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¿Síntomas de nuevas primaveras?

Los Balcanes occidentales

Fuentes: Viento Sur

Una necesidad de Europa… La ampliación de la UE prosigue en Europa del Sureste, a pesar de una situación de turbulencias socioeconómicas y políticas sin precedentes, a la vez en la Unión y en los Balcanes: Croacia, sin salir del marasmo desde 2009, se convirtió en miembro de la UE el 1 de julio de […]

Una necesidad de Europa…

La ampliación de la UE prosigue en Europa del Sureste, a pesar de una situación de turbulencias socioeconómicas y políticas sin precedentes, a la vez en la Unión y en los Balcanes: Croacia, sin salir del marasmo desde 2009, se convirtió en miembro de la UE el 1 de julio de 2013, abandonando al hacerlo los «Balcanes del oeste» que reagrupan, para la UE, a los candidatos potenciales a la adhesión. Kosovo, por su parte, ha ganado el derecho a formar parte de ella «oficialmente». Incluso si sigue sin ser reconocido como estado por Serbia desde su independencia de febrero de 2008 (ni por todos los miembros de la UE y de la ONU), el acuerdo concluido con Kosovo a fines de abril de 2013 marca un giro: facilita los encuentros internacionales y abre la puerta de las negociaciones de ambas partes con la UE (un Acuerdo de Estabilización y de Asociación -ASA- con Pristina, mientras que Belgrado emprenderá la última etapa antes de la adhesión). La hipótesis optimista que estimula el avance de tales acuerdos es que la integración de todos los países de los Balcanes del oeste en un mismo marco europeo permitiría a las comunidades, divididas en varios países miembros, estar dotadas de una ciudadanía europea que facilitaría las relaciones. Esta perspectiva es sin duda también el trasfondo de la derrota de Sali Berisha en Albania, que mantenía abiertamente un discurso en favor de una «Gran Albania», mientras que las grandes potencias usan la zanahoria de la integración europea para intentar pacificar la región.

Esta perspectiva se enfrenta sin embargo al estado de la Unión y a sus orientaciones hacia políticas de austeridad y de competencia, que agravan las diferencias y favorecen dinámicas conflictivas. La primera es la persistencia de corrientes nacionalistas que se alimentan de la denuncia de las relaciones de «periferización» de los pueblos balcánicos por las grandes instituciones internacionales y europeas. La hostilidad del movimiento Vetëvendojsa (Autodeterminación) en Kosovo respecto a los recientes acuerdos firmados con Belgrado da fe de ello. Lo mismo ocurre en Bosnia-Herzegovina con los persistentes bloqueos nacionalistas contra la puesta en cuestión de las divisiones étnicas institucionalizadas en Dayton. El crecimiento de corrientes nacionalistas xenófobas de extrema derecha en el seno mismo de países miembros de la Unión -desde Hungría a Francia-y del racismo hacia los pueblos «perezosos» y laxistas del sur de Europa muestra, desgraciadamente, que la Unión no favorece la evolución hacia la integración.

… ¿pero qué Europa?

Una tendencia diferente -tercera vía entre la aceptación de la UE como tal y los repliegues nacionalistas- se abre difícilmente camino desde 2009, sin ofrecer por el momento una alternativa coherente. Expresa a la vez una crítica de la xenofobia y de las desastrosas violencias a que han llevado los proyectos de estados nación étnicamente puros, pero también las desilusiones crecientes hacia la integración en la UE tal como es: parcialmente «yugo-nostálgica», es defendida por la radicalización de una nueva generación en el contexto del ascenso del número de huelgas. Nuevos movimientos sociales expresan exigencias de «justicia social» que prevalezcan sobre los conflictos identitarios, denunciando la corrupción endémica, pero también las alternancias electorales sin alternativas y opciones reales. Cuestionan la construcción europea.

La crisis de la Eurozona y las orientaciones institucionales y socioeconómicas adoptadas para frenar la especulación de los mercados, han hecho de las deudas públicas el vector de políticas de austeridad duraderas a escala de toda la Unión, que deben ser traducidas en «reglas de oro» en las constituciones nacionales, incluyendo a los futuros candidatos a la Unión. Sin embargo esas deudas públicas son, en la Europa del Sudeste (y del Este, en general), bastante inferiores a las de la «vieja Europa». La «Nueva Europa» ha jugado, en efecto, un papel de «vanguardia» específica, radicalizando, tras 1989, el giro neoliberal de la construcción europea por el peso de la unificación alemana sobre la aplicación de los criterios de Maastricht en 1992 y las decisiones presupuestarias de la Unión en los años 2000. Los nuevos candidatos debían plegarse a ello para ser «reconocidos» dignos de «Europa». Mientras que la ampliación hacia los países del sur se había acompañado de un aumento de los fondos estructurales de la UE en dirección a los países y regiones más pobres, la dirigida a la periferia del Este se ha inscrito en una lógica de librecambio no atenuada por el papel social (desmantelado) de los estados, ni por un presupuesto redistributivo de la Unión digno de ese nombre. Al contrario, este último ha quedado con un techo de alrededor del 1% de su PIB (y continúa así). Incluso las ayudas públicas de pre-adhesión estaban condicionadas por privatizaciones y acuerdos de libre cambio y los principales financiamientos debían ser privados y orientados hacia las inversiones directas en el extranjero (IDE). Este proceso fue facilitado por la privatización de los bancos, que tomó la forma predominante de filiales de bancos de Europa Occidental. Por eso la parte de los activos extranjeros se sitúa en los Balcanes del Oeste entre el 74% (Serbia) y más del 90%, con dos países (Kosovo y Montenegro) que, además, utilizan el euro sin ser miembros de la UE. Esta integración financiera, incluso monetaria «orgánica», era hasta 2009 percibida como garantía de estabilidad y de crecimiento.

