Concentrados hoy en captar votos de 18 millones de indecisos, los 12 candidatos en las elecciones presidenciales de Francia olvidaron casi por completo la política exterior, sin siquiera mencionar alguna vez a Latinoamérica. Una curiosidad si se toma en cuenta que los extranjeros, la identidad nacional y el control de fronteras ocupan un lugar central […]
Concentrados hoy en captar votos de 18 millones de indecisos, los 12 candidatos en las elecciones presidenciales de Francia olvidaron casi por completo la política exterior, sin siquiera mencionar alguna vez a Latinoamérica.
Una curiosidad si se toma en cuenta que los extranjeros, la identidad nacional y el control de fronteras ocupan un lugar central en la campaña, en un país donde el 53 por ciento de su ciudadanía cree que hay demasiados inmigrantes.
También puede calificarse de paradoja este olvido involuntario del Nuevo Mundo, en virtud de que en Francia es bastante notable la comunidad de latinoamericanos residentes y hasta existe en París la reputada Maison de Amerique Latine.
Los temas internos acapararon toda la atención de los aspirantes al Palacio del Elíseo, que el domingo definirán en la primera vuelta de los sufragios quiénes serán los dos rivales en la imprescindible segunda ronda del 6 de mayo.
Ségoléne Royal, la representante del Partido Socialista (PS) en la liza, dio algunos saltos hacia el exterior, como al Medio Oriente e Israel, China y algunos territorios franceses de ultramar en el Caribe.
Fue quien más cerca estuvo, al menos geográficamente, de los países latinoamericanos, pero sin hacer alusión alguna a esa región.
Tampoco el favorito de las encuestas, el conservador Nicolás Sarkozy (Unión por un Movimiento Popular), destacó en su proyección internacional. Si mostró cierta empatía con el actual gobierno de Estados Unidos, lo cual generó duras críticas aquí.
Tanto Royal como Sarkozy tienen visiones similares en torno a la Unión Europea (UE), con matices distanciados en cuanto a la conveniencia o no de que Francia se sume a la Constitución del grupo del Viejo Continente.
Para el tercer hombre en popularidad según los sondeos, el centrista Francois Bayrou, de la Unión de una Democracia Francesa (UDF), las cuestiones de política exterior han estado casi ausentes por completo en sus esquemas de campaña proselitista.
Buscando referencias internacionales, la prensa local llama a Ségoléne Royal la Zapatera de Francia, en alusión a su excelente relación con el también socialista y jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Sarkozy recibe numerosas comparaciones, algunas de ellas bastante incómodas, pero el ex ministro del Interior no parece amilanarse con nada. Simplemente espera su oportunidad para demostrar su estirpe política.