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Perú

Nueva constitución sí, asamblea constituyente no

Fuentes: Rebelión

Es evidente que, en el Perú, levantar una plataforma que contenga el adelanto de elecciones; y, sobre todo la convocatoria a una asamblea constituyente, es abrir el camino para que el oportunismo y las mafias políticas corruptas de izquierda y derecha, realicen su tan ansiado asalto al erario nacional consolidando este estado asesino y antipopular, y significa sobre todo la permanencia del modelo económico entreguista de nuestros recursos naturales a favor de las corporaciones transnacionales; cualesquiera que sean estas, BRICS incluidas.

El adelanto de elecciones ya no es posible, por decisión del fujimorismo y sus aliados, así como de las fuerzas opositoras pero funcionales al modelo económico y régimen político, quienes se preparan y están en plena campaña para poder tener un lugarcito debajo de la mesa de las transnacionales, para disputar las migajas dejadas por estas. Todo en nombre de defender, o rescatar la democracia, según sea el discurso oportunista y corrupto.

¿Pero esto significa abandonar la lucha por una nueva constitución? ¿Significa dejar de lado y postergar el proceso constituyente?

Abandonar la lucha por una nueva constitución, postergar y dejar de impulsar un proceso constituyente, seria un grave error, y de igual forma un gran favor a quien, paradójicamente, se dice enfrentar políticamente; es decir, a la plutocracia transnacional que controla y usa a su favor el aparato estatal y se apropia de nuestros recursos naturales.

Es necesario entender a la constitución política del estado como un reflejo de las relaciones de poder, y que cuando hablamos de una nueva constitución estamos hablando de variar las relaciones de poder, y en el Perú, eso significa construir e impulsar la organización popular, elevar el nivel de conciencia y organización, e impulsar un proceso de lucha popular centrado básicamente en la nacionalización de nuestros recursos naturales, por un nuevo modelo económico y principalmente por la construcción de un nuevo estado, un nuevo aparato estatal que tenga como protagonista a las organizaciones populares, fortalecidas en un proceso de lucha consecuente  y que surja de este proceso de lucha.

Centrar la lucha política en la necesidad de recuperar la propiedad de los recursos naturales mediante un proceso de nacionalización, en contra de su actual privatización; así como en la construcción de un nuevo estado que proteja los intereses del pueblo, es de vital importancia, y hay que construir la fuerza organizada del pueblo suficiente como para variar las relaciones de poder, en ese sentido precisamente, y para ese objetivo. Esas son las banderas que hay que levantar.

Se debe proponer una nueva forma de conformar una futura asamblea constituyente que impulse la organización popular a fin de hacerla protagonista directa, instituir a la organización popular, surgida y consolidada en el proceso de lucha política, como representante constituyente, y no a personas individuales, supuestos representantes (https://rebelion.org/hacia-la-asamblea-constituyente/).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.