En la fase eufórica de «recuperación» anterior a 2009, las IDE fueron atraídas por un dumping fiscal y social, ypor las perspectivas tranquilizadoras de adhesión a la UE. Sin embargo, fueron acompañadas de un fuerte endeudamiento y de desequilibrios exteriores. Las recesiones más graves de 2009 (del 7% al 3% del PIB) afectaron a los países en los que el crecimiento había sido más fuerte: Croacia, Montenegro y Serbia. Por su parte, Kosovo y Albania fueron los únicos de la región en mantener un crecimiento positivo en 2009: el primero, tras su declaración de independencia, gracias a fuertes inversiones públicas sostenidas por inversores y transferencias de la diáspora; el segundo, igualmente por el apoyo público de la demanda interna en un contexto electoral tenso y por la vuelta al país, con sus ahorros, de la población inmigrada afectada por el paro en el país de acogida. La región entera ha tenido dificultades para salir de la crisis, con una demanda interna débil, y una bajada de las IDE y de los créditos que habían alimentado el crecimiento antes de 2009 (no sin crear burbujas inmobiliarias como en Montenegro o en Croacia). Desde 2010, ha sido la coalición de las grandes instituciones financieras (llamada «Iniciativa de Viena», renovada en 2011 y que continúa en vigor) la que ha contenido el riesgo de repatriación de los fondos bancarios por las casas-madre que temía el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), en el contexto persistente de la acumulación de los créditos dudosos en el país de origen y el de acogida.

En 2012 el panorama se deteriora de nuevo en el conjunto de los Balcanes del Oeste. El crecimiento de Kosovo se ralentiza, aún siendo todavía el más fuerte, pero es el país más pobre. La recesión golpea de nuevo Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Montenegro y Serbia; y el WIIW (Wiener Institut für Internationale Wirtschaftsvergleiche) ha debido revisar a la baja los pronósticos de crecimiento de Albania, debido, en particular, a una disminución importante de las inversiones. Pesan sobre todos esos resultados la caída de las exportaciones hacia la Eurozona, en particular su periferia Sur, una demanda interna privada débil, y las presiones del FMI y de las autoridades europeas sobre la evolución de los gastos públicos, con objetivos de deuda pública fijados por debajo del 45% del PIB. Observemos de paso que las deudas públicas siguen estando ampliamente por debajo de la media de la UE28 (alrededor del 85% del PIB), aunque supera el 50% en Serbia, Montenegro y Albania, y con un nivel particularmente bajo, de alrededor del 6%, en Kosovo. Los déficit corrientes con el exterior (cerca del 20% del PIB en Montenegro y alrededor del 10% en Bosnia-Herzegovina, Serbia, Albania, Kosovo) reflejan, por su parte, los desequilibrios mayores del comercio y los movimientos de las rentas del trabajo (emigrado) y del capital extranjero.

La frágil recuperación de las IDE (mayoritariamente europeas en los Balcanes) en 2011, tras una fuerte caída en 2008, no se ha confirmado en 2012. Los déficits comerciales se han degradado como consecuencia del alza de los precios de los productos importados, sin que ésos aumenten en volumen, debido a la débil la demanda interna. La UE concentra el 65% de los intercambios exteriores de la región cuyo déficit aumenta. Los países se esfuerzan por reorientar los flujos comerciales: a veces hacia China y los países árabes, y hacia los Balcanes en sentido amplio, incluyendo Bulgaria y Rumanía. Peo esto sigue siendo modesto (inferior al 12 % de los intercambios).

Señalemos que la adhesión de Croacia a la UE tendrá por efecto modificar la situación elevando barreras no tarifarias para los productos importados por Croacia provenientes de la zona de libre cambio centro europea (CEFTA) a la que pertenece, pero que excluye a los países convertidos en miembros de la UE. El CEFTA, a día de hoy, solo agrupa a Moldavia y a los países de los Balcanes del Oeste (ya sin Croacia). Bosnia Herzegovina será la más afectada, porque se convierte en la nueva frontera de la UE, y porque en 2011 recibía el 12% de las exportaciones croatas y más del 3% de las importaciones, aunque el balance podría ser parcialmente modificado por deslocalizaciones de empresas croatas hacia Bosnia Herzegovina (BH).

