A continuación ofrecemos la entrevista concedida a RIA Novosti por Alexei Fenenko, Doctor en Ciencias Históricas, colaborador del Instituto de Seguridad Internacional de la Academia de Ciencias de Rusia. – Actualmente tenemos varios motivos para abordar las relaciones entre Rusia y Gran Bretaña. Voy a comenzar con lo más interesante. Tras la firma del nuevo […]
A continuación ofrecemos la entrevista concedida a RIA Novosti por Alexei Fenenko, Doctor en Ciencias Históricas, colaborador del Instituto de Seguridad Internacional de la Academia de Ciencias de Rusia.
– Actualmente tenemos varios motivos para abordar las relaciones entre Rusia y Gran Bretaña. Voy a comenzar con lo más interesante. Tras la firma del nuevo Tratado START, EEUU así como Wikileaks transfirió a Rusia información sobre el arsenal nuclear británico, más exactamente misiles Trident. ¿Quiere comentarlo?
– Para Rusia el arsenal nuclear británico es uno de los asuntos clave y según las conversaciones que he sostenido con militares rusos esto puede obstaculizar la implementación del nuevo tratado START.
¿Y por qué? En una de nuestras entrevistas Usted dijo que por ahora a excepción de EEUU y Rusia no hay otros países que tengan un arsenal nuclear de este tipo.
– Es cierto. Primero, conforme al Acuerdo de Nassau entre EEUU y Gran Bretaña firmado en 1962, el arsenal nuclear británico forma parte de la estrategia nuclear de EEUU. Segundo, Gran Bretaña tiene en su arsenal misiles norteamericanos Trident-II con ojivas nucleares británicas. De hecho esas ojivas son una parte del arsenal nuclear norteamericano que no está sometida a ninguna limitación. EEUU puede esquivar cualquier tratado START argumentando programas nucleares conjuntos con Gran Bretaña. Es lógico que a partir del año 2002 EEUU y Gran Bretaña vienen modernizando los laboratorios de Aldermaston para modelar explosiones nucleares de alta potencia. En verano de 2010, enseguida tras la firma del tratado START, la cancillería rusa planteó ante EEUU la cuestión del arsenal nuclear británico. ¿Qué garantiza que Gran Bretaña no siga desarrollando armas nucleares evitando las estipulaciones del tratado START? Cabe recordar que en 2007 la Cámara de los Comunes del Parlamento inglés aprobó la modernización del arsenal nuclear británico dado que el plazo de explotación de los misiles Trident expira en 2020. EEUU no nos contestó nada concreto argumentando que Gran Bretaña es un estado soberano y no tiene que firmar ningún tratado START. En pasado otoño planteamos el asunto en el marco de la Iniciativa de Seguridad Euro-Atlántica y, a lo mejor, logramos cierto acuerdo. Para que Rusia ratificara el START y los militares no lo obstaculizaren en el parlamento, EEUU nos facilitaron algunos datos sobre el arsenal nuclear británico. Y quisiera creer que nos dio cierta garantía que la modernización del arma nuclear británica no superará los límites del año 2006, cuando el arsenal nuclear de Gran Bretaña fue el más potente. Es uno de los asuntos clave en las relaciones ruso-británicas que nunca fueron simples.
– ¿Y por qué no fueron simples? ¿Acaso es un hecho histórico?
– No, al contrario. En el siglo 18, a partir del Pedro I de Rusia y hasta el reinado de Alejandro I la alianza entre Rusia y Gran Bretaña fue un axioma de la política europea. El diplomático británico Guillermo Peter incluso dijo que si alguien declara guerra a Gran Bretaña, ésta responderá con cañones rusos. En todas las guerras clave Rusia y Gran Bretaña fueron aliados. La hostilidad surgió sólo en la segunda mitad del siglo 20, lo que tiene tres causas. Primero, a los militares rusos siempre les preocupaba el arsenal militar británico que no está determinado o limitado por ningún tratado. Además, Gran Bretaña no firmó el tratado de armamento nuclear del medio alcance INF y puede fácilmente restablecer el arsenal de euromisiles. Segundo, cabe señalar que las publicaciones antirusas más severas salen en la prensa inglesa. Siempre acentúan que en Rusia todo y todos están corruptos. Creo que todo empezó en la década de los 60 cuando EEUU, para no perjudicar las negociaciones sobre el tratado de defensa antimisiles, lanzó la información más desagradable para la Unión Soviética a la prensa inglesa. Además, cabe recordar que Washington recela el desarrollo de relaciones entre Rusia y los países de la Europa continental. Por ejemplo, la última iniciativa de Rusia sobre la seguridad europea provocó disgusto de EEUU. Los norteamericanos creen que Rusia pretende socavar los mecanismos de la OTAN y debilitar el sistema estadounidense de garantías. Otra causa es económica. ¿Qué irrita a los ingleses? Que tenemos cooperación estable con Alemania y en parte, con Francia, sin mencionar a Hungría. Las empresas británicas no pueden desarrollar cooperación con la corporación de gas rusa Gazprom. Además, Gran Bretaña está preocupada por el que desde 1987 Rusia comenzó a reducir la extracción del crudo y del gas en el Mar del Norte. Los ingleses aspiran a debilitar la posición de Rusia en el Mar Caspio lo que explica la actividad de los diplomáticos británicos en la región. Esto provoca insinuaciones sobre la corrupción y falta de democracia en Rusia. Es el asunto clave en nuestras relaciones con Gran Bretaña.
– ¿Cree que las expulsiones mutuas de diplomáticos o, por ejemplo la reciente expulsión de Rusia del periodista de The Guardian influyen en las relaciones?
– Desde luego. Volviendo al que EEUU encarga a la prensa británica las publicaciones más agudas sobre Rusia. Y Rusia adopta una postura fuerte. Demuestra que cualquiera que escriban los periódicos británicos, no nos pueden amedrentar. Como ya tenemos relaciones difíciles con Gran Bretaña, así mostramos que no nos importan mucho. Malas relaciones con Gran Bretaña no son tan importantes como los problemas con los países de la Europa Continental o con EEUU. Mostramos que Gran Bretaña no es tan potente en la arena de la política internacional, dado que incluso su arsenal nuclear forma parte del arsenal norteamericano. Por ello consideramos Gran Bretaña como un conductor de intereses de EEUU. Preferimos tratar con el señor y no con el vasallo.- De aquí surge otra pregunta. ¿Es independiente la política de Gran Bretaña? Sus palabras indican que no. – Gran Bretaña tiene cierta independencia en la estrategia política. A mitad del siglo 20 se enfrentó con el llamado síndrome postimperial cuando de la Gran Bretaña casi pasó a ser Britania a secas. Tuvo que eligir entre dos caminos: realizar una política independiente, como, por ejemplo, Francia, o apostar por la unidad anglosajona. Gran Bretaña opto por lo segundo. En general, Gran Bretaña siempre apoya EEUU lo que le da autoridad en la política internacional. Es el segundo país que participa en las operaciones globales de EEUU y tiene una opinión particular sobre varios asuntos en el Consejo Europeo. Es importante para Gran Bretaña también desde el punto de vista económico. La bolsa de Londres sigue siendo uno de los más importantes centros financieros del mundo. Y el que Gran Bretaña apoye EEUU garantiza que norteamericanos no irán contra Gran Bretaña, no perjudicarán su autoridad económica. El sector energético también es muy importante en particular las tradicionalmente estrechas relaciones entre Gran Bretaña y el Oriente Próximo. En pasado noviembre EEUU inició la restauración del bloque militar ANZUS con Australia y Nueva Zelanda. Añadimos aquí las relaciones americano-inglesas y surge el concepto de la unidad anglosajona. Antes EEUU promovió la globalización, pero dejó de hacerlo cuando la aprovecharon India y China. A partir de 2010 EEUU apostan por la unidad anglosajona como una constante política. Y las relaciones entre Rusia y el mundo anglosajón es uno de los asuntos clave de esta década. De momento preferimos tratar con Washington. Y todavía es prematuro decir si vamos a volvernos hacia Londres que es una parte importante del mundo anglosajón.
Fuente: http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20110210/148341287.html