Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Bárbara Maseda
Montenegro vota por la independencia, anuncian los titulares refiriéndose al resultado del referendo en la república balcánica. ¿Pero es realmente independencia lo que se está cocinando? Mi diccionario define independencia como: «autonomía total, que no está sujeta ni tiene influencia de otros». De acuerdo a esta definición, no será independencia lo que se obtendrá.
Las decisiones económicas y políticas más importantes, las que influirán en la vida diaria de los ciudadanos de la república no se tomarán en su capital, Podgorica, sino en Bruselas, en Ginebra, en Washington y en las juntas de las compañías trasnacionales que actualmente controlan la economía del país.
Es irónico que tanto el ingreso a la UE como a la OMC hayan sido tan entusiastamente respaldados por el primer ministro, Milo Djukanovic y la facción pro-independentista -porque es difícil pensar en una forma más fácil para que un país pequeño pierda su independencia nacional que mediante la cesión del control de sus políticas económicas y comerciales al control de burócratas que no elegimos y que están a cientos de kilómetros de distancia.
La pertenencia a la OTAN, que se espera Montenegro también persiga con entusiasmo tiene consecuencias similares: los comandantes de los nuevos ejército y marina de Montenegro se acostumbrarán a recibir órdenes de aquellos que planearon el bombardeo de 78 días contra Yugoslavia en 1999. *
Luego está el papel que representan el FMI y el Banco Mundial. Estos dos organismos no elegidos, conjuntamente con la UE, han tratado de imponerle soluciones thatcherianas **neoliberales** a Serbia y Montenegro desde la caída del gobierno socialista de Yugoslavia en el año 2000. Miles de empresas que eran propiedad estatal han sido privatizadas, pero Occidente todavía no está satisfecho: **para continuar su ayuda económica**, el FMI ha puesto como condición la liquidación por parte de Belgrado de su valiosa compañía petrolera NIS. *
La minúscula economía de Montenegro está aún más dominada por el capital extranjero que la de Serbia, pues en ella el proceso de privatización comenzó mucho antes. La venta de los activos que eran propiedad nacional tendrá graves consecuencias sobre la estabilidad económica futura del país, y aún contando con el potencial del atractivo de su litoral, es difícil visualizar cómo Montenegro podrá pagar su parte sin ceder más a las instituciones financieras de Occidente. Al hacerlo, terminará por el mismo camino que sus vecinos. *
A pesar de todas las golosinas del reconocimiento de la independencia, la dura realidad es que las repúblicas balcánicas «independientes» de hoy tuvieron, en todo caso, más independencia cuando eran repúblicas autónomas dentro de la Federación Yugoslava. En lugar de una nación fuerte, internacionalmente respetada y no alineada, lo que existe hoy es una serie de protectorados UE/FMI/OTAN económicamente inviables y débiles.*
El desmantelamiento de Yugoslavia y de su modelo socioeconómico alternativo le ha venido como anillo al dedo al capitalismo occidental. Pero para los habitantes de la región los beneficios son difíciles de discernir. No hay que preguntarse mucho entonces por qué la nostalgia por la Yugoslavia de Tito continúa en aumento. El sitio web «Titoville» ha recibido un millón de visitas y en Rakovice, un barrio de las afueras de Sarajevo, un antinacionalista Serbio llamado Jezdimir MIlosevic (no le une parentesco alguno con el fallecido ex presidente) ha proclamado la «República de Titoslavia» un estado «sin territorio, sin reconocimiento internacional, destinado a vivir en el corazón de sus ciudadanos». Los pasaportes están a la venta a un precio de 10 euros. *
Hace más de 65 años, en los umbrales del ataque a Yugoslavia por parte del eje del poder, el jurista serbio *Slobodan Jovanovic planteó que un único estado eslavo del sur era la mejor manera de que los pueblos balcánicos garantizaran su independencia y seguridad. Todavía es así y parece muy probable que esta lógica de razonamiento se haga sentir en los años venideros. Cuando los desfiles de la victoria terminen, la única diferencia que marcará la apretada votación del domingo es que Montenegro podrá acceder a Eurovisión.
Fuente original: http://www.guardian.co.uk/comment/story/0,,1780820,00.html
Bárbara Maseda es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.