Consecuencia del deterioro de la situación económica, lo «social» se ha convertido en el centro de las preocupaciones populares en los Balcanes del Oeste. La tasa de paro se sitúa, en efecto, entre el 14% (Albania) y más del 45% en Kosovo y en BH, permaneciendo desde hace varios años por encima del 30% en Macedonia, una cifra hacia la que tiende Serbia, donde la tasa se ha duplicado desde 2009. Más del 40% de las personas entre 15-24 años, como media, son parados -una cifra que sube al 60% en BH, en Kosovo, y más del 50% en Serbia-, contra alrededor del 40% como media en la UE. El paro de larga duración es también superior a la media de la Unión (en particular en Macedonia y en BH donde alcanza más del 80%). Además, estas cifras están subestimadas debido a la bajada de la población activa (por el desánimo de los buscadores de empleo y el despliegue de una economía informal evaluada en el 30% del PIB, contra el 20% como media en la UE). En fín, los salarios brutos medios en los Balcanes occidentales, comparados a una base 100 para la UE28, se escalonan, según Eurostat, entre 9,7 en Albania, y 24,8 en Montenegro, muy por debajo de la media de los 11 nuevos miembros de Europa del este (32,7). Una investigación de la que ha informado Courriers des Balkans del 30 de julio de 2013 sitúa los salarios mínimos incluso por debajo de los de China.

Globalmente, los pronósticos de crecimiento para 2013, aún siendo mejores que el año precedente, siguen siendo mediocres y frágiles por las incertidumbres que afectan a la UE, en particular en lo que concierne a la bajada de los fondos enviados por los emigrantes que juegan un papel muy importante en los Balcanes del Oeste. Las diferencias de crecimiento tienen que ver con las evoluciones específicas de los principales países socios -a menudo Italia y Grecia, pero sobre todo Alemania y Suiza para Kosovo. La segunda «Iniciativa de Viena» reúne de nuevo desde 2011 a todas las grandes instituciones financieras internacionales, la Comisión Europea y representantes de los países de origen y de acogida de los bancos comerciales, masivamente depositarios de capitales extranjeros en Europa del Centro, del Este y del Sureste. Su informe de julio de 2013 rectifica la evaluación más optimista del precedente; subraya que la segunda ola de reducción de los fondos por las casas-madre de los bancos locales, constatada en 2011, ha proseguido en 2013 en toda esta región, acompañada de una debilidad de los créditos. Su Comité Director debe discutir más precisamente las implicaciones para los países no miembros de la Unión (por tanto, los Balcanes occidentales) de transformaciones en curso en los mecanismos de supervisión bancaria europeos: se inquieta por el aumento de los préstamos no rentables. La nueva orientación preconizada para el futuro por el BERD es la sustitución de la financiación externa por los depósitos domésticos, lo más rápidamente posible. El informe del WIIW de julio de 2013 retoma esta orientación y preconiza «un nuevo modelo de crecimiento» fundado en la demanda doméstica de consumo y de inversión. Pero constata que este «nuevo modelo» está lejos de estar aún aplicado, «en particular en los Balcanes». Se interroga sobre posibles «revoluciones futuras», teniendo en cuenta los pronósticos pesimistas para 2013.

¿Hacia «Primaveras balcánicas»?

Como ocurre desde hace varios decenios, la regla sigue siendo a menudo la dispersión de huelgas y manifestaciones a veces desesperadas. En un contexto de ascenso del descontento social contra la corrupción y las privatizaciones fraudulentas, las luchas contra la privatización de los servicios públicos, en particular de la educación, han marcado, desde 2009, la entrada en escena de una nueva generación en varios países. Los «indignados» de Rumanía y Bulgaria, pero también de Turquía marcan las conciencias. Pero en el «espacio yugoslavo», los temas «autogestionarios» que son abordados en un conjunto de foros y de redes sociales tienen también una cierta resonancia. Se crean lazos, a la vez verticales (entre jóvenes intelectuales y trabajadores en huelga) y horizontales (transnacionales, balcánicos). Dan fe de ello la red «Balkan Student» que se ha reunido por 4ª vez en diciembre de 2012 en Skopje (con participantes de Serbia, Kosovo, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia), pero también el «Foro social de los Balcanes», organizado en Croacia por segunda vez en mayo de 2013, en el marco del «Festival Subversif», no sin relaciones con los jóvenes animadores de los ciclos de formación y discusión de la «Universidad paralela autogestionada» de Ljubljana.

Tras los conflictos balcánicos de los años 1990, las opciones políticas ofrecidas han sido a menudo binarias: nacionalismos contra «europeísmos» alineados con las políticas de la UE. Las nuevas redes balcánicas expresan una crítica en esos dos planos y revelan una crisis general de la democracia representativa. Ésta se concreta en la desconfianza creciente hacia los partidos políticos. La gestión colectiva de los «comunes» -cuyo estudio ha valido a Elinor Ostrom el Nobel de economía en 2009- emerge también como reflexión nueva contra la privatización de los servicios públicos o de antiguas propiedades colectivas.

