La ciudad de La Paz, que conmemora el bicentenario del primer clamor de la independencia colonial en América Latina, será sede del primer Simposio Internacional titulado «Movimientos Sociales y Teología en América Latina», entre los días 13 al 16 del presente mes. Este evento, coorganizado por el Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología (ISEAT), y […]
La ciudad de La Paz, que conmemora el bicentenario del primer clamor de la independencia colonial en América Latina, será sede del primer Simposio Internacional titulado «Movimientos Sociales y Teología en América Latina», entre los días 13 al 16 del presente mes. Este evento, coorganizado por el Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología (ISEAT), y otras entidades internacionales, reunirá a reconocidos intelectuales, teólogos/as, líderes religiosos de diferentes denominaciones y agentes sociales provenientes de toda Abya Ayala (continente americano) comprometidos en la dinámica social, cultural y política de América Latina.
En dicho espacio se debatirán cuestiones actuales tan urgentes como los nexos y rupturas entre los actuales movimientos sociales y la teología. Las ausencias y presencias de la reflexión y compromiso teológico en la historia de las diferentes dinámicas de los movimientos sociales. Los aportes y las limitaciones hermenéuticas de la socioanalítica marxista como instrumento para el análisis y la comprensión de la realidad sociopolítica actual (instrumento recurrido por la Teología de la Liberación). Los aportes de la Teología de la Liberación y de la Teología India en la nueva cartografía sociopolítica, cultural y religiosa de América Latina para el siglo XXI.
Además, se dialogará sobre la evidencia pragmática de la dimensión espiritual multicultural frente a las instituciones eclesiales y religiosos. Las urgentes reflexiones teóricas y éticas para una convivencia, no sólo intereclesial o interreligiosa, sino sobre todo interespiritual en el marco de la interculturalidad. También se abordarán los retos que plantean al quehacer teológico los nuevos sujetos y/o actores sociales, como los colectivos de migrantes internacionales, los y las promotoras de las nuevas relaciones de género, los y las defensoras y promotoras de las relaciones ecológicas con la Madre Tierra.
Históricamente las teologías oficiales de las diferentes nominaciones eclesiales y religiosas se han mantenido al margen, y no pocas veces en contra, de los procesos de los movimientos sociales. Esto se explica (mas no es una justificante) porque las teologías oficiales casi siempre se han constituido en guardianes y garantes del sistema y del orden establecido en las diferentes culturas. En cambio, los movimientos sociales siempre han surgido desde las víctimas o desde los y las excluidos/as por el sistema vigente. Es más, los actuales movimientos sociales surgen ante la crisis terminal del sistema político, económico, social, cultural, religioso, etc. He aquí el nudo del desencuentro entre las teologías oficiales y los movimientos sociales. He aquí la razón del desencuentro entre los líderes eclesiales y religiosos, dóciles a las doctrinas teológicas conservadoras, y la espiritualidad fecunda de los y las agentes de los movimientos sociales.
Estos tiempos en los que la devoción infalible en la razón moderna ha muerto, y las manifestaciones de las dimensiones espirituales irrumpen por doquier, incluso más allá (o en contra) de las iglesias y religiones, exige, pues, a los y las intelectuales y teólogos/as apertura hacia estas dimensiones profundas y complejas, más allá de las categorías de la razón analítica y del dogmatismo vigilante. Estos tiempos en los que la esperanza y la perseverancia estoica de los sujetos y agentes de los movimientos sociales, en su trayectoria hacia otro mundo posible, se fundan y se alimentan en las experiencias espirituales ancestrales, telúricas y cristianas, obliga a los líderes y agentes eclesiales y religiosos a acompañar estos procesos sociales con ojos de fe y con una actitud de escucha militante y comprometida. Después de todo, los movimientos sociales no son más que la consecuencia de las falencias en las relaciones sociopolíticas, culturales y religiosas desiguales establecidas en nuestras sociedades, y en este sentido, sus aspiraciones son absolutamente legítimas y beneficiosas para las presentes y futuras generaciones de nuestras sociedades. Y las teologías sólo encuentran su sentido en las intuiciones de los destellos de la trascendencia en la cotidianidad de nuestras sociedades y de nuestro universo.