El 3 de febrero de 2019, después de una larga campaña electoral, Nayib Bukele se impuso en las elecciones presidenciales en primera vuelta y con un amplio margen.
Obtuvo entonces, él y su partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), 1,434,856 votos (53.10%) mientras que sus dos principales contendores, el también derechista Carlos Calleja y el izquierdista Hugo Martínez, lograron agenciarse apenas 857,084 (31.72%) y 389,289 (14.41%) votos respectivamente (TSE, 2019).
A pesar de que durante todo el período de posguerra y en más de una veintena de elecciones celebradas entre 1994 y 2018 las fuerzas políticas preponderantes fueron sin excepción alguna el derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), los resultados no sorprendieron en demasía. Y ello debido no solo a que las principales encuestas del país reportaron de manera reiterada que Bukele aventajaba por varios puntos porcentuales a sus más cercanos competidores, sino también porque la alta e inusual popularidad de aquel fue un rasgo característico de todo el proceso electoral en sí mismo (Gaviña, 15 de enero de 2019).
La situación no cambió una vez en el gobierno. En sus primeros cien días al frente del ejecutivo la administración Bukele obtuvo una calificación de 8.37 (IUDOP, 2019) que cayó a 7.8 a finales de 2019 (IUDOP, 2020). La pandemia y las primeras medidas de contención implementadas por el ejecutivo, sin embargo, incrementaron la popularidad del mandatario: para finales de mayo, por ejemplo, una encuesta reportó que el 95.7% de la población aprobaba la gestión presidencial ante la pandemia (Segura, 23 de mayo de 2020).
En suma, Bukele y su gobierno han gozado de gran popularidad en los últimos años. Sin embargo, tras esa solidez de apariencia inagotable han comenzado a aparecer indicios de fisuras importantes en la empresa Bukele. Las diversas crisis por las que atraviesa el país (incluida la crisis sanitaria), las venideras elecciones de febrero de 2021 y el ruido ensordecedor de una adelantada campaña electoral no permiten ver con claridad (y quizás tampoco dimensionar la profundidad de) las grietas que han empezado a amenazar la reproducción a largo plazo de la hegemonía cultural del ejecutivo y de su proyecto político, pero una cosa parece segura: de no cambiar las lógicas y el patrón del ejercicio del poder del que hasta ahora ha hecho gala la actual administración, las fisuras van a ensancharse.
Este artículo tiene el propósito de rastrear los indicios de estas fisuras y analizar la forma en que las mismas amenazan el proyecto político y empresarial de los grupos nucleados alrededor de Bukele. Debido a la extensión del mismo, el texto se dividirá en cuatro entregas. En las tres primeras se examinarán las tres series de eventos más importantes que han definido el curso de la gestión gubernamental en el último año; el cuarto intentará una síntesis en términos de balance y perspectivas de la situación del país.
De la composición de gobierno al presupuesto general
Las fuerzas que se nuclearon alrededor de Bukele en los dos años previos a la elección presidencial fueron de lo más variado: desde antiguos líderes radicales, intelectuales y políticos de centroizquierda, demócratas y respetados reformadores sociales, hasta viejos dirigentes de ultraderecha (neofascistas, algunos de ellos) y oscuros brókeres de las gestiones de Elías Antonio Saca (2004-2009) y Mauricio Funes (2009-2014) apoyaron de diferentes formas el proyecto y la campaña presidencial de Nayib Bukele. No faltaron, por supuesto, los empresarios y políticos de confianza del presidenciable: un núcleo reducido de empresarios, amigos y empleados de la familia Bukele que apoyaron a aquel desde su primera aventura electoral en el municipio de Nuevo Cuscatlán en 2012.
