Los sentimientos contra la Unión Europea (UE) crecen en todos los países de los Balcanes, que en la década pasada habían proclamado como principal meta política ingresar al bloque.
La decepción aumenta en medio de las prolongadas dificultades económicas, el fracaso en la lucha contra la corrupción y los estancamientos políticos a la hora de crear gobiernos estables.
«La promesa de unirse a la UE ya no es atractiva», dijo a IPS el analista económico serbio Misa Brkic. Encuestas recientes indican que el apoyo en Serbia a la membresía del bloque cayó a menos de 60 por ciento por primera vez desde 2000.
«La gente está realmente nerviosa, y el gobierno es indiferente», dijo Brkic. «La gente quiere empleos, seguridad social y mejoras en todas las áreas».
El 12 de febrero, Serbia fue escenario de la mayor manifestación política desde la caída del régimen de Slobodan Milosevic en 2000. Más de 55.000 personas, lideradas por el Partido Progresista Serbio, se reunieron para exigir un cambio social.
Los oradores insistieron en el fomento del empleo, en una mejor atención social para los pobres y en el fin de la corrupción que, en sus propias palabras, ha «infectado todos los segmentos de la sociedad y del poder».
Serbia, con 7,4 millones de habitantes, ha perdido unos 400.000 empleos desde el comienzo de la crisis mundial e 2008. El desempleo afecta a 750.000 personas.
En términos reales, los salarios promedio cayeron de 500 a 300 dólares desde que la moneda local comenzó a perder su valor. Este mes, miles de profesores, policías y trabajadores de firmas en bancarrota protestaron en Belgrado durante varios días, exigiendo ayuda social.
La situación es casi similar en la vecina Croacia, con 4,4 millones de habitantes. Se trata del país balcánico más cerca de la membresía de la UE, que se concretaría a fines de 2012. Una reciente encuesta señaló que el apoyo al bloque en ese país cayó a 49,4 por ciento, el nivel más bajo registrado. Sólo 25 por ciento de los consultados dijeron que la membresía era un paso económico positivo.
«El gobierno intenta convencer al pueblo de que el ingreso a la UE será la solución de todos los problemas de inmediato», dijo el economista croata Zarko Modric a IPS. «Pero no funciona en la vida real, ya que 350.000 están desempleados y 70.000 trabajan, pero no han recibido su salario durante meses. Cuando el gobierno dice que ‘aún se necesitan más reformas dolorosas’, la gente lo traduce de inmediato como: ‘más y más pérdidas de trabajo'».
Para poder completar su proceso de membresía, Croacia, además de las «dolorosas reformas», debe solucionar el problema de cinco astilleros que la UE exige sean privatizados o cerrados.
Estos dan empleo a más de 15.000 personas que mantienen a otras 20.000. También proveen sustento a otros 10.000 trabajadores en las fábricas que aportan los insumos. Hasta ahora, la privatización ha fracasado y sólo los subsidios estatales mantienen a los astilleros.
Croacia también se ha visto sacudida por un escándalo de corrupción: el ex primer ministro Ivo Sanader fue arrestado en Austria acusado de un fraude multimillonario que involucraba a bancos de los dos países. Dos ex viceprimeros ministros también esperan juicios por corrupción.
Mientras, el plan político a largo plazo de Bosnia-Herzegovina de integrarse a la UE deberá ser archivado. Ese país, constituido por la entidad serbia República de Srpska y la Federación Croata-Musulmana, no ha logrado un acuerdo para conformar un gobierno central desde las elecciones de octubre pasado.
El estancamiento político es resultado de las rivalidades entre las dos entidades y la negativa de los serbios a reconocer a Sarajevo como la autoridad central.
Sin un gobierno que represente al país como un todo ante la comunidad internacional, es imposible avanzar en las negociaciones con la UE.
Por su parte, Albania está en crisis. La oposición se niega a reconocer los resultados de las elecciones parlamentarias de junio de 2009. Las tensiones estallaron el mes pasado con enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes opositores en las que murieron cuatro personas en Tirana. La integración de este país a la UE también ha quedado congelada por el momento.
En Kosovo, Hashim Thaci apenas ha podido formar una colación de gobierno este mes desde las elecciones de diciembre. Aunque sigue siendo el político más prominente, su reputación está cuestionada luego de denuncias que lo vinculan con el crimen organizado y el tráfico de órganos, contenidas en un informe del europarlamentario Dick Marty.
Aunque Kosovo no tiene aspiraciones de ingresar a la UE por ahora, el apoyo al ingreso al bloque allí es el más alto de la región, de 87 por ciento.