Las luchas estudiantiles de 2011 en Montenegro, así como en Croacia o en Serbia, cualesquiera que hayan sido sus resultados, han marcado duraderamente a una nueva generación que ha utilizado ampliamente las redes facebook. La resistencia a la privatización de la educación entra en resonancia con las protestas contra las bajadas de salarios y de las pensiones cuando las tarifas de los servicios públicos aumentan y se enriquece un «estado mafioso». Estas dinámicas han sido perceptibles en Albania en manifestaciones recurrentes, en Montenegro en 2012, convocadas por sindicatos, organizaciones anticorrupción y estudiantiles, o también desde 2013, en Bosnia-Herzegovina, en un movimiento de conjunto «contra el nepotismo y la arrogancia» de la clase política. En este último país, la «revolución de los bebés» (ver más abajo) ha unido a ciudadanos de todos los orígenes, hartos de las funestas consecuencias de los conflictos paralizantes de los partidos nacionalistas en el poder. En el curso del verano de 2013, manifestaciones análogas han tenido lugar en Skopje; o también en Serbia, donde miles de investigadores y estudiantes se manifestaban contra la mercantilización de la educación y de la investigación, pero también en solidaridad con las grandes empresas privatizadas de forma fraudulenta, y contra los partidos de todas las etiquetas, recordando las de los «indignados» de derecha y de izquierda de Bulgaria.

La revuelta se dirige contra toda la clase política porque, cualquiera que sea su etiqueta, los partidos en el poder ignoran las protestas populares y preconizan las mismas políticas bajo la presión de las instituciones internacionales y europeas. Los clichés negativos sobre los fatales odios interétnicos balcánicos, olvidan la recurrencia de los acercamientos balcánicos del pasado: el apego a la diversidad de las identidades e historias nacionales, puede ser más respetado si las fronteras toman menos importancia, y los derechos sociales y políticos compartidos aumentan en el marco común. Es claramente la cuestión mayor planteada a la «construcción europea».

Albania

Desde las elecciones legislativas de 2009, las negociaciones de Albania con la UE estaban suspendidas por causa de fraudes electorales, de violencia policial y de corrupción. El Partido Socialista (PS) boicoteaba los trabajos del Parlamento para protestar por la victoria del Partido Democrático (PD) de Sali Berisha. Las manifestaciones populares se han multiplicado hasta las elecciones legislativas de junio de 2013. Tras alternancias que han visto a la derecha dominar durante los trece años del cuarto de siglo pasado, entre ellos los ocho últimos, Albania ha girado «a la izquierda». La derrota de la coalición de derechas, dominada por el PD, ha sido indudable, con una ventaja inesperada del 11% de sus adversarios. El primer ministro saliente, Sali Berisha, no se había cortado en absoluto a la hora de promesas de aumentos salariales y de las jubilaciones, improvisadas en vísperas del escrutinio. Había también coqueteado con el tema de una «Gran Albania», lo que ha podido más asustar que convencer, en particular en el contexto de la hostilidad de las grandes potencias a esa lógica. Frente a la amplitud de su derrota, acaba de renunciar a dirigir el PD. El nuevo Primer Ministro, el artista y alcalde de Tirana, Edi Rama, se ha ganado una cierta popularidad por su creatividad contra la monotonía de la vida en la capital. Proclama la voluntad de buenas relaciones con todos los vecinos, reforzando la probabilidad de una recuperación de las negociaciones con la UE de aquí a 2014. ¿Pero puede cambiar el «disco duro» del sistema infectado por el virus de la corrupción generalizada?

Según el FMI, la capacidad de adaptación de Albania respecto a la crisis desde 2008 se basaba en la parte limitada del comercio exterior en su crecimiento, la importancia de los depósitos domésticos en los bancos extranjeros y la vuelta de los emigrantes repatriando su ahorro. El FMI añade a estos factores una política pública de apoyo del crecimiento en 2009-2010, otras tantas causas que no tienen que ver con lo que preconiza. Pero al haber aumentado la deuda pública (a cerca del 60% del PIB), el Fondo plantea ya su ortodoxia habitual -aún teniendo pronósticos de crecimiento del orden del 1% para 2013, más pesimistas que los del WIIW.

Desde 2012, Albania ve su crecimiento afectado por la caída de las inversiones y el entorno negativo de sus principales socios europeos, Italia y Grecia. Estos últimos son también los países de origen de más del 30% de los activos bancarios (de los que, en total, más del 90% son extranjeros). La reducción del déficit comercial en 2012 viene de una bajada de las importaciones acompañando a la de la demanda interna. Ha habido conflictos que han opuesto a los partidos dominantes en cuanto a la privatización del sector de la energía hidráulica o a los proyectos de autopistas, entre ellos la «autopista de la corrupción» o la»obra del siglo» que liga Albania con Kosovo, denunciada por sus concursos de contratación ficticios. Según los pronósticos del BERD, el cambio de mayoría no implicará la renuncia a los proyectos de privatización en curso. Éste recuerda también las medidas de apoyo a los bancos en dificultades, vía la puesta en pie de un banco de rescate de los créditos dudosos, bajo condición de sumisión de las sucursales de bancos extranjeros al control del país de acogida. Pero indica que el 55% de los bancos albaneses estiman estas obligaciones demasiado costosas y que el 17% entregan sumas «irregulares» a las autoridades de regulación (el montante más creciente y más elevado de la región).