Esta informal, heterogénea e inusual “coalición”, como era de esperarse, estuvo sujeta a varias tensiones ya en los primeros cien días de gestión. El primer encontronazo vino con la composición del gabinete ejecutivo: predominó en términos absolutos el círculo de confianza de Bukele. En efecto, el núcleo duro del gobierno está compuesto hasta ahora por una docena de altos funcionarios estrechamente vinculados al presidente por relaciones comerciales, redes de amistad y parentesco y/o lazos partidarios con Nuevas Ideas (Labrador, Quintanilla, Arauz y Alvarado, 02 de junio de 2019). Entre los más importantes de estos destacan Ernesto Castro, Secretario Privado de la Presidencia; Conan Castro, Secretario Jurídico de la Presidencia; Mario Durán, Ministro de Gobernación y Desarrollo Territorial; Carolina Recinos, Comisionada presidencial para Operaciones y Gabinete de Gobierno; Rogelio Rivas, Ministro de Justicia y Seguridad Pública y Federico Anliker, Presidente de CEPA.
No obstante, “la pirámide de poder de este Gobierno hace cima en los hermanos Bukele Ortez”, como se dice en una reciente investigación periodística (Alvarado, Labrador y Arauz, 07 de junio de 2020).
“Aunque hay 16 ministros designados –continúa esta–, seis secretarios de la Presidencia y tres comisionados, numerosas fuentes consultadas por El Faro confirman que en las decisiones importantes del gobierno participan, a veces únicamente, los hermanos Bukele Ortez. Y explican que incluso dentro de esta reducida cúpula hay jerarquías: el presidente, por su cargo, y Karim, por sus funciones, son los estrategas que definen el rumbo del Ejecutivo; Yusef y Ibrajim son consejeros que recogen información y hablan al oído de su hermano” (Alvarado, Labrador y Arauz, 07 de junio de 2020).
De esa forma, las fuerzas democráticas más a la izquierda no fueron consideradas en el gobierno (es el caso, por ejemplo, de Roberto Cañas y María Berta Deleón, quienes aspiraban a dirigir los ministerios de Educación y Justicia y Seguridad Pública respectivamente, según ellos mismos manifestaron). Los sectores más a la derecha, algunos de ellos vinculados al partido GANA, ocuparon algunas direcciones en el ejecutivo (el caso del Director de Centros Penales y Viceministro de Seguridad Osiris Luna es el más importante en ese sentido), pero en general su posición ha estado claramente subordinada al círculo cercano al presidente. Los brókeres políticos, por último, entraron al gobierno, aunque su rol parece ser similar al que desempeñaron en las anteriores administraciones: son operadores técnicos que buscan viabilizar el ejercicio del poder por vías que en su mayoría no son del dominio público.
Si la composición del gabinete de gobierno puso en duda a muchos y generó las primeras tensiones fuertes, las acciones posteriores se ganaron la oposición de antiguos aliados y el rechazo de otros tantos que esperaban del gobierno de Bukele una gestión que avanzara en materia de justicia (al menos tributaria, como se había prometido en la campaña), protección y bienestar social y desarrollo económico inclusivo. El gobierno, sin embargo, se movió en sentido contrario: en sus primeros meses de gestión disolvió cinco secretarías, algunas de ellas vinculadas a temas de trasparencia, política social y planificación estratégica, realizó varios cientos de despidos arbitrarios de empleados públicos,[1] nombró a cuestionadas personalidades al frente de la seguridad pública (Ávalos, H., 06 de junio de 2019) y echó a andar un plan de seguridad de corte manodurista que ha exaltado de forma reiterada a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional Civil (PNC), dos instituciones que han pasado a jugar un rol de primer orden en el nuevo gobierno.
