Silvio Berlusconi dijo el otro día que los Centros de Identificación y Expulsión italianos «parecen campos de concentración». El 7 de mayo, Italia inició el bloqueo naval de inmigrantes gracias a un acuerdo con Libia, y ahora los emigrantes que intentan alcanzar las costas de Sicilia están siendo devueltos a Trípoli. Libia no ha firmado […]
Silvio Berlusconi dijo el otro día que los Centros de Identificación y Expulsión italianos «parecen campos de concentración». El 7 de mayo, Italia inició el bloqueo naval de inmigrantes gracias a un acuerdo con Libia, y ahora los emigrantes que intentan alcanzar las costas de Sicilia están siendo devueltos a Trípoli. Libia no ha firmado la Convención de Ginebra sobre derechos humanos, así que es fácil imaginar cómo serán los centros en tierra de Gaddafi. Christopher Hein, director del Comité Italiano para los Refugiados (CIR) los ha visto. Calcula que hay al menos 8.000 personas retenidas sin garantías en 40 centros, aunque él sólo ha podido visitar 10. Hein (Alemania, 1945) pide a Europa que abra canales migratorios para acabar con el tráfico de seres humanos y detener las 13.000 muertes (oficiales) que se ha cobrado el Mediterráneo desde 1998.
Pregunta. ¿Conoce los términos del acuerdo entre Italia y Libia para la devolución de emigrantes?
Respuesta. No. Creo que hay sólo un entendimiento, no un acuerdo formal. Usualmente, los países que admiten a repatriados exigen pruebas de que partieron de sus costas, y que sepamos Libia no las pide.
P. ¿Cómo trata Libia a los emigrantes?
R. Los centros no tienen garantía. No hay límite de tiempo, no asiste la Media Luna, no hay leyes. Retienen incluso a embarazadas, hace poco liberamos a una que estaba de nueve meses. Según un comité humanitario que preside un yerno de Gaddafi, hay 5.400 personas detenidas, pero tenemos razones para pensar que la cifra es bastante mayor. A veces algunos salen. El año pasado había 750 eritreos y este año 250. En los centros del sur retienen a los emigrantes que detienen en el desierto. Ellos cuentan 25 centros en total, pero pensamos que al menos hay 40, de varias dimensiones. Nosotros conocemos sólo 10, la mayor parte en la costa. ACNUR ha podido visitar algunos. Hace dos años no se podía.
P. ¿Cree que el bloqueo es una medida temporal?
R. No, el ministro Maroni ya anunció en enero que iban a acabar con los desembarcos, pero ha habido un gran aumento en estos meses. Entre enero y abril llegaron 6.400 personas por mar y hubo 6.800 peticiones de asilo en todo el país, el número más alto de Europa.
P. ¿Cuántas acepta el Gobierno?
R. Difícil saberlo, porque la ley dice que el proceso debe durar 35 días y a veces dura ocho meses. El año pasado se duplicaron las peticiones y muchos pasaron meses en el limbo.
P. El Paquete de Seguridad ampliará a seis meses la estancia.
R. Eso penaliza sobre todo a los que piden asilo. Si no colaboran en la repatriación, pueden estar seis meses encerrados. Maroni dirá que decidirán en 60 días, pero eso habrá que verlo. Con el bloqueo naval, puede bajar el número de peticiones. La estrategia evidente es reducir la cifra de asilos concedidos.
P. ¿Tiene precedentes ese bloqueo?
R. España lo hizo con Mauritania y Senegal, a través de Frontex, con acuerdos y presencia diplomática y militar en ambos países. La pequeña diferencia es que los dos países habían firmado la Convención de Ginebra. Y Libia no. Además, España no dijo que no le importaba lo que les pasara a los inmigrantes, como hemos oído en Italia. Hay otro precedente más, el de Grecia con Turquía. Los repatriaban de noche, de forma clandestina, por las islas o por el río de la frontera.
P. ¿De dónde proceden los emigrantes de los barcos rechazados?
R. De Nigeria, del Cuerno de África, de la República Democrática del Congo, de África occidental, y algunos afganos e iraquíes. Por las entrevistas que hemos hecho sabemos que muchos de ellos son familiares de otros emigrantes que viven en Europa. Otros son hermanos de gente que murió en el mar o en el desierto. Es un fenómeno imparable, no tienen nada que perder.
P. ¿Europa quiere restringir al mínimo el asilo político?
R. De forma legal ya lo hace con Schengen. El bloqueo naval italiano intenta hacerlo ilegalmente, pero sólo conseguirá desviar la ruta. Cuando España bloqueó el estrecho, la ruta se desvió a Canarias. Cuando Frontex cerró Canarias, pasó la patata a Italia. Roma se la pasará posiblemente a Creta. Desde Trípoli a Bengasi hay más de mil kilómetros de costa. Tanto mar es incontrolable.
P. ¿Qué propone el CIR para solucionar esta tragedia?
R. En marzo murieron 230 personas en las costas libias. Los emigrantes pagan 2.500 euros a las mafias por jugarse la vida. La solución es más legalidad, no más represión. Ser positivos, y no negativos. Europa sólo acepta a 4.000 asilados al año, la mayoría en los países nórdicos. Tenemos que abrir las cuotas de asilo, ampliar y favorecer el reagrupamiento familiar, y abrir canales a estudiantes con programas generosos de retorno. Todo eso costará menos que montar grandes aparatos de seguridad y propaganda. Así la gente se lo pensará dos veces antes de echarse al mar.