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Nuevos paros en Gran Bretaña contra la mano de obra foránea

Fuentes: El Periódico

# Las protestas van dirigidas ahora contra la subcontratación de españoles por Alston. Los huelguistas niegan que sus demandas sean xenófobas o racistas

La calma ha durado poco. Las pancartas con lemas como Trabajos británicos para los británicos, han vuelto a desplegarse. Las protestas por los contratos a trabajadores extranjeros reaparecieron ayer en Gran Bretaña.
Varios cientos de trabajadores iniciaron un paro ilegal en la central eléctrica de Staythorpe, propiedad del grupo alemán RWE en Nottinghmshire, al norte de Inglaterra. En el sur, otro centenar de operarios realizó un plante similar en la central de la Isle of Grain, de la empresa alemana E.ON.
Los conflictos, en la línea de lo ocurrido la semana pasada en la refinería de Lindsey, reabren el debate sobre la tentación proteccionista y el peligro de la preferencia nacional, cuando el Reino Unido está a punto de alcanzar los dos millones de parados.
Si en Lindsey los cuestionados eran trabajadores portugueses e italianos, en Staythorpe son españoles, subcontratados por la firma francesa Alston, para construir una turbina. Los principales sindicatos del sector hablan de 850 puestos de trabajo en juego y piden que se repartan con los británicos. «Claramente, no tienen intención de contratar a nadie. Han hecho los contratos fuera, con empleados que no son británicos, pero creemos que hay mano de obra local disponible», declaró a la BBC el representante del sindicato Unite, Steve Syson. «Queremos transparencia y ver cuánto han pagado a los contratados extranjeros», añadió.

Crispación

La situación se crispó cuando Alston amenazó con sanciones a 40 trabajadores del acero que se unían a los huelguistas de la construcción. La empresa niega ningún tipo de discriminación. Asegura que todos los trabajadores británicos o de otros lugares de Europa tienen las mismas condiciones laborales y las firmas subcontratadas tienen el derecho a elegir a sus empleados.
En la Isle of Grain, en la región de Kent, los subcontratados son polacos. «En las obras de Staythorpe y Grain habrá, de principio a fin, dos tercios de obreros británicos. La acusación de que les discriminamos simplemente es mentira», señaló un portavoz de Alstom.

Visita a Brown

Una representación sindical se acercó a Downing Street, la residencia oficial del primer ministro para volver a pedir a Gordon Brown el acceso del personal nacional a los puestos de ingeniería y a los proyectos de construcción en el Reino Unido. El conflicto choca frontalmente con el principio de libre circulación de los trabajadores de la Unión Europea y es un auténtico quebradero de cabeza político.
El primer ministro, Gordon Brown, ha condenado cualquier tentación proteccionista, pero el contencioso de la refinería de Lindsey, propiedad de Total, se zanjó con la concesión de una cuota para los británicos. Los sindicatos lograron que les fueran reservados el 50% de los empleos disponibles.
Nuevamente ayer, los huelguistas negaron cualquier rasgo de xenofobia o racismo en sus demandas. «No nos oponemos a que los extranjeros vengan a trabajar aquí, pero se nos debe dar una oportunidad justa», señalaba uno de los miembros del piquete de Staythorpe, en el centro de Inglaterra. «En lugar de eso, traen a su propia gente en un paquete, sin trato alguno», añadió el trabajador.