La campaña electoral acaba de arrancar el lunes 08 de marzo. La misma que se caracteriza por una profunda volatilidad del régimen político. Por lo mismo, no podemos hablar todavía de un escenario definido. En la última elección, el FREPAP y UPP, irrumpieron en la escena dejando a las encuestadoras y analistas con los pelos de punta. En este marco es de destacar que la intención de voto de todos los candidatos no pasa del 50% del electorado.
Esto es lo que, de alguna forma, explica porque la tendencia de polarización izquierda vs centro izquierda anunciada por Adrianzen, ahora se disipa y se desarrolla un escenario polarizante entre derecha e izquierda. La misma polarización que se ha manifestado durante la pandemia (Reactiva Perú por un lado y protestas sociales por otro), y que ahora se expresa a través de posiciones populistas y polémicas sobre la necesidad de un “Estado capitalista fuerte” y el cambio de la constitución política. Por tanto, lo que analizamos en esta nota son las tendencias en desarrollo (cuestión que puede cambiar después del debate del JNE del 29-30/03).
Según la encuestadora DATUM, el candidato Jony Lescano estaría en primer lugar con el 13%, mientras que en el segundo lugar estarían empatados George Forzay, Keiko Fujimori y López Aliaga (con tendencia ascendente), con el 07% de los votos. Verónica Mendoza pasa de 07% a 06%. Y Hernando de Soto, Daniel Urresti, Julio Guzmán, Cesar Acuña, Daniel Salaverry, Pedro Castillo y Ollanta Humala alcanzarían el 05%, 04%, 03%, 03%, 02%, 02% y 01% respectivamente.
Así las cosas, al menos que Lescano cometa un error político grave o la contra campaña logre mellar su imagen, pues, el líder de la lampa pasaría a la segunda vuelta ya que el fraccionamiento político electoral (ningún partido tendría mayoría en el próximo Congreso), no permitiría que gane en primera vuelta.
La tendencia “victoriosa” acciopopulista se debería no solo a la posición del ala de izquierdas de Acción Popular (AP), contra el golpe de estado de su aparato partidario dirigido por Merino, Vitocho y Diez Canseco o a su populismo* de centroizquierda y origen puneño provinciano, su slogan de campaña “Ama sua, ama llulla ama quella”, sino a que los grupos de poder financiero y minero se han inclinado por este partido ya que Lescano les ofrece un mejor manejo de contención de las masas rebeldes del sur y un partido institucionalizado de más de 50 años.
Entonces, la pregunta del millón de dólares es, ¿con quien pasaría Lescano al ballotage?
Verónica: Hizo una buena campaña en las elecciones pasadas quedando tercera. Pero el abucheo en el Cusco (su ciudad de nacimiento), la falta de un partido enraizado en el pueblo, su posición “profundamente populista/estatista” y la contracampaña, la han mostrado como una lideresa sin “calle” y pro Venezuela. Y a pesar que “construye puentes” con los grupos de poder, pues, estos no confían en ella. “Juntos por el Perú”, no “pega” en un contexto” en que hay que estar distanciados. Por eso, su slogan ahora es “Vamos a cambiarlo todo”.
Urresti: Tuvo unbuen performance durantela lucha por la devolución de aportes a la AFP y ONP. Urresti tiene carisma y es sarcástico. Pero la “mochila” por el caso Bustíos y los “gangsters de la política” (vinculados a la universidad Telesup), así como el apoyo a la intentona golpista de Merino, “paralizó” su campaña. A esto hay que agregar las pifias que recibió Urresti en Arequipa por un sector disidente. Tiene el voto de la PNP y las FF.AA. y ahora trata de llegar a un acuerdo con el movimiento de la ONP y AFP. Hace eje de sus intervenciones en un Plan de Gobierno que ha sido calificado por la Universidad del Pacífico como uno de los mejores (a diferencia del de AP). Los grupos de poder no le tienen confianza por su origen militar y no quieren repetir la experiencia de Velasco, quien se elevó como un Bonaparte. Su slogan “Juntos podemos todo”, no conecta por las medidas sanitarias y ha cambiado al de “Urresti sí cumple”.
