Nos hallamos ante una «presunción de falsificaciones graves» sobre la investigación acerca del sabotaje a las líneas de tren del TGV, el 8 de noviembre de 2008. Para el abogado William Bourdon, nos encontramos con «un fracaso judicial» que está demostrando «un escándalo de Estado». Durante la investigación, que llevó a la detención de nueve […]
Nos hallamos ante una «presunción de falsificaciones graves» sobre la investigación acerca del sabotaje a las líneas de tren del TGV, el 8 de noviembre de 2008. Para el abogado William Bourdon, nos encontramos con «un fracaso judicial» que está demostrando «un escándalo de Estado». Durante la investigación, que llevó a la detención de nueve jóvenes -ahora todos en libertad, pero siempre imputados- se produjo «una antología de la manipulación». La última es la revelación de que uno de los testigos (o tal vez el único), que había puesto en duda una célula peligrosa de anarco-autónoma Tarnac que vivía en un pueblo de Corrèze, era un engaño. Jean-Hugues Bourgeois, un agricultor ecológico en la zona, firmó el acta de interrogatorio sin leerlos. Al parecer se añadieron declaracione s a estas actas. Por otra parte, se manipuló la fecha para que fuera creíble. Además, el mismo testigo, a quien escucharon una primera vez de forma anónima, no confirmó en absoluto las declaraciones en un segundo interrogatorio sin el anonimato. Jean-Hugues Bourgeois era además los «otros grupos Tarnac un amigo que había recomendado para la cría de cabras y la producción de queso ecológico.
Pero el ministro de Justicia, Michèle Alliot-Marie (que en el momento de la redada en la granja era el responsable de Interior), sigue insistiendo en el tema de la célula revolucionaria. El martes, hubo una nueva detención Tarnac: la unidad antiterrorista y se presentó en una casa en la aldea a las 6:30 para poner las esposas al marido de uno de los acusados. Desde el 15 de noviembre de 2008, han acusado a nueve personas. Entre ellos se encuentra Julien Coupat , un intelectual situacionista, acusado de «asociación de malhechores con propósito terrorista». La policía irrumpió el 11 de noviembre de 2008 en una granja de Tarnac. Un centenar de agentes con equipamiento de guerra detuvo a los jóvenes sospechosos. Nicolas Sarkozy inmediatamente acogió con beneplácito «el progreso rápido y prometedor» en la investigación de sabotaje en TGV. Un año después, según los abogados de la defensa, ni siquiera es seguro que los agentes vieran realmente a Julien Coupat y su compañera en los aledaños del lugar de sabotaje en la noche del crimen, como habían declarado. Fue esta la justificación en que se basó su detención .
Fuente: http://mir.it/servizi/ilmanifesto/franciaeuropa/?p=377