Hay formas distintas de intimidar a medios de comunicación y whistleblowers que tratan de denunciar y movilizar la opinión pública contra la endémica evasión fiscal de las élites políticas y económicas del sur europeo que coincide grotescamente con sus draconianas recetas de austeridad. Una es más suave, empleada por el Partido Popular español en el […]
Hay formas distintas de intimidar a medios de comunicación y whistleblowers que tratan de denunciar y movilizar la opinión pública contra la endémica evasión fiscal de las élites políticas y económicas del sur europeo que coincide grotescamente con sus draconianas recetas de austeridad.
Una es más suave, empleada por el Partido Popular español en el escándalo Bárcenas, que, en lugar de dar explicaciones sobre los presuntos pagos de dinero negro procedente, al parecer, de empresas constructoras españolas (algunas, tal vez, beneficiarios de la última amnistía fiscal) , amenazó con demandar judicialmente a todo medio que publique información al respecto. «¿A quien exactamente se refiere usted?» , preguntaron los periodistas en una rueda de prensa esta semana. «¡A todos, todos!», respondió el vicesecretario del partido. Es la respuesta del gobierno a quienes tratan de prevenir más robos al Estado.
Pero en Grecia, la oligarquía cleptócrata -que abarca, más aún que en España, gobierno y élite empresarial- es todavía más directa en sus amenazas. Me lo contó Aris Chatzistefanou, el director de documentales Catastroika y Debtocracy, críticas demoledoras a la doble moral fiscal que impera en Grecia bajo el yugo de la troika (ver la foto del reparto de alimentos hoy en Atenas) y la permisividad de Hacienda con los magnates.
Aris alcanzó a mas de un millon de ciudadanos con sus dos documentales. Quizás por eso la elite griega decidió tomar medidas duras cuando escribió un artículo en la nueva revista griega Unfollow sobre el contrabando de combustible marino que goza de generosas desgravaciones tributarias, parte de una