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Polonia

Los fascistas fotogénicos no son el problema

Fuentes: Hebdo L´Anticapitaliste

En Polonia la extrema derecha se refuerza a la sombra del poder ejercido por el Partido Ley y Justicia (PiS). Una vez al año organiza su gran bacanal: la Marcha de la Independenciaque se desarrolla el 11 de noviembre (aniversario de la independencia de Polonia en 1918). La policía estima que todos los años han […]

En Polonia la extrema derecha se refuerza a la sombra del poder ejercido por el Partido Ley y Justicia (PiS). Una vez al año organiza su gran bacanal: la Marcha de la Independenciaque se desarrolla el 11 de noviembre (aniversario de la independencia de Polonia en 1918). La policía estima que todos los años han participado en ella al menos 60 000 personas.

Esas marchas comenzaron en 2010 y durante seis años tuvieron lugar bajo un gobierno liberal que no las condenaba. Este año el Parlamento europeo ha invitado al gobierno polaco a «tomar las medidas apropiadas y a condenar firmemente [esta] marcha xenófoba y racista». Es cierto que en la última marcha, la componente abiertamente fascista o nazi era más visible que precedentemente, pero no era un salto cualitativo: esta marcha ha sido siempre xenófoba y racista.

Ascenso del nacionalismo y del racismo

Ya sabemos que el próximo año el black bloc nacionalista estará excluido de la marcha. No será ya posible hacer las fotos comprometedoras que han dado la vuelta al mundo. Pero eso no cambiará nada; el verdadero problema no es ese grupúsculo «fotogénico»…

Polonia ha salido relativamente bien librada de la crisis mundial de 2007-2008. Aunque en el horizonte se acumulen las nubes de tormenta, por el momento el paro disminuye, los salarios suben, el crecimiento económico es superior a las previsiones. Pero se ve un ascenso del nacionalismo y del racismo (antisemitismo, islamofobia, ucranofobia, germanofobia, hostilidad hacia las personas inmigrantes), así como homofobia y anticomunismo, en un país en el que ya no hay prácticamente comunistas.

El culto a los soldados malditos -los combatientes, a menudo de extrema derecha, de la resistencia armada anticomunista de los años 1940- es el fundamento de la política histórica del poder actual. El PiS propaga el modelo de la familia patriarcal como base de su política social. El Ministerio de Justicia ha dejado de financiar los números de alerta para las mujeres víctimas de violencia en el seno de su familia. La amenaza del endurecimiento de la ley de prohibición del aborto, ya muy restrictiva, está presente. El acceso a la píldora del día siguiente ha sido radicalmente limitado.

Democracia en peligro

Las conquistas democráticas están en grave peligro. La derecha conservadora en el poder plantea un grave atentado a un principio fundamental de la democracia burguesa: la separación de poderes. La parálisis del Tribunal Constitucional provocó a partir de finales del año 2015 una ola de protestas masivas, dirigidas por los medios liberales de oposición, que crearon el Comité de Defensa de la Democracia (KOD).

El pasado verano, tres nuevas leyes amenazadoras de la independencia del poder judicial han provocado grandes manifestaciones y una fractura en el seno del partido dirigente. Bajo la presión de la calle, por primera vez reforzada por las jóvenes generaciones, el presidente de la República, Andrzej Duda, vetó dos de esas leyes. De ese modo abrió la crisis en las relaciones entre el jefe del Estado y su partido y una crisis personal con el presidente del PiS, Jaroslaw Kaczynski.

La izquierda prácticamente ausente

Polonia está profundamente dividida en dos campos. El PiS, partido nacionalista y clerical, más bien pequeñoburgués que burgués, dispone de un apoyo importante entre las personas mayores, las menos instruidas, las más católicas, que viven más bien en las ciudades medianas y pequeñas de provincias. Es claramente mayoritario entre quienes tienen las rentas más bajas. El otro campo reagrupa a las fuerzas liberales, democráticas y laicas, que se identifican en general con la Unión Europea y ven en ella un apoyo contra el nacionalismo: de ahí las banderas europeas en las manifestaciones en defensa de la democracia. El 11 de noviembre pasado, a la manifestación antifascista convocada Contra la Marcha de la Independencia por la pequeña izquierda radical bajo las banderas rojas y negras se le sumaron demócratas con las banderas … de la UE.

La izquierda, muy débil, está prácticamente ausente de la confrontación que polariza el país. Se ha acostumbrado a denunciar a un gobierno liberal y continúa denunciando principalmente a los partidos liberales, a pesar de que ya no son los que gobiernan. No muestra interés por el masivo movimiento democrático, del que ve la dirección liberal, pero no a las masas. Por tanto, no es sorprendente si en la dura lucha que se desarrolla en Polonia la izquierda no cuenta.

https://npa2009.org/actualite/international/pologne-les-fascistes-photogeniques-ne-sont-pas-le-probleme