de Estado de la Unión Europea que se han subordinados al macabro juego de Estados Unidos contra el gobierno y pueblo ruso bajo el pretexto del conflicto ucraniano. Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, no tuvo más remedio que viajar a la Federación Rusa al día siguiente, 10 de mayo, probablemente presionada por las mismas empresas alemanas que han sido las más afectadas por las absurdas sanciones impuestas al país eslavo [1]. 

El pretendido boicot de los líderes occidentales habría pasado desapercibido entre la gran multitud de pueblos, jefes de Estados y los soldados que estaban presentes en la Plaza Roja, y por la opinión pública mundial, de no ser por el empeño de los grandes medios internacionales y la mención que sobre el punto hiciera el mismo mandatario ruso en ocasión de su discurso. El presidente Putin rindió homenaje al sacrificio hecho por otros pueblos durante la Segunda Guerra Mundial, habló sobre la disposición de su gobierno a restablecer las relaciones con Europa, también alertó que «los principios internacionales de cooperación logrados después de la guerra han sido cada vez más ignorados» [2].

Más de 16 mil hombres y mujeres del orgulloso ejército ruso marcharon en la Plaza Roja con mucho ánimo y en perfecta sincronía; rescatando la memoria histórica de la victoria soviética y el legado de aquellas generaciones que batallaron en la Gran Guerra Patria. El ejército ruso rescató y puso en alto los genuinos símbolos de la victoria: la Bandera Roja con la Hoz y el Martillo. En el desfile militar también participaron ejércitos de otros países amigos.

No faltaron, tampoco, los miles de los sobrevivientes y sus hijos, algunos quienes recordaron con lúcidos testimonios escritos y televisados los horrores que padecieron durante la 2da Guerra Mundial, particularmente la crueldad de los crímenes cometidos por los hombres y mujeres de las fuerzas alemanas, italianas y españolas que actuaban segados por las mismas ideologías supremasistas nazi-fascistas que hoy vuelven a resurgir en esos mismos países y en el mundo producto de la crisis estructural del capitalismo.

Sin duda alguna, fue un desfile militar impresionante. Para muchos comentaristas ha sido «el mayor de la historia de ese país», que no pudo ser boicoteado por Occidente y sus grandes medios desinformativos, pese a todos los intentos. Hasta la misma cadena de noticias estadounidense CNN terminó por reconocer que «El Kremlin ha sido siempre capaz de organizar espectaculares desfiles militares, pero este año se ha superado a sí mismo. En la Plaza Roja marcharon más de 16.000 soldados. ¡Es un desfile espectacular!» [3].

Además, el evento ruso sirvió de oportunidad para mostrar al mundo, y particularmente a las arrogantes hienas belicosas de occidente, las nuevas capacidades defensivas de última generación tecnológicas desarrolladas por el gigante ruso: como los misiles anti aéreos S-400, el temido misil balístico intercontinental RS-24 Yars que posee capacidad para tres ojivas nucleares y los poderosos blindados T-14 Armata que cuenta con una cabina reforzada para la tripulación [4].

Desde finales de la guerra 1945, Estados Unidos y sus aliados europeos han venido abusando de la credulidad de muchos, de sus monopolios mediáticos y del entretenimiento cinematográfico (Hollywood) para mentir y tergiversar la historia de aquella cruenta guerra de acuerdo a sus intereses.

Por medio de la más brutal campaña de mentiras, las absurdas y no menos disparatadas producciones fílmicas hollywoodenses, libros, artículos y sesgados documentales televisivos, Estados Unidos buscó desde siempre restar importancia a la decisiva participación la Unión Soviética en la ofensiva militar contra los llamados países del Eje nazi-fascista. La mayoría de esas producciones se empeñaban en ocultar o minimizar la responsabilidad del ejército rojo en la liberación de los campos de exterminio nazis en Polonia y Alemania, y la derrota final de las fuerzas alemanas luego de la entrada de las tropas soviéticas en Alemania el 12 de enero de 1945 y la toma de Berlín pocos meses después, el 20 de abril.

Manipular la historia ha tenido el propósito de mostrar al ejército estadounidense, británico y francés como «los vencedores» de aquella contienda mundial, cuando en realidad la más importante participación de estos se produjo casi al final de la guerra, un año antes, con el desembarco de Normandía en 1944, y luego que las tropas soviéticas barrieran con lo mejor del poderío militar nazi en el frente ruso y se disponían a entrar en territorio alemán. El glorioso ejercito soviético toma primero Berlín, y más atrás llegan los «aliados».

En vano fueron también todas las campañas mediáticas occidentales que pretendieron comparar e igualar al vencedor ejército rojo y al líder ruso, Iósif Stalin, con las tropas nazis y su cruel dictador Adolf Hitler. Y cuando pocos se prestaron a creer aquellas falsedades, se empañaron luego en decir que la derrota de las tropas de Hitler en territorio ruso se debió a las extremas temperatura del invierno de ese país, y no al sacrificio y el valor del pueblo soviético y su ejército rojo.

Las mentes inteligentes y justas del mundo siempre reconocerán el enorme sacrificio de los más de 27 millones de soviéticos que perdieron la vida defendiendo su patria por las ideas del comunismo y salvaron a la humanidad del horror nazi-fascista. El mundo, también, deberá reconocer el importante papel que hoy vuelve a desempeñar la Federación Rusa en respaldo de los pueblos que luchan contra las fuerzas neonazi en Ucrania (svoboda y pravy sektor), contra el sionismo y las fuerzas salafo-fascistas (Daesh-ISIL y Al Qaeda) en Eurasia, el Medio Oriente y el Norte de África que son apoyadas por el imperialismo estadounidense y sus aliados.

 

Fuentes:

[1] Merkel explica por qué viaja a Moscú. http://actualidad.rt.com/actualidad/173726-merkel-visita-moscu-importante-alemania-nazismo

[2] Putin: «Rusia está dispuesta a restablecer relaciones con Europa». http://actualidad.rt.com/actualidad/174368-putin-dispuesta-restablecer-relaciones-europa

[3] CNN: evento en Rusia. http://edition.cnn.com/2015/05/09/europe/russia-victory-day-celebration/index.html

[4] Momentos del desfile. http://actualidad.rt.com/actualidad/174350-videos-rusia-momentos-historicos-desfile-victoria

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.