De Soto: Llegó al tope del 05%. No tiene carisma, su partido es un desorden y no “conecta” con la población porque se le ve muy intelectual y aristocrático. Su aparición apoyando a López Aliaga (quien le ha disputado la votación de derecha), contra el JNE, no solo busca dar la imagen de un “político correcto” sino la de cerrar filas contra las corrientes de izquierda (Verónica, Lescano y Castillo).
Forzay: Su tendencia electoral populista* apunta a bajar en las encuestas. Del primer lugar con más del 10% ha pasado al segundo lugar con un “empate catastrófico” con Keiko y López Aliaga. Y es que a pesar que es popular (por haber sido jugador de Alianza Lima y alcalde de La Victoria), y quiere posicionarse como el “outsider”, la falta de consistencia política, la pelea por aplicar “mano dura” (desalojo de ambulantes para imponer el orden), cuando existen candidatos más creíbles en este campo como Urresti o Keiko (por su pasado militar o autoritario, respectivamente), le han restado votos.
Guzmán: Tiene una candidatura en caída libre. A pesar que desde el principio, el partido Morado a tratado de despercudirse del mote de “gobiernista”, el desgaste del presidente Sagasti le pasa factura. Es probable que no pase la valla al menos que hagan “trampa”.
El “outsider” López “Porky” Aliaga: En este escenario, el performance de López Aliaga con una buena campaña en redes sociales, propuestas disruptivas y entrevistas donde aparece con convicción planteando cuestiones controvertidas como “que la capital pase de Lima a Junín”, “que le regalaría una estadía en un hotel de 5 estrellas a una niña embarazada víctima de violación”, “en contra de la eutanasia”, así como planteando “la vacancia de Sagasti”, le convertido en lo que podríamos denominar el “outsider” ya que la gente no lo vincula con la “clase política tradicional” y está en tendencia ascendente. Aliaga quiere imponerse por encima de la voluntad de las transnacionales al estilo Donald Trump.
Tiene a la población más conservadora de su lado (Con mis hijos no te metas, antiabortista, antianimalista, antifeminista, etc.), y la “ola celeste” con su slogan “Renovación popular” se perfila como el “defensor de la gran empresa y las pymes” a la vez que hace populismo al discursear contra “los monopolios, El Comercio y La República”. ¿Se imaginan una campaña en redes llamando a votar para presidente a Porky? La juventud podría inclinarse por éste solo por la “chacota” y el “Porky challange”. Si no lo destruyen por sus “cuchos” como el deberle a la Sunat o sus vínculos oscuros con mafias y el Sodalicio, Porky pasaría al ballotage.
El sorprendente voto viciado o en blanco: Otra tendencia dentro de la dinámica política electoral es que el 40% de la población no está “nada interesada” en las elecciones, mientras que el 21% aún no ha definido su voto. Y es que la preocupación de los electores está centrada en la pandemia, en la recuperación económica y no tanto en la elección.
Los indecisos decidirán su voto en el último minuto: Lo anterior implica que un sector de los indecisos tiende a decidir su voto la última semana o el último día.
Pd:*El populismo es una “corriente ideológica delgada” (Dargent) que recorre el mundo y que, por lo general, es confundida con la demagogia o el clientelismo. Pero, aunque tienen factores de conexión con la demagogia (concesiones o halagos a los sentimientos de los trabajadores), pues no son iguales.
El populista emerge en un contexto de crisis y contra la Elite política o empresarial corrupta. El populista se sirve del clientelismo para ganar aliados (negociando el reparto del presupuesto con los gobernadores o alcaldes), pero se caracteriza por autoproclamarse la “volonté générale du peuple” (Mudde), y polariza con la Elite corrupta empresarial o política, “con el fin de ganar popularidad y votos diluyendo el carácter de clase de los trabajadores”.