El proyecto de Presupuesto General de la Nación que el ejecutivo presentó al Órgano Legislativo y que al final terminó siendo aprobado por este con pequeños cambios confirmó todas las dudas: las prioridades del gobierno no iban en la dirección de fortalecer las políticas sociales y las instituciones públicas claves en materia de derechos humanos y controles al capital privado, transparentar el ejercicio de la función pública a altos niveles y avanzar en la construcción de un Estado moderno con una mínima agenda de protección y bienestar social. Por el contrario, el presupuesto reflejaba un incremento abultado en el gasto policial y militar, específicamente del 26.7% para el Ministerio de Defensa y del 11.1% para el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (Barrera, 18 de noviembre de 2019; CISPES, 06 de diciembre de 2019; Roca, 26 de noviembre de 2019).
Referencias
Alvarado, J., Labrador, G., y Arauz, S. (07 de junio de 2020). El clan Bukele que gobierna con Nayib. El Faro. https://elfaro.net/es/202006/el_salvador/24512/El-clan-Bukele-que-gobierna-con-Nayib.htm?
Ávalos, H.S. (06 de junio de 2019). La vieja guardia regresa a la PNC (primer intento). Factum. https://www.revistafactum.com/la-vieja-guardia-regresa-a-la-pnc-primer-intento/
Ávalos, J. (30 de septiembre de 2019). Los excesos de la Presidencia Bukele para remozar la fábrica de empleos. Factum. https://www.revistafactum.com/los-excesos-de-la-presidencia-bukele-para-remozar-la-fabrica-de-empleos
Barrera, X. (18 de noviembre de 2019). Presupuesto 2020 ¿cuáles son las prioridades del gobierno de Bukele? Bloque Popular Juvenil. http://bloquepopularjuvenil.org/presupuesto-2020-cuales-son-las-prioridades-del-gobierno-de-bukele
CISPES. (06 de diciembre de 2019). Bukele’s 2020 Budget Proposal Increases Defense, Cuts Social Programs, “Does Not Correspond to Needs of Country’”. CISPES. http://cispes.org/article/bukeles-2020-budget-proposal-increases-defense-cuts-social-programs-does-not-correspond?language=es
Gaviña, S. (15 de enero de 2019). Nayib Bukele ganaría la presidencia de El Salvador en la primera vuelta, según las encuestas. ABC. https://www.abc.es/internacional/abci-nayib-bukele-ganaria-presidencia-salvador-primera-vuelta-segun-encuestas-201901121648_noticia.html
Labrador, G., Quintanilla, J., Arauz, S. y Alvarado, J. (02 de junio de 2019). Amigos, socios y parientes en el nuevo gobierno. El Faro. https://elfaro.net/es/201906/el_salvador/23362/Amigos-socios-y-parientes-en-el-nuevo-Gobierno.htm
Pacheco, M. (03 de junio de 2019). Bukele creó dos nuevas secretarías y eliminó cinco. La Prensa Gráfica. https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Bukele-creo-dos-nuevas-secretarias-y-elimino-cinco-20190602-0448.html
Roca, J. (26 de noviembre de 2019). Movimientos y organizaciones piden presupuesto que garantice derechos de la población. Arpas. https://arpas.org.sv/2019/11/movimientos-y-organizaciones-piden-presupuesto-que-garantice-derechos-de-la-poblacion
Segura, E. (23 de mayo de 2020). Población aprueba trabajo de Bukele ante pandemia. La Prensa Gráfica. https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Poblacion-aprueba-trabajo-de-Bukele-ante-pandemia-20200523-0030.html
TSE (2019). Memoria especial. Elección 2019. Elección de presidente y vicepresidente de la República. https://www.tse.gob.sv/TSE/Documentos/Memorias-de-Elecciones/2019
Nota:
1 En su primera sesión, el Consejo de Ministros disolvió la Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, la Secretaría de Inclusión Social, la Secretaría de Gobernabilidad, la Secretaría de Transparencia y Anticorrupción y la Secretaría de Vulnerabilidad (Pacheco, 03 de junio de 2019). La mayor parte de empleados de estas instituciones (y varios de otras más) fueron cesados en sus cargos en procesos viciados (Ávalos, J. 30 de septiembre de 2019).