Bosnia Herzegovina (BH)

Tras dos años de crecimiento anémico, el país ha caído en recesión en 2012 con una demanda interna de consumo y de inversión débil o nula y una caída de las exportaciones bajo el impacto de la recesión en Slovenia, Italia y Croacia. La entrada de esta última en la UE, modifica las fronteras de la UE que bordearán Bosnia-Herzegovina. Los nuevos puestos fronterizos deben actuar según las normas. Pero hay también que arreglar puentes, carreteras y plazas de estacionamiento para los camiones. Las condiciones de intercambio se modifican también (ver informe sobre Croacia) -lo que será atenuado por deslocalizaciones de algunas empresas croatas en BH.

Los créditos bancarios son débiles y el sector bancario, en más del 92% dominado por activos extranjeros -provenientes principalmente de Austria y de Italia- está bajo la presión de las regulaciones que intentan contrarrestar las retiradas de los bancos-madre. Los préstamos dudosos han aumentado sustancialmente: según el BERD, han pasado del 5,9 % de la totalidad de los préstamos en 2009 a más del 12% en 2012. En Septiembre de 2012, tras la suspensión de un precedente acuerdo con el FMI en el contexto de quince meses de crisis gubernamental, un nuevo Acuerdo Stand-by (SBA) ha sido realizado bajo la condición de reformas estructurales y de políticas de austeridad internas.

Trece años después de los Acuerdos de Dayton/París, el cierre de la Oficina del Alto Representante (BHR) sigue condicionado al logro de acuerdos, en particular sobre el reparto de las propiedades del estado y de las propiedades militares así como de modificaciones constitucionales. Estas últimas intentan ampliar los derechos cívicos a todos los ciudadanos, que se sigue enfrentando a las resistencias de las «entidades étnicas» que defienden los Acuerdos de Dayton. La Convención de salvaguarda de los derechos humanos y de las libertades fundamentales ha emitido una sentencia «Sedjic-Finci» por el nombre de los ciudadanos bosnios respectivamente de origen rom y judío que han presentado una denuncia por discriminación. La sentencia sigue sin ser aplicada. La prosecución de las negociaciones del Acuerdo de Estabilización y de Asociación (ASA), primera etapa para convertirse en candidato a la UE, depende de la satisfacción de estas diversas condiciones.

El gobierno central, constituido en febrero de 2012, se ha visto confrontado a escándalos financieros y remodelaciones. Ha adoptado el presupuesto 2013 comprometiéndose ante el FMI a reducir los gastos públicos para contener la deuda. En diciembre de 2012, el Parlamento de la Republika Srpska (RS) -entidad bosnio-serbia- estaba confrontado a importantes manifestaciones de protesta contra la bajada de los salarios de los funcionarios en un 10%.

Es en este contexto, en 2013, en el que ha estallado la «Revolución de los bebés». El slogan «estamos todos juntos» de este despertar ciudadano de junio de 2013, se ha concretado primero en la exigencia de un sistema único de registro civil. En efecto, la incuria de los partidos nacionalistas bloqueaba la entrega de números de registro de los bebés desde febrero de 2013, mientras una niña de tres meses debía ser atendida en Alemania. Se ha tratado de las primeras manifestaciones que reunían a bosnios, bosnio-croatas y bosnio-serbios desde la «insurrección por la paz» en 1992. El movimiento se ha extendido a todas las grandes ciudades de BH combinando la mayor diversidad de las reivindicaciones y el envío recíproco de mensajes de solidaridad. En Sarajevo los estudiantes han protestado contra el sistema universitario y, en Banja Luka, los ciudadanos se han opuesto a la destrucción de un parque para construir un centro comercial (como en Turquía). Los electos han intentado «dividir para reinar» (en la República Srpska, calificando de «antiserbias» las manifestaciones), pero han sido el hazmerreír de la población. Esas dinámicas se han expresado en los preparativos del censo de octubre: ¿escaparán las declaraciones a las categorías etno-nacionales impuestas, con declaraciones de minorías (roms, judíos), o de ciudadanía bosnia? Se ha sabido solo (en diciembre ) que el país ha perdido 585.000 habitantes, sin información sobre las estadísticas étnicas.

Kosovo

El proyecto de acuerdo del 19 de abril de 2013 entre Kosovo y Serbia bajo la presión de la UE ha sido validado el 22 de mayo por sus dirigentes respectivos. El acuerdo concierne a la comunidad de los serbios del norte de Kosovo (alrededor de 40.000 personas), con la abolición de las instituciones paralelas serbias en esta región fronteriza (por medio de una transición hasta las elecciones del 3 de noviembre de 2013) y la formación de una Asociación de las Municipalidades Serbias dotada de una amplia autonomía. No dice nada sobre los albaneses del valle de Presevo en Serbia.

