En vísperas del congreso de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) (4 y 5 de diciembre), GARA ha compartido coloquio con un experto, Gerd Neugebauer. El politólogo augura buenas expectativas a la canciller, Angela Merkel, a nueve meses de las elecciones, y ofrece algunas claves de su incontestable liderazgo en la derecha alemana.
Alemania va bien y la CDU de Angela Merkel mejor. Mientras el sur de Europa se hunde en la miseria, la primera potencia de la Unión Europea es lo más parecido a una «isla de la felicidad». El paro ronda el 8% y se espera que la economía vaya a crecer también el año que viene, algo por lo menos. Además no hay revueltas en la calles a pesar de que también en el 2012 los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres.
Viendo los actuales sondeos, la CDU y su hermana bávara, la Unión Social Cristiana (CSU), se mueven al rededor de los 38 puntos y llevan un ventaja de 10 puntos al Partido Socialdemócrata (SPD). Detrás viene el partido ecológista, Los Verdes, que obtendría el 13% si este domingo hubiera elecciones generales. Le sigue el partido socialista Die Linke (La Izquierda) con 7 puntos. El socio de Merkel, el Partido Liberaldemocrático de Alemania (FDP), y el Partido Pirata se quedarían fuera del Bundestag.
¿Pero cuál es la situación interna de la CDU? se pregunta la prensa y, para encontrar respuestas, varios medios de comunicación, entre ellos GARA, fueron invitados a Berlín a un coloquio con el politólogo Gerd Neugebauer, quien alertó de que no tiene «ninguna bola de cristal» porque hay aún muchos factores que pueden alterar el futuro político de Merkel. Inquirido a mojarse, el experto pronosticó que hoy por hoy parece muy probable que «Merkel ganará las elecciones generales y perderá el poder», siempre según las circunstancias.
Este panorama se daría si el socio de la canciller, el Partido Liberaldemocrático (FDP), se quedara fuera del hemiciclo, lo cual es probable, y si el SPD y los Verdes encontrasen alguna forma para entenderse con el partido socialista Die Linke, lo cual por ahora parece poco probable.
La opción de que la CDU pudiera formar el primer gobierno «negriverde» a nivel nacional, la descarta Neugebauer en estos momentos, «porque ambos partidos perderían mucho». Los Verdes están abogando ahora por el «cambio de poder» en Berlín y eso pasa por que la CDU dejara la Cancillería.
Después de que los ecologistas acabaran por razones de posibilismo electoral y político el bipartito con los democristianos de Hamburgo, la propia Merkel decretó que esta constelación «a día de hoy no tiene perspectiva». Quedaría como única opción la reedición de la «gran coalición» (2005-2009) con el SPD. O un gobierno en solitario, si la situación económica y política empeorase de tal manera que el elctorado se centrara exclusivamente en CDU/CSU, SPD y Verdes dejando fuera del hemiciclo a Die Linke, además de a FDP y Piratas.
En su análisis, Neugebauer subrayó que la pecularidad del electorado germano es que su decisión de voto se orienta en este orden de prioridades: competencia del partido, afinidad del elector al mismo y, por último, e perfil del candidato. El experto lanzó una sibilina crítica a los medios asegurando que son estos los que dan más importancia a la figura del político líder que a los anteriores factores, que influyen, «científicamente comprobado» en la decisión de voto.
Otra duda que ronda no sólo en la cabeza de los corresponsales extranjeros es ¿cómo sería la CDU sin Merkel? «Un partido que busca» respondió Neugebauer, que ofreció una radiografía de la correlación de fuerzas que cohabitan en el seno de la Unión conservadora. Empezando desde la cúpula, concluyó que Merkel «no ha sido una presidenta cómoda» para su formación porque ha transferido poderes de la Secretaría a una Ejecutiva hecha a su medida. Por lo tanto, la CDU como partido carece de una «fábrica de pensamiento» si se deja de lado a la Fundación Konrad Adenauer, que según la ley es una institución independiente.
«Giro a la izquierda»
Además, Merkel ha modernizado a su organización empezando a reemplazar el antiguo concepto ideológico de «cocina, hijos, iglesia», por la igualdad de la mujer y el matrimonio entre personas del mismo sexo, seguido por su adiós a la energía nuclear y la reforma de las Fuerzas Armadas alemanas, que están dejando de ser un punto de orientación para la corriente patriótica de la CDU. «Merkel ha llevado la Unión hacia la izquierda», asegura Neugebauer. Y el ala conservadora se ha quedado sin voz.
Esta año el aparato merkeliano ha liquidado al denominado «Círculo Berlinés», que quería erigirse como «la conciencia conservadora» del partido. Los hombres de la presidenta dejaron a los conservadores ante la disyuntiva muy democrática de elegir entre su carrera política o afiliarse a la proyectada asociación. «Merkel no cuenta con adversarios conocidos» confirma Neugebauer, una impresión muy común entre los observadores políticos. En todo caso hay algunos que pueden molestar a la presidenta. El único que quizás podría tomar las riendas sustituyendo a la canciller sería su ministro de Defensa, Thomas de Maizière.
Una incógnita es cómo la crisis financiera de la UE impactará en Alemania a partir de 2013. Su gestión será tema en la campaña electoral, sobre todo porque los bruscos cambios de opinión de Merkel han creado una serie de contradicciones que la oposición no podrá dejar de utilizar, aunque luego su política de rescate al euro es similar a la de la CDU. Respecto al auge de algunas formaciones electorales, creadas por euroscépticos, Neugebauer les da poca probabilidad de erigirse como un factor decisivo en las elecciones generales, debido a la idiosincrasia del electorado teutón.
Ante este fondo el XXV congreso de la CDU, a nueve meses de las elecciones de setiembre, no ofrecerá grandes novedades sino que resultará más bien lo que Gerd Neugebauer definió como «un evento que debe mostrar a la opinión pública que el liderazgo y sus seguidores han cerrado filas».
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