El 9 de enero de 1964 fue el verdadero día de la independencia para Panamá. Ese día un grupo de estudiantes de secundaria dirigieron al conjunto del pueblo panameño en un a gesta histórica marcada por un acto simple pero cargado de significado: plantar o izar una bandera nacional en el territorio de lo que era la Zona del Canal, un enclave colonial de Estados Unidos construido en el corazón del Istmo, junto al canal.
Pese al ultraje producido por los policías y soldados norteamericanos a los institutores y su bandera, pese a la lluvia de balas, la gente acudió masivamente al llamado estudiantil para saltar nuestro “Muro de Berlín”, la cerca de ciclón que separaba la ciudad de Panamá de la Zona del Canal, para plantar en ese territorio la bandera tricolor. Más de 500 heridos y 21 muertos no detuvieron la revolución popular que estalló la noche del 9 de Enero.
Durante tres días el pueblo se mantuvo en las calles, rodeando la cerca, tumbados en el piso para esquivar las balas, destruyendo todo vestigio de propiedad estadounidense en las ciudades de Panamá y Colón. Una masa de 10 a 20 mil personas rodeó la Presidencia de la República exigiendo armas para defender a la nación de la agresión de Estados Unidos. El presidente oligárquico, tradicionalmente títere del gobierno norteamericano, temeroso de lo que podía suceder, no entregó las armas y mantuvo encuartelada a la policía panameña, pero hizo algo inusitado: rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
El 9 de Enero de 1964 cambió la historia de Panamá. Se rompió el estatuto colonialista impuesto por el imperialismo norteamericano en 1903, cuando nos separó de Colombia para imponer el Tratado Hay – Bunau Varilla, que creó la Zona del Canal controlada por Estados Unidos “como si fueran soberanos”. El 9 de Enero fue el acto que proclamó nuestra independencia y forzó al imperio a negociar un nuevo tratado que puso fin a la “zona”, cerró las bases militares y permitió el traspaso a la soberanía panameña la administración del canal.
Sesenta años después de aquella gesta la memoria popular mantiene vigente la lucha contra cualquier forma de colonialismo y lo demostró en las calles movilizándose masivamente, entre octubre y noviembre de 2023, contra el intento de mantener un “enclave minero”, por parte de una empresa canadiense, First Quantum Minerals o Cobre Panamá.
Buena parte de la motivación de las decenas de miles de personas que se movilizaron contra el contrato minero de First Quantum M. lo hicieron porque preservan en su conciencia política la importancia de defender la soberanía nacional de la voracidad de intereses imperialistas. Por eso, cuando se hizo público que el contrato entregaba a los canadienses control absoluto sobre el territorio y el espacio aéreo de mina, muchos se echaron a la calle a protestar.
La Gesta Heroica del 9 de enero
Pero este 60 aniversario de la Gesta Heroica del 9 del enero también exige considerar que, entre aquella fecha y la actual, media un hecho con consecuencias negativas para la historia panameña: la invasión del 20 de Diciembre de 1989.
El 9 de enero fue una revolución popular victoriosa (aunque su materialización demorara en el tiempo) que nos heredó la descolonización de la Zona del Canal, la desaparición de las bases militares y el traspaso de la administración del canal a Panamá. Sus efectos nos llegan hasta hoy, cuando la bonanza económica que se vive tiene su fundamento principal en la reversión del canal y el aumento de sus aportes a la economía nacional, aunque sean cuestionables los criterios que se están utilizando para repartir sus beneficios.
El 20 de diciembre, en cambio, el imperialismo yanqui pudo imponernos el régimen económico neoliberal que había fracasado con Barletta, disfrazándolo de “democrático”. La invasión permitió al imperialismo norteamericano reimplantar el régimen tutelado y oligárquico de antes del 68, incluso manejaron la posibilidad de la permanencia de bases militares disfrazadas de combate a las drogas (CMA de Pérez Balladares), pero fracasaron ante la movilización popular. Aunque luego han impuesto acuerdos de seguridad más sutiles.
La invasión también hizo posible mediatizar el triunfo del 9 de enero con un Título Constitucional y una Ley Orgánica que convirtió la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) en una entidad controlada por la oligarquía que no luchó por la soberanía (los nuevos zonians) y de la que pueblo quedó excluido, hasta ahora.
Superar los efectos negativos de la invasión para que el pueblo panameño pueda recibir una proporción mayor de los beneficios que genera el canal, requerirá la estructuración de un gran movimiento de carácter antiimperialista, antineoliberal, democrático y popular que asuma el poder político para sacar del poder a la oligarquía vendepatria.
Olmedo Beluche es un sociólogo marxista panameño.