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Tras el varapalo electoral a la socialdemocracia

Los socios liberales de Merkel: ¿causa y remedio para la crisis?

Fuentes: Diagonal

Las elecciones alemanas del pasado 27 de septiembre dejaron como resultado la debacle de los socialdemócratas del SPD y el posicionamiento del FPD de Guido Westerwelle como aliado de los democristianos de Angela Merkel.

Existe una creencia generalizada y bastante fundamentada sobre la responsabilidad que la aplicación de políticas económicas neoliberales ha tenido en el estallido de la crisis económica. En este contexto, un partido de ideología netamente neoliberal como el FDP alemán (Freie Demokratische Partei – Partido Democrático Libre -) se han presentado, sin embargo, como una alternativa a la coalición de democristianos y socialdemócratas. Tras una campaña en la que esta formación política abanderaba la bajada de impuestos como solución inmediata a los efectos de la crisis, el debate que ha surgido tras los comicios electorales ha sacado a la luz las grandes divergencias entre los socios mayoritarios de la recién estrenada coalición de gobierno (CDU – FDP) y el partido del carismático Guido Westerwelle.

La figura de este abogado renano de 47 años ha logrado polarizar a la opinión pública alemana. Como ya hicieran los alcaldes de las ciudades de Berlín y Hamburgo, Guido Westerwelle declaró abiertamente su homosexualidad en el año 2001. Para algunos cercano y accesible, carente de seriedad para otros*(1), lo cierto es que Westerwelle ha sabido catapultar a la FDP a los mejores resultados de su historia, participando en una coalición de gobierno con su socio preferido*(2), los conservadores de la CDU.

Es este un papel que están acostumbrados a interpretar, ya que durante la historia de esta formación, han formado parte del gobierno en coalición, tanto con la CDU como con la SPD. El perfil de un elector de la FDP suele ser el de un profesional liberal con un alto nivel de formación, aconfesional y residente en pequeños o medianos núcleos urbanos. No suele atraer a pensionistas, sindicalistas ni campesinos.

Los «buques insignia» programáticos de los liberales son generalmente temas financieros, laborales y la seguridad social. Generalmente se le reconoce a la FDP una relación privilegiada por la defensa de los derechos civiles, algo que les ha llevado a disputar a la formación ecologista Die Grünen (Los verdes) parte del ala más conservadora de su electorado.

Actualmente la FDP se encuentra discutiendo la viabilidad de la prometida bajada de impuestos con sus socios de gobierno y de momento la situación parece estancada. La CDU, a pesar de haber anunciado a bombo y platillo su intención de liberar al ciudadano alemán de parte de la carga fiscal, reconoce la dificultad de adoptar una medida de este tipo en tiempos de crisis. Westerwelle anunció en su campaña electoral una reducción de 35 mil millones de euros en impuestos, pero el partido mayoritario en el gobierno no parece querer rebajarlos en tal medida. La última oferta realizada por los democristianos, por boca de su máximo experto en asuntos financieros, Steffen Kampeter, arrojaba la cifra de 20 mil millones de euros, poco más de la mitad de la cantidad prometida por los liberales en los días previos a la cita electoral. El partido de Ángela Merkel se resiste a una bajada del gravamen fiscal de tal calibre (la propuesta de Kampeter excede ya en 5 mil millones a la cifra inicialmente considerada por los democristianos), ya que las arcas públicas deben poder afrontar momentos una necesidades sociales mucho mayores a las habituales, debido a la recesión económica. Precisamente estas necesidades nos devuelven al punto de partida: ¿Cómo ha logrado un partido que propugna tesis económicas netamente neoliberales tales resultados electorales?

http://www.diagonalperiodico.net/Los-socios-liberales-de-Merkel.html