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Lima, la capital de mundo

Fuentes: Rebelión

En cierta ocasión, el célebre Victor Hugo contó que Napoleón Bonaparte solía reunir a los oficiales de su Estado Mayor antes de emprender una gran expedición. Lo hacía para explicarles la importancia que la misión tenía, y para exhortarlos a combatir sin tregua hasta concretar el objetivo. Así ocurrió, por ejemplo, cuando se dispuso a […]

En cierta ocasión, el célebre Victor Hugo contó que Napoleón Bonaparte solía reunir a los oficiales de su Estado Mayor antes de emprender una gran expedición. Lo hacía para explicarles la importancia que la misión tenía, y para exhortarlos a combatir sin tregua hasta concretar el objetivo.

Así ocurrió, por ejemplo, cuando se dispuso a conquistar el norte de Africa y colocar a Egipto bajo su dominio, apoderándose de las célebres Pirámides.

A fin de iniciar la aventura, se juntó con su más alta oficialidad en Estambul, una de las ciudades más hermosas del planeta y símbolo -por muchos años- del dominio del Imperio Otomano. Para subrayar la importancia que esa urbe situada en las orillas del Bósforo, que además divide la región en dos continente; el conquistador dijo a sus subordinados que si el mundo fuera un solo país, Estambul sería su capital.

Sin los méritos y sin la historia de la ciudad turca, los peruanos podemos decir que, por lo menos durante 48 horas, Lima será la capital del mundo.

Y es que la Ciudad de los Reyes, como se le conoce -se le dice también «Lima, la horrible»- será sede a la XXIV Cumbre de la APEC, cita en la cual se reunirán 21 Jefes de Estado y de Gobierno de los países asiáticos y americanos de la Cuenca del Pacífico, a más de 1,200 empresas de una economía que reserva el 57% del PBI mundial.

En la ocasión, nos visitarán, como ya se ha anunciado, personalidades descollantes del escenario mundial, algunas de las cuales -probablemente- nunca se habían propuesto arribar a la capital peruana.

Por lo pronto, estará en Lima Vladimir Putin -«el acorazado Putin», como lo llamó recientemente la prensa francesa-, Jefe del Gobierno Ruso que se impuso la tarea de restaurar el papel de su país en el mundo contemporáneo luego de la catastróficas gestión de Boris Yeltsin.

También estará Barack Obama, el Presidente de los Estados Unidos de América. Pensaba llegar eufórico e imbatible, pero los comicios recientes del 8 de noviembre le pusieron un doloroso «estate quieto». Vendrá, entonces, compungido y derrotado, a más de hondamente preocupado por lo que ocurrirá con la historieta de Donald, a partir de enero del 2017.

Y arribará al Primer Ministro Chino Xi Jinping, en camino a encumbrarse no como el Mao del Siglo XXI sino más bien como el Deng Siao Ping de nuestro tiempo, apuntalando formas capitalistas de gestión en un país gobernado por el Partido Comunista Chino.

Los tres mandatarios tendrán -se dice- la posibilidad de un «retiro». Se encontrarán solos, lejos de la prensa y de sus propios asesores. Y podrán abordar los temas que, en el plano de la economía, y de la política; más les interesan.

La crisis, será uno de ellos. Lo verán en sus distintas variantes y expresiones: el retiro de Inglaterra de la Unión Europea, la devaluación del dólar, el incremento de la inflación, el aumento del desempleo y, también, sin duda, la amenaza islámica. En este marco, lo que ocurre hoy en Siria -la batalla de Alepo-, y en Irak -la de Mosul- estarán en la orden del día.

Pero el tema de la OTAN tendrá también un lugar en las preocupaciones de los mandataros. No solo por los operativos que hoy impulsa, sino también por el hecho que si Estados Unidos la desactiva -como lo adelantara recientemente Trumph- las cosas se le pondrán color de hormiga a la Casa Blanca.

Los pueblos no tendrán mucha base para afincar ilusiones en esta cita de carácter virtualmente global. La mayoría de los mandatarios viven de espaldas a los intereses de sus pueblos y no tienen oídos, ni sensibilidad, para percibir el rumor que corre debajo de la tierra.

Los países de América del sur -y Vietnam- podrían poner la nota diferente en este concierto. Pero los grandes medios se encargaran de que sus representantes pasen más bien desapercibidos.

Pero el evento, n o pasará desapercibido, al menos para los limeños. En esta Lima -una de las ciudades más inseguras del continente- se han revisto ya medidas descomunales: se han bloqueado avenidas, barrios enteros, se ha previsto limusinas nunca antes vistas, armas sofisticadas, carros de combate y equipo de seguridad de primer nivel En estos días, probablemente «los malditos de Bayóvar», o «los de Castilla», permanecerán en salmuera. Será para ellos ocasión para el reposo.

Mientras los Jerarcas del Planeta le da vueltas a la noria, un gigante de inmensas proporciones -los pueblos- dormita en la penumbra.

 Gustavo Espinoza M. Colectivo de dirección de Nuestra Bandera

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.