Desde el pasado día 15 de febrero, el dictador de Libia, Muamar Khadafi – hace 42 años en el poder – enfrenta una rebelión popular que dejó centenas de muertos y más 300.000 damnificados. El conflicto libio llamó la atención del mundo e hizo que países liderados por los Estados Unidos, Francia, Inglaterra (y países […]
Desde el pasado día 15 de febrero, el dictador de Libia, Muamar Khadafi – hace 42 años en el poder – enfrenta una rebelión popular que dejó centenas de muertos y más 300.000 damnificados. El conflicto libio llamó la atención del mundo e hizo que países liderados por los Estados Unidos, Francia, Inglaterra (y países aliados miembros de la Otan) iniciaren ataques aéreos el sábado (19).
Ante la situación de guerra presidentes de los países de América Latina, se pronunciaron mayoritariamente contra los bombardeos. Algunos líderes latinoamericanos creen que los ataques, tienen interés comercial y busca solo el petróleo de territorio libio.
Esta es la opinión del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que condenó el bombardeo expresando que la intervención militar es una ‘locura imperial’. Agregó que el interés es el petróleo libio. Para él, la organización de la Naciones Unidas violó principios fundamentales por haber autorizado el ataque aéreo y respaldado la creación de una ‘zona de exclusión aérea, en Libia.
Chávez es aliado del gobernante libio, Muamar Khadafi y solicitó una mediación para buscar una solución negociada al conflicto, desde que los grupos rebeldes se manifestaron. Propuso la creación de una Comisión Internacional de Paz para ayudar a resolver el conflicto interno de Libia.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, también condenó la intervención militar de la coalición internacional y coincidió con Chávez diciendo que los ataques tienen el objetivo de tomar posesión del petróleo de Libia. «Ahora viene una guerra externa (contra Libia) de las potencias buscando como arrebatarle el petróleo, porque el interés es el petróleo. Lo de democracia es puro cuento», declaró en el portal oficial
Para Ortega, la intervención militar en Libia, está lejos de ser una salida pacífica y contribuye solo a agravar más los problemas de la región, que ya tiene en su historia los conflictos de Irak y Afganistán. La misma opinión sostiene el canciller de Venezuela, Nicolás Madura, quien afirmó que los ataques pueden provocar «una situación de guerra en el Mediterráneo con consecuencias inimaginables».
El líder de Bolivia, Evo Morales, se pronunció sobre el caso durante el III Encuentro del Consejo Ministerial del ALBA (Alianza Bolivariana de las Américas), en Cochabamba. El mandatario rechazó la intervención militar en Libia y también cree que el ataque es un pretexto para apoderarse del petróleo, como sucedió en Irak.
Evo comentó que los países que promueven los ataques deben ser investigados y castigados por las violaciones a los derechos humanos y lanzó una observación: «Cuando hay un conflicto en Honduras, un golpe de estado, ni las potencias ni nadie se moviliza. ¡Qué contradicción de los distintos imperios!», observó.
Fernando Lugo, presidente del Paraguay, dijo que ‘ningún tipo de violencia es justificada» y lamentó que las Naciones Unidas tengan legitimado el ataque. La misma opinión tiene el presidente de Uruguay, José Mujica y el gobierno de Argentina. De la misma forma, el Ecuador expresó que los ataques son «inadmisibles» y promueven una escalada de violencia. Por medio de un comunicado el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa expresó que su país «siempre ha defendido la paz y la solución de las controversias de manera pacífica».
El cubano Fidel Castro también se pronunció sobre los conflictos y puso en duda la utilidad del Consejo de Seguridad de la ONU. Cuestionó además el poder militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) que apoya a la coalición internacional.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que recibió la visita del presidente estadunidense Barack Obama, el sábado (19), día en que autorizó el inicio de los ataque a Libia, defiende el cese al fuero en el país africano. Brasil destaca la necesidad de la búsqueda del diálogo y la protección de la población civil.
El ministro de Justicia brasilero, José Eduardo Cardozo, afirmó hoy (24) que la posición del gobierno brasilero sobre la situación de Libia es «una postura correcta, coherente y soberana, dentro de los principios históricos que orientan las relaciones internacionales del país». El Brasil fue uno dos cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que se abstuvo en la votación de la resolución 1973, que creó la zona de exclusión aérea en Libia.
Por otro lado, países como Chile, Perú y Colombia, apoyan los ataques. Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, que es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, dijo que su país siempre va apoyar las posiciones que defienden la libertad y la democracia. El gobierno Chileno, a pesar de deplorar las acciones ejecutadas por el régimen libio y apoyar los ataques contra Libia, espera que la violencia tenga fin.
Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=PT&boletim=1&cod=54966
Traducción: Ricardo Zúniga