Kosovo ha conservado un crecimiento positivo desde la crisis, como media el más alto de los Balcanes del Oeste, pero pasando del 4,5% en 2010 al 3% en 2013, aún siendo el estado más pobre de los Balcanes occidentales, con una tasa de paro de cerca del 45% (más del 60% en el caso de los jóvenes). Este crecimiento ha sido acompañado de una fuerte inflación ligada a los productos importados. Los conflictos y el protectorado han legado un país con estructuras productivas muy deterioradas y que importa la casi totalidad de sus necesidades. El déficit comercial (el 40% del PIB en 2012) ha aumentado desde 2008, contribuyendo al déficit elevado de su balanza corriente. Los Balcanes del Oeste cuentan con más del 30% de sus intercambios -con una parte mayor para Macedonia-, haciéndose el resto sobre todo con la UE.

El FMI subraya la fragilidad de este crecimiento, debido a su fuerte dependencia de las aportaciones de fondos de la diáspora de Suiza y de Alemania. El sistema bancario, en el que dominan los bancos extranjeros, reposa, más que en otros países de la región, en depósitos domésticos -lo que le asegura una cierta estabilidad- y conoce menos créditos dudosos. Es, sin embargo, objeto de medidas de consolidación (fondo especial gestionado por el Banco Central, asegurando reservas tomadas de los bancos, que ha encarecido los créditos). El acuerdo técnico de gestión del euro (moneda «nacional») priva al Banco Central de toda autonomía de política monetaria al mismo tiempo que el presupuesto está gestionado con límites estrechos. La deuda pública es particularmente baja -por debajo del 7% del PIB-, con un déficit presupuestario del 1,2% en 2012. El conjunto no responde a las necesidades de sustitución de las importacionespor producciones locales y de puesta a flote de los servicios públicos, objetivos que no están en la ortodoxia de la agenda neoliberal.

Las elecciones municipales de diciembre constituyen un giro político para Kosovo. Están marcadas por el fin de la hegemonía absoluta del Partido Democrático de Kosovo (PDK), del rimer ministro Hashim Thaçi. La LDK (Liga Democrática de Kosovo) fundada en 1989 por Ibrahim Rugova, refuerza sus posiciones en todo el país. El movimiento Autodeterminación (Vetëvendojse), tercera fuerza parlamentaria, crítico con la tutela de la UE sobre Kosovo, gana la capital Pristina -su candidato, Shpend Ahmeti, ha centrado su muy popular campaña en la democracia social. Pero sobre todo, la lista Srpska, apoyada por Belgrado ha logrado la mayoría en nueve de diez comunas, cinco en el sur y cuatro en el norte del río Ibar, incluyendo Mitrovica-norte a pesar de los incidentes. La fuerte participación de los serbios, debería permitir nacer a la futura Comunidad de las comunas serbias de Kosovo.

Macedonia

Como en el resto de la región, 2012 había sido un año peor que el precedente para Macedonia, que volvía a caer en la recesión (-0,2%). Los pronósticos para 2013 son más optimistas que el 1,2% inicialmente anticipado. Pero esta recuperación depende en particular del crecimiento en Grecia y de una recuperación de la demanda interna. Sin embargo la debilidad de los créditos y la tasa de paro superior al 30% poco sensible a las variaciones anuales antes o después de la recesión, inclinan más bien a pronósticos de marasmo duradero. Pero la deuda pública es estable y no supera el 36% del PIB, siendo el déficit de la balanza corriente, por su parte, menor que en los vecinos balcánicos gracias a importantes envíos de rentas de la población expatriada.

Las autoridades, en este contexto, han recurrido más al déficit presupuestario (que ha pasado del 2,7% del PIB en 2009 al 3,9% en 2012) favoreciendo la inversión (pasando del 3,2% de crecimiento en 2011 al 7% el año siguiente), pero no al consumo de las familias, que ha caído. En 2013 las modificaciones en el reparto de los gastos públicos deberían respetar globalmente los límites recomendados por el FMI.

El comercio exterior está privilegiado como fuente de crecimiento (jugando con la bajada de los salarios, en el marco de una tasa de cambio rígida). Sin embargo las exportaciones han retrocedido en 2012, en un medio ambiente desfavorable. Alemania es el principal cliente del país (cerca del 30% de las exportaciones), por delante de Kosovo y Serbia, con un ascenso de las compras de China, que ha pasado de ser el cliente 30º al 7º entre 2008 y 2012. Las importaciones provienen principalmente de Grecia (más del 12% del total), que está por delante de Alemania (menos del 10%). Macedonia se ha convertido en cada vez más dependiente de las importaciones agroalimentarias. Se cuestionan las privatizaciones, que han producido la parcelación extrema de las tierras, sin el apoyo a las capacidades de producción y de transformación de los productos agroalimentarios. Un número creciente de tierras arables está en barbecho o utilizado para otros fines, privados o públicos, como un proyecto de construcción de un aeropuerto de carga.

