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Fuegos que envenenan

Nápoles sigue ardiendo

Fuentes: La terra dei fuochi

Traducción e introducción por Gorka Larrabeiti

Gracias a la manipulación mediática, «fuego sin humo puede haber, pero humo sin fuego también puede ser». Torpedearon los medios al gobierno Prodi con la emergencia por las basuras. Luego, llegó Berlusconi, y en 58 días hizo estas declaraciones que extinguían la actualidad informativa de la emergencia en Nápoles y provincia: «Nápoles y Campania son de nuevo ciudades occidentales, limpias y ordenadas».

17, 21 y 22 de julio; 6, 8, 19, 21 de agosto; 22 y 27 de octubre; 2, 3, 7, 9, 10, 11, 20, 22, 23 y 27 de noviembre; 7 de diciembre. Son las fechas de las grabaciones en vídeo de incendios provocados de residuos, a veces tóxicos, que han recogido en el sitio La terra dei fuochi.

Nápoles estaba ya «limpia y ordenada» cuando se filmaron estos vídeos. El gobierno promulgó en noviembre un decreto-ley que castigaba a quien tiraba residuos de dimensiones desproporcionadas en la región Campania. La prensa recogió la noticia-eslogan de la detención de seis personas por haberlo violado. Entre tanto, en Chiaiano  los militares escondían amianto y otros residuos tóxicos en el vertedero.

Traducimos a continuación el llamamiento del sitio La terra dei fuochi.

Fuegos que no nos queman sino que nos envenenan. Todos los días cientos de «pequeñas» fogatas arden por toda la provincia, entre Nápoles y Caserta. De manera especial en los territorios de los ayuntamientos de Giugliano, Qualiano y Villaricca. Tristemente conocidos como la tierra de los fuegos, también en el best seller Gomorra.

Lo que nos cuenta el escritor y periodista Roberto Saviano en este libro no es más que la realidad. Se podría decir que fue hasta demasiado «bueno».

A juzgar por las grabaciones realizadas y las pruebas recogidas, dada la situación actual, el fenómeno es mucho más grave de lo que podíamos imaginar. Con nuestro esfuerzo, no hemos hecho más que recoger y difundir las pruebas de todo ello.

En estos incendios, que ahora se llaman «hogueras», se quema de todo. Se pega fuego a residuos especiales. Materiales que no deberían quemarse ni tirarse en plena calle. Menos aún en el campo, cerca de granjas, campos de frutales y todo género de cultivo.

Parece que esta sociedad no tiene nada de civismo. Pese a ello, quiero mantener la esperanza y ser optimista. De ahí que, junto con algunos amigos hayamos puesto en marcha este espacio de denuncia e información.

Creemos que los cientos de miles de personas que pueblan nuestra tierra, en realidad, no son muy conscientes. De hecho, aunque hay quien de vez en cuando algo ve, no se hace una idea de lo grave y dramática que es la situación.

Todos han de saber cómo están las cosas: los «buenos» así como los «Malos».

Nada en el mundo puede justificar lo que está pasando, como si tal cosa, ante nuestros ojos. Por la mañana y por la tarde. Pero sobre todo de noche, cuando la oscuridad esconde el humo negro. Las fogatas suelen ser pequeñas. Escondidas en carreteras y caminos a veces inaccesibles.

Por eso está todo contaminado.

Hay quien dice que no esto no existe, que no es verdad. ¡Basta ya! Es inútil esconder el sol con un dedo. Todo es verdad: increíble pero cierto.

A los incrédulos les decimos: quienes niegan la evidencia, desean el mal para su tierra, sus hijos y quienes la habitan.

La omertà es complicidad. Quien calla, otorga.

Aunque varios entes conocen ya el fenómeno, por deber cívico y obligación moral, una vez más, por enésima vez lanzamos este llamamiento a todas las instituciones que nos representan, administran y tutelan:

¡Estos fuegos causan estragos! ¡Deténganlos!

Podemos no beber el agua de la tierra en la que vivimos. Podemos también no comer los productos de la tierra donde crecemos. Lo único que no podemos dejar de hacer es respirar. Y el aire apesta aunque carecemos de industria.

¿Cuándo nos espabilaremos?

Fuente: http://www.laterradeifuochi.it/