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Exigen la retirada del Contrato de Primera Contratación (CPE) que permitirá al empresario despedir a los jóvenes sin ninguna justificación.

Los jóvenes franceses protestan por la precariedad laboral

Fuentes: La Voz de Galicia/Agencias

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, ha dicho hoy que escucha «a los que se manifiestan, pero también a los que no se manifiestan», mientras decenas de miles de trabajadores y estudiantes desfilaban en París y otras ciudades contra el nuevo contrato laboral que impulsa para los jóvenes. Se trata del contrato de primera […]

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, ha dicho hoy que escucha «a los que se manifiestan, pero también a los que no se manifiestan», mientras decenas de miles de trabajadores y estudiantes desfilaban en París y otras ciudades contra el nuevo contrato laboral que impulsa para los jóvenes.

Se trata del contrato de primera contratación (CPE), destinado a menores de 26 años en empresas de más de 20 asalariados, que permitirá al empresario despedir al joven contratado sin tener que dar ninguna justificación durante los dos primeros años.

Para exigir «la retirada del CPE», en el que ven un aumento de la precariedad para los jóvenes y el principio del fin del contrato indefinido para todos, decenas de miles de personas se manifestaban en Francia, convocadas por los sindicatos y asociaciones de estudiantes con el apoyo de la oposición de izquierdas.

«Escucho a los que se manifiestan, pero también a los que no se manifiestan, a los que se desesperan por poder encontrar un empleo estable, a todos los que se preocupan por su futuro», declaró Villepin en la sesión de control al Gobierno en la cámara de los diputados, que esta tarde debate el CPE.

Al rechazar los ataques de los portavoces socialista y comunista en la cámara, el jefe del Ejecutivo conservador dijo que unos pueden optar por «postergar de nuevo las decisiones, refugiarse en el inmovilismo» y «hacer creer» a los franceses que «la seguridad está en el statu quo».

«Pero -agregó a renglón seguido- la verdad es que la seguridad en el empleo para todos los franceses pasa por los cambios».

Unos cambios «justos, adaptados a las realidades del empleo de hoy, cambios que permiten responder concretamente a los problemas que los jóvenes afrontan todos los días», argumentó.

Al afirmar su «determinación» de avanzar como hacen los otros países -citó a Alemania, los países escandinavos y España-, Villepin hizo una cerrada defensa del CPE y dijo «con gravedad» a sus detractores que «todos tenemos una cita con el empleo».

La sesión de control parlamentario al Ejecutivo, en un clima de enfrentamiento, empezó cuando avanzaba por el corazón de París la principal manifestación de trabajadores y estudiantes contra el CPE.

Detrás de un cartel que exige «la retirada del CPE», desfilaban miles de personas, encabezadas por los líderes de los principales sindicatos y de las asociaciones estudiantiles.

Los jóvenes calificaban en sus carteles al CPE como un » insulto a la juventud «, un contrato «basura» o Kleenex» (conocida marca de pañuelos desechables de papel), la misma expresión que usaban figuras del Partido Socialista (PS) presentes en el desfile, incluido su líder, Francois Hollande, y varios aspirantes a las Presidenciales de 2007.