Las transferencias de rentas de los expatriados en 2012 están evaluadas en el 18% del PIB, es decir los tres cuartos del déficit comercial. El sistema bancario macedonio está debilitado por sus solapamientos con los bancos de Grecia y de Serbia, aunque el FMI lo estime suficientemente capitalizado y líquido para hacer frente al aumento constatado de préstamos no rentables, en particular en divisas extranjeras.

La proximidad con Grecia continúa pesando, con el veto persistente de ésta a la adhesión del país a la UE o a la OTAN. El agresivo proyecto Skopje 2014 (cifrado oficialmente en 80 millones de euros -200 según la oposición) levanta muchos conflictos «identitarios» a la vez que pesa sobre la deuda del estado hacia el sector privado. Percibido por sus críticos como un «kitsch nacionalista», este asombroso proyecto, que se supone va a dar brillo al blasón del país multiplicando las estatuas (entre ellas la que simboliza a Alejandro Magno a caballo, de más de 22 metros de altura, y las 60 estatuas de personalidades políticas), puentes, arcos de triunfo y ópera, y atraer a los turistas, es irritante tanto para la población albanesa como para sus vecinos griegos. Convocados por la Asociación de Arquitectos de Macedonia, los habitantes de Skopje han formado, el 14 de junio de 2013, una gran cadena humana alrededor del centro comercial Gradski trgovski centar – GTC, lugar importante de encuentros desde su construcción en 1971, para salvarlo de los «retoques barrocos» con los que Skopje le amenaza. Los gastos presupuestarios han sido objeto, desde su adopción en diciembre de 2012, de protestas y enfrentamientos. La coalición de centro derecha en el poder desde hace siete años se apoya en reflejos patrióticos y un control muy fuerte de los medios. El próximo futuro dirá si la población aprecia las consecuencias positivas anunciadas de esos gastos o si predomina la denuncia de grandes «proyectos inútiles», incluso extravagantes.

Montenegro

Montenegro, que volvió a entrar en recesión en 2012 (-0,5%) tras una recuperación basada en el comercio exterior, debería conocer un crecimiento del 1,3% en 2013. La caída importante y continua de las inversiones productivas desde 2009 (del 15% por año como media durante tres años) ha provocado una fuerte disminución de la producción industrial. El impacto negativo del mercado mundial ha afectado también a las exportaciones de la mayor empresa exportadora de Montenegro, el combinado de aluminio de Podgorica (KAP). La desindustrialización del país va acompañada de una dependencia creciente respecto del turismo. Si las IDE se han mantenido en parte en la costa, a pesar (o beneficiándose) de la burbuja inmobiliaria de los años precedentes, numerosos proyectos inmobiliarios periclitan, poniendo a algunos bancos al borde de la quiebra. Algunas recientes leyes han introducido nuevas regulaciones para estabilizar el sistema bancario; pero éste continúa expuesto a numerosos créditos no recuperables.

La mayoría del partido del Primer Ministro Milo Djukanovic, el DPS (Partido Democrático de los Socialistas), en el poder desde 1989, está sacudida por la crisis. Se ha visto confrontada desde 2011 a la explosión de una «primavera social» contra el «estado mafioso» (según el informe de Courriers des Balkans del 16 de mayo de 2012). Miles de jubilados, de estudiantes y de trabajadores han denunciado durante meses, bajo el impacto de otros movimientos de «indignados» en el mundo, las privatizaciones mafiosas, el aumento de los precios de las matrículas en la universidad, el «crimen organizado». No es seguro que la «estabilidad gubernamental» esté asegurada, a pesar de la reelección del actual presidente Filip Vujanovic el 7 de abril de 2013 por una corta mayoría, protestada por la oposición. En el referéndum de independencia, en 2006, el dirigente del DPS prometía una tasa de paro nula en cuatro años. Está actualmente cerca del 20%. Las cuestiones de identidad nacional y de relación con Serbia son ya secundarias en relación a la bajada del nivel de vida y a la precarización, que hacen insoportables las sospechas de fraudes, los escándalos ligados a la corrupción o a las finanzas dudosas, o la política económica de compresión de los gastos públicos. Jubilaciones congeladas, nuevos impuestos sobre los salarios, subida del IVA y subida de la inflación con subida del paro suscitan un descontento creciente.

Pero los 1200 empleos que serían suprimidos del combinado del aluminio KAP si el cierre de la fábrica se confirmara, pueden constituir un verdadero polvorín. Hay un pulso con las autoridades rusas. Compraron el KAP en 2005, pero el gobierno montenegrino protesta por las sumas pretendidamente invertidas, a la vez que está forzado a cubrir las deudas de la fábrica, tal como está previsto en el contrato de venta, es decir 400 millones de euros. Además, habiendo quedado impagadas las facturas debidas por la electricidad consumida de Montenegro, la fábrica ha sido desconectada de la red nacional y -con el apoyo del gobierno, según la oposición- se ha enganchado fraudulentamente durante meses a las redes de electricidad europeas: el montante de este robo sería de cerca de ocho millones de euros. «Es la primera vez que nos vemos confrontados a una situación así en cincuenta años» declaran los expertos de Bruselas (Courriers des Balkans del 17/07/2013). Si se confirma la implicación gubernamental en esta operación, acumulada a las pérdidas de empleos y a los recortes presupuestarios drásticos para devolver las deudas, Montenegro habría entrado en zonas de altas turbulencias. ¿La negociación de su adhesión a la UE se verá afectada por ello? ¿O ayudará a los poderes a enfrentarse a las protestas populares?

Serbia

El crecimiento previsto para 2013 supera a penas el 1% tras una nueva recesión del 1,7% en 2012. Ahora bien, en su elección en 2012, el nuevo gobierno de coalición serbia había prometido al FMI que el déficit presupuestario caería al 3,6%. Revisado en el 6% para 2013, el déficit superará sin duda el 7% del PIB. Pero las medidas de congelación de las jubilaciones y de los salarios defendidas por el FMI dividen a la coalición, igual que la continuación de las privatizaciones o la introducción de una mayor flexibilidad en el código del trabajo. El temor a las protestas sociales se hace sentir, teniendo en cuenta la amplitud del paro ya existente (cerca del 25%), tras una fuerte caída de las inversiones y del consumo desde 2009, en un país en el que el salario mínimo (de 188 euros) es más bajo que en China (200 euros, según un estudio del que informa Courriers des Balkans del 30/07/2013).

Globalmente, la estrategia de crecimiento del gobierno se basa en las «ganancias de competitividad» engendradas por la bajada de los salarios. Pero, en el estado actual de la economía, el aporte de las exportaciones netas al crecimiento sigue siendo insuficiente, teniendo en cuenta la amplitud del marasmo interno, a pesar del lanzamiento de la producción de la fábrica FIAT de Kragujevac. Tanto más cuanto que la política monetaria del banco central, buscando bajar la inflación mediante la subida de las tasas de interés, ha producido una apreciación de la tasa de cambio desfavorable a las exportaciones. Un año después de la elección de Tommislav Nikolic, el verano de 2013 ha estado marcado por negociaciones interminables y opacas para una nueva remodelación ministerial, descartando por el momento la eventualidad de elecciones anticipadas.

Según el Courriers des Balkans del 13 de julio de 2012, los partidos de la nueva mayoría, cuando fueron elegidos, se repartieron el control de las grandes administraciones y de las empresas públicas: al Partido Progresista Serbio (SNS) le corresponderían Telekom Srbija y el Banco Nacional de Serbia, mientras que al Partido Socialista de Serbia (SPS) se le atribuiría Electricidad de Serbia, los seguros Dunav y Correos. Según la misma fuente, le corresponderían a Regiones Unidas de Serbia (URS) el banco Komercijalna y las Estaciones de Esquí de Serbia. El dirigente del URS, Mladan Dinkic, gran financiador del gobierno, es apoyado por los Emiratos Árabes Unidos, con quienes ha negociado importantes contratos; la compañía Ethiad de los Emiratos ha comprado el 49% de JAT Airways, convertida en Air Serbia, y están previstas otras inversiones.

En junio, la coalición se ha puesto de acuerdo en no introducir la congelación de los salarios y emprender la privatización de numerosas empresas públicas. Y ha anunciado en agosto el nombramiento para el ministerio de finanzas de un joven economista de 29 años, Lazar Krstic, empleado del gabinete McKinsey. Éste ha anunciado un programa de austeridad ultraliberal: liquidación o venta de 179 empresas públicas de aquí a un año, reforma de las pensiones y del sistema de salud, flexibilidad del trabajo, en el marco de una cooperación estrecha con el FMI y el Banco Mundial. La apertura de las negociaciones de candidatura con la UE de aquí a enero de 2014, y la llegada a Serbia de DSK como consejero del gobierno (confirmada en septiembre) tienen pocas posibilidades de atenuar el riesgo de explosiones sociales producidas por un programa así. «Tahrir, Taksim, Konj» proclamaban el pasado mes de julio algunas pancartas en la plaza de la República dominada por un caballo (Konj). Cuando numerosas empresas estaban en huelga, 3000 jóvenes científicos exigían «justicia social» ante una banderola que reproducía el nombre de las grandes empresas públicas. ¿Hacia una Primavera de los Balcanes?

Este artículo es el capítulo Balcanes occidentales del «Tableau de Bord des pays d’Europe centrale et orientale et d’Eurasie», bajo la dirección de Jean Pierra Pagé. Estudios del CERI n.201, diciembre 2013. Sciences Po/CERI

http://www.europe-solidaire.org/spip.php?page=article_impr&id_article=30864

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

Fuente: http://www.vientosur.info/spip.php?article8748