Partiendo de la nada, el año pasado el partido Libertas realizó en Irlanda una campaña de oposición al nuevo Convenio Europeo. Y lo hizo con gran éxito, pues la población irlandesa dio su voto al NO. Ahora, la formación se propone participar en los comicios europeos. Con tal fin, adelanta una campaña en Holanda en favor de una Europa «más democrática».
La pregunta central era cuál sería el candidato elegido por Declan Ganley como cabeza de lista de la sección holandesa de Libertas. Había prometido sorpresas, nombres prominentes. Y también se había especulado ampliamente sobre una eventual colaboración con partidos holandeses existentes.
Pero la elección recayó en una figura relativamente desconocida. Eline van den Broek, una politóloga de 28 años, fundadora de un centro de análisis europeo: el European Independent Institute.
Según la flamante cabeza de lista, la gente la conoce a través de sus artículos de opinión. «He escrito en los periódicos holandeses sobre todo lo que falla en el sistema de salud pública. Pero en las próximas semanas, también me conocerán de una manera completamente diferente.»
Tomar partido
Encontrar a las personas apropiadas para un nuevo partido es un asunto complicado, más aún cuando se lo intenta hacer en países que apenas se conocen. El fundador de Libertas, Ganley, explica que conformó un equipo especial para encontrar al candidato adecuado en Holanda.
Un problema adicional es que Libertas, como un nuevo partido pan-europeo, apenas ha mostrado su orientación ideológica hasta el momento. Se sabe que está a favor de una Europa más transparente, con más democracia. Pero, ¿cómo evalúa la crisis económica? ¿Cuál es su postura frente a la eventual adhesión de Turquía a la Unión Europea? ¿Es un partido de izquierdas o de derechas?
Eline van den Broek ha sido miembro la formación liberal de derecha VVD, y ha abogado en sus escritos por un sistema de mercado libre para el servicio de salud pública. En ese sentido, se la puede considerar como una voz de la derecha.
Pero Ganley desmiente que Libertas sea un partido típico de la derecha, y califica lisa y llanamente de mentiras los rumores propagados por los medios polacos, en los que se afirma que Libertas recibió allí el apoyo de los ultra conservadores, con rasgos antisemitas, homófobos y anti-europeos.
Temor por Ganley
«Esa clase de gente se acerca a nosotros de vez en cuando», admite Ganley. «Pero por una sola razón: informes engañosos en los medios. Nosotros somos justamente un partido moderado. Al igual que la mayoría de los europeos, aspiramos al éxito de la Unión Europea, pero de una manera que realmente sirva a los ciudadanos.»
Bruselas propaga rumores sobre ellos porque le temen, afirma Ganley. Temen que Libertas experimente un crecimiento tan vertiginoso en las Elecciones Europeas en junio, como lo tuvo un año antes durante el referéndum irlandés sobre el Tratado de Lisboa.
Ganley advierte que, si llega a integrar el Parlamento Europeo, sacará a la luz todo tipo de asuntos que Bruselas prefiere mantener ocultos. Por ejemplo, los nombres y los rostros detrás de todas las leyes europeas que han sido adoptadas en tiempo récord. Y cuáles han sido los ‘lobbies’ que impulsaron esas legislaciones.
Camino a los cien escaños
El fundador de Libertas reconoce que, antes de llegar a ese punto, deberá obtener los escaños requeridos. Con veintisiete de los 785 escaños, Libertas ya puede conformar un bloque separado en el Parlamento. Si alcanza los cien escaños, podrá incluso bloquear leyes europeas.
En sus propias palabras, «deberíamos alcanzar los cien escaños, quién sabe, quizá incluso sean más. Deberíamos contar, como mínimo, con una minoría para bloquear leyes. Suponiendo que la alcanzáramos, entonces vamos a introducir una norma que llamamos la regla Libertas de 2-por-1. Les diremos a los legisladores que, por cada nueva ley que deseen introducir, deberán también señalar dos leyes existentes que no se necesitan y deben ser eliminadas.»
Ganley asegura que, en las próximas semanas, los ‘eurócratas’ en Bruselas oirán mucho de él y de Eline van den Broek. Pero ¿qué sucede si el «euro-optimista», como él mismo se denomina, no consigue movilizar a los electores y luego se encontrara solo en Bruselas?
«En tal caso, simplemente, también seguiré adelante», dice riendo, «porque el fracaso no es una opción, en absoluto.»
http://www.informarn.nl/informes/unioneuropea/arenapolitica/act090416-libertas-bruselas