La CGTP convoca un Paro Nacional para el 9 de julio. Llamamos a los luchadores de la clase trabajadora, a las organizaciones obreras, campesinas y populares, a sumarnos al Paro y convertirlo en una jornada unitaria y combativa de todo el pueblo contra el gobierno de Humala y los paquetes de la CONFIEP. Humala y […]
La CGTP convoca un Paro Nacional para el 9 de julio. Llamamos a los luchadores de la clase trabajadora, a las organizaciones obreras, campesinas y populares, a sumarnos al Paro y convertirlo en una jornada unitaria y combativa de todo el pueblo contra el gobierno de Humala y los paquetes de la CONFIEP.
Humala y los patrones están empeñados en que el pueblo y los trabajadores paguemos la «reactivación de la economía», o, lo que es lo mismo, los DS 013-2014TR de despidos masivos, y la aplicación de políticas descaradamente antilaborales que violan el derecho de huelga, no que vienen dando la patronal a la larga paralización del Sindicato Celima.
Mientras el gobierno ajusta a los más pobres por otro lado entrega beneficios a manos llenas al empresariado, como la reducción del Impuesto a la Renta, la eliminación de las llamadas «tramitologías» (que en buena cuenta es casi suprimir los controles y la fiscalización) y, sobre todo, la entrega de concesiones y autorizaciones a operaciones mineras y petroleras en territorios ancestralmente ocupados por campesinos e indígenas, afectando su sobrevivencia y al medio ambiente.
Esta política está desatando una conflictividad nacional que une las reivindicaciones de amplios sectores donde el símbolo de la resistencia y lucha es la que libra hace tres meses el Valle del Tambo contra el proyecto Tía María y que ya ha costado tres muertos, cientos de heridos y detenidos y su declaratoria de «estado de emergencia» con una masiva ocupación policial y militar; todo esto al servicio de Southern Cooper, la minera más corrupta del mundo y sancionada reiteradas veces por dañar el medio ambiente y que pretende imponer su proyecto minero en dicha región.
Lo mismo ocurre en Marcona, donde la respuesta represiva del gobierno para salvaguardar los intereses de la minera Shougang, produjo la muerte a bala de un trabajador en medio de las protestas contra los despidos abusivos de la empresa.
Humala tiene balas y policías para reprimir las protestas legítimas pero no para detener la ola delictiva que crece y se extiende impunemente a todo el país. La inseguridad inflige más sufrimiento al pueblo trabajador. Pero junto a la inseguridad corre parejo otro flagelo: la corrupción en todos los niveles del Estado como expresión de la grave descomposición que lo corroe. A los corruptos archiconocidos (Alan, Toledo, Keiko) se viene a sumar ahora las cabezas del gobierno Nadin Heredia y Ollanta Humala, descubiertos como cabecillas de una red de lavado de dinero y tráfico de influencias.
El gobierno que aplica ajustes contra el pueblo y retira derechos, y que en defensa de los intereses de grandes empresarios baña de sangre al país, es corrupto hasta la médula. Esto es lo que vemos hoy, y nada menos de quien fue elegido con el voto obrero y popular con la promesa de producir una «gran transformación» y de ser «honesto».
Este alevoso fraude enciende la bronca de amplios sectores obreros y populares que riegan de luchas el país, llevando al gobierno de Humala a una situación de absoluto aislamiento y crisis.
El Paro del 9
En este contexto, el Paro del 9, convocado hace cuatro meses respondiendo a otros cálculos por parte de la dirigencia de la CGTP, aparece como la respuesta que unifica la lucha obrera y popular. Por ello todos los sectores obreros y populares, con independencia de sus posiciones y levantando sus propias banderas, deben concretar la unidad de acción contra el gobierno y los patrones, sumándose a la convocatoria para hacer del Paro una jornada de lucha unitaria de todo el pueblo.
Lo hacemos desde el PST, un partido obrero con más de 40 años de trayectoria y con presencia en las luchas, a quien burdamente la burocracia de Mario Huamán ha declarado «enemigo» intentando purgarnos de los organismos de los trabajadores. Al poyar y trabajar por el éxito del Paro Nacional el PST lo hace velando por los intereses del conjunto de la clase trabajadora, sin por ello dar un ápice de apoyo a la política y los métodos de la dirigencia de la central. La dirección de la central, con su política y métodos, resta las fuerzas de la clase obrera, tal como ocurre cuando proscriben bajo múltiples acusaciones a todos los organismos democráticos y autónomos que surgen en las bases para impulsar las luchas. ¡Los enemigos son los patrones y sus partidos, no los luchadores de la clase obrera, señores de la cúpula!
La dirigencia de la CGTP no escatimó esfuerzos para desarticular las luchas obreras que empezaron a crecer bajo la conducción de dirigentes independientes y combativos, con la intención de imponer su propia agenda. Por ello convocó el Paro Nacional con cuatro meses de distancia y desligado de un plan. ¿Cuál es su «agenda»? No es organizar la lucha por la derrota del gobierno y la solución de las demandas que reclaman el Valle del Tambo, los estatales, maestros, campesinos y los trabajadores. No. Su interés es «acumular fuerzas» para apuntalar una alternativa electoral que ni siquiera es de los trabajadores, sino una alternativa disfrazada de izquierda con Yehude Simon, responsable del baguazo, y personajes que se pronuncian en todos los idiomas en favor del proyecto de Tía María. Por esta política, el Paro del 9 de julio ha sido castrado de combatividad y de una perspectiva justa.
No obstante, y sin asumir responsabilidad por él, hay que unir esfuerzos en torno al Paro del 9, poniendo en práctica el frente único contra el gobierno y la patronal.
Después del Paro tendremos el desafío de continuar la lucha. Y como ha sido hasta ahora, será tarea de las direcciones y dirigentes de base. Por ello más que nunca hay que fortalecer los espacios de coordinación autónomos, independientes y democráticos como instrumentos para centralizar e impulsar las luchas, hasta que derrotemos a Humala y logremos la solución de las demandas.
Nuestras banderas
– Cancelación del proyecto Tía María. ¡Fuera Southern del Valle del Tambo! Respeto a los territorios campesinos e indígenas y soberanía para que ellos decidan.
– Derogatoria del DS 013-2014TR y de todos los paquetazos, y archivamiento del PL 4008.
– No a la Ley General del Trabajo. Por la derogatoria de los regímenes especiales que precarizan el trabajo. Por la restitución de los derechos que nos arrebató la dictadura de Fujimori mediante la vuelta a la Constitución del 79.
– No a la criminalización de las luchas: investigación y castigo a los culpables de las muertes ocurridas en el Valle del Tambo y en todas las protestas sociales.
– Derogatoria de la Ley Servir, de la Ley de Reforma Magisterial y solución a las demandas de maestros, estatales, enfermeras y médicos.
– Aumento general acorde a la canasta familiar. Solución a los pliegos, respeto al derecho de huelga y a la libertad sindical.
– Derrotemos al gobierno y su plan neoliberal. Por un Plan obrero y popular. Por un gobierno de los trabajadores.