Angela Merkel, de visita ayer en Rusia, subrayó que Ucrania y Georgia deben todavía recorrer un largo camino para poder llegar a ser miembros de la OTAN. Si en este punto, quiso regalar los oídos de su anfitrión, el presidente Dimitri Medvedev, en la cuestión caucásica optó por apoyar «la integridad territorial de Georgia» cuando Rusia ya ha reconocido la independencia de Abjasia y de Osetia del Sur.
La canciller alemana, Angela Merkel, considera prematura la atribución a Georgia y a Ucrania del estatus de candidatos oficiales para entrar en la OTAN.
Durante la reunión de ministros de Exteriores que la OTAN celebrará en diciembre «habrá una primera evaluación para convertirse en aspirantes al ingreso. Ni más, ni menos», declaró Merkel.
«La posición a favor de una adhesión lo más rápido posible no es la de Alemania», subrayó ayer la canciller durante una conferencia de prensa tras mantener un encuentro con el presidente ruso, Dimitri Medvedev, en San Petersburgo.
«La posición alemana no ha cambiado desde la cumbre de Bucarest», añadió.
Los dirigentes de la OTAN acordaron en abril rechazar de momento el estatus de candidatos oficiales al ingreso que reclamaban Georgia y Ucrania, pero se comprometieron a admitirles en el seno de la Alianza Atlántica a largo plazo. Alemania y el Estado francés fueron quienes expresaron las mayores reticencias a que estas dos antiguas repúblicas soviéticas se integren en la OTAN.
La cuestión de la designación de candidatos oficiales al ingreso en la OTAN volverá a tratarse de nuevo en la cumbre que la Alianza Atlántica celebrará en diciembre.
Moscú se opone firmemente a que la OTAN se amplíe hacia sus fronteras incluyendo a antiguas repúblicas de la URSS.
Merkel también se refirió a la situación en el Cáucaso, mostrando su apoyo a «la integridad territorial de Georgia, que no puede ser objeto de discusión». La canciller alemana ya se había mostrado muy crítica con el reconocimiento de la independencia de Abjasia y de Osetia del Sur por parte de Moscú.
Críticas a Rusia
Por otra parte, los parlamentarios del Consejo de Europa aprobaron ayer una declaración en la que emplazan a Rusia y a Georgia a que cooperen plenamente con la investigación internacional, al tiempo que reclaman a Moscú que dé marcha atrás en su reconocimiento a la independencia de Abjasia y de Osetia del Sur.
Una resolución adoptada por 93 votos a favor y 29 en contra por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) condena el reconocimiento de Abjasia y de Osetia del Sur y exige su anulación tanto a la Duma como al Consejo de la Federación, las dos cámaras del Parlamento ruso.
El texto condena la «limpieza étnica cometida» en las zonas que estuvieron bajo control ruso y, en el otro lado de la balanza, califica de «verdadero hecho de guerra abierta» los bombardeos contra Tsijinvali que las tropas georgianas realizaron el pasado 7 de agosto.
El presidente ucraniano, Viktor Yuschenko, ordenó la venta de armas a Georgia para combatir contra Osetia del Sur, a la que atacó en agosto, y contra Rusia, aliada de esta república, según informó en su edición de ayer el diario ruso «Izvestia».
Dimitri Medvedev destacó que la era del dominio económico de EEUU ha acabado y que el mundo necesita «un sistema financiero más justo, basado en el multilateralismo, la supremacía de la ley y el respeto mutuo de los intereses».