on dos millones de habitantes, Eslovenia, la joya de la economía yugoslava y la primera de las repúblicas en separarse de Yugoslavia, actualmente miembro de la Unión Europea y de la zona euro, atraviesa una grave crisis social y política. Crisis que podría acarrear cambios importantes en este pequeño Estado y tener repercusiones de alcance […]
on dos millones de habitantes, Eslovenia, la joya de la economía yugoslava y la primera de las repúblicas en separarse de Yugoslavia, actualmente miembro de la Unión Europea y de la zona euro, atraviesa una grave crisis social y política. Crisis que podría acarrear cambios importantes en este pequeño Estado y tener repercusiones de alcance para el futuro en el resto de países socialistas que abrazaron la economía de mercado.
No es la primera revuelta social de la población eslovena. Los sindicatos ya han organizando importantes movilizaciones contra los diferentes intentos de recortar las conquistas sociales de las posguerra.
Fue la manifestación de 30.000 personas organizada por la Confederación de Sindicatos Libres de Eslovenia (ZSSS) la que hizo fracasar el intento de imponer un impuesto fijo (flat tax) por parte del primer gobierno conservador de Janez Jansa. Un impuesto orientado a favorecer a los nuevos ricos.
Y otra movilización sindical, que abarcó a cerca de 70.000 personas en noviembre de 2009, logró que se estableciera un salario mínimo entre 600/700 euros. Toda una excepción en relación al resto de países ex-socialistas en los que el salario mínimo, cuando existe, se sitúa entre 300/400 euros.
Pero como en muchos otros países europeos, esta dinámica de movilización social no tiene expresión política, y durante las últimas elecciones (2011) a la ciudadanía no le quedó otra opción que elegir entre las múltiples fracciones políticas (de izquierda y de derecha) que se pusieron de acuerdo para compartir el gobierno desarrollando las mismas políticas neo-liberales que el resto de los países europeos.
En 2012, el gobierno del conservador Janez Jansa en su intento de aplicar estrictamente las políticas de austeridad impulsadas por la Comisión Europea (reducción del gasto público y ataques a la seguridad social, incremento de la edad de jubilación, recortes en los servicios públicos) sobrepasó todos los límites y provocó una gran cólera popular.
Estas medidas estuvieron en el origen de la multitudinaria manifestación del 17 de noviembre de 2012 (30.000 según los organizadores) en la capital del país, Liubliana, para oponerse a estas medidas.
El 23 de enero de 2013, a iniciativa de los sindicatos SVIZ y ZSSS, 100.000 personas hicieron huelga en la función pública. A esta huelga también se unieron otros trabajadores, como los metalúrgicos, con el sindicato SKEI a la cabeza.
Ese mismo día, cerca de 25.000 personas se manifestaron en diferentes ciudades de Eslovenia.
Además hubo manifestaciones espontáneas en numerosas ciudades del país. A comenzar por Maribor, ciudad industrial al norte de Eslovenia, en la que se obtuvo la dimisión del alcalde de la ciudad acusado de corrupción.
El país se ha visto envuelto en una verdadera revuelta contra los tycoons (los nuevos ricos con fortunas de origen dudoso) y no hubo una sola manifestación en la que no se hiciera mención a esta plaga.
Por último, la corrupción es una epidemia que pudre la sociedad. El hecho de que esté oculta y no pueda ser desvelada de forma evidente para castigarla constituye, también, un motivo de cólera importante entre la población.
A tal grado, que este sentimiento se concentró contra la persona del primer ministro, Jansa, que no pudo justificar ante una comisión de investigación el origen de 200.000 euros y que llevó a sus aliados en el gobierno a exigirle la dimisión.
También el alcalde de Liubliana, de izquierda, está acusado de malversación de fondos a través de sus dos hijos.
A pesar de que el primer ministro rechace dimitir, la existencia del gobierno pende de un hilo. Y lo que es más, dando pruebas de una arrogancia de extrema derecha que no acepta ser puesta en cuestión, el presidente Janez Jansa, ante la manifestación convocada en su contra el próximo 8 de febrero, ha hecho pública su intención de organizar una contramanifestación.
2/02/2013
La Gauche es la revista bimestral de la LCR de Bélgica
Traducción: VIENTO SUR
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