Señores: Asamblea General Organización de Estados Americanos – OEA Lima.- De nuestra consideración: Las organizaciones de los pueblos indígenas y de los movimientos sociales del continente, nos dirigimos a ustedes en ocasión de realizarse en esta ciudad el 46 Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos – OEA, […]
Señores:
Asamblea General Organización de Estados Americanos – OEA Lima.-
De nuestra consideración:
Las organizaciones de los pueblos indígenas y de los movimientos sociales del continente, nos dirigimos a ustedes en ocasión de realizarse en esta ciudad el 46 Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos – OEA, para expresarles nuestras siguientes preocupaciones:
Nos preocupa particularmente la prolongada postergación de la adopción por el organismo hemisférico de la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, un instrumento indispensable en nuestro continente para salvaguardar derechos universalmente reconocidos por la Declaración de Naciones Unidas adoptada por la Asamblea General de este organismo mundial el 13 de septiembre del 2007 y por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo – OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, de la cual muchos de nuestros países son Estados Parte.
Las discusiones en el Grupo de Trabajo encargado de elaborar la Declaración Americana se prolongan y empantanan por acción de los Estados que se resisten a reconocer en un nuevo instrumento los derechos que asisten a los pueblos que habitaron América desde miles de años antes de la formación de los actuales Estados, y cuya historia y cultura sustentan nuestra identidad y son la esencia de una verdadera integración continental, construida desde los pueblos y para los pueblos.
Mientras esta Declaración Americana continúa postergándose, los derechos fundamentales de nuestros pueblos indígenas -territoriales, políticos y culturales- son sistemáticamente vulnerados por políticas económicas extractivistas, para cuya imposición el ejercicio de los derechos indígenas es criminalizado.
Esta criminalización se expresa en la persecución policial y judicial de los líderes indígenas, la incursión violenta en sus comunidades, la estigmatización de sus organizaciones y en algunos países incluso con secuestros, torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales. La Masacre de Bagua en el Perú, de la cual acaba de conmemorarse un año, y la situación de más de treinta pueblos indígenas en peligro de extinción física y cultural en Colombia, son dos dramáticas muestras de ello.
Instamos, por tanto, a los Estados integrantes de la Asamblea General de la OEA a asumir la voluntad y el compromiso político de aprobar y adoptar en el plazo inmediato la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Asimismo, exhortamos por su intermedio a los organismos de Derechos Humanos de la OEA, en particular a la Comisión y a la Corte Interamericana, a ejercer acciones de vigilancia del estado del cumplimiento de los derechos humanos y colectivos de los pueblos indígenas en nuestros países.
Los Estados de América tienen una deuda histórica con nuestros pueblos indígenas. Es hora de empezar a resarcirla.
Atentamente,
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI.
Nota:
Aportes y adhesiones a esta carta pueden ser enviadas antes del 7 de junio al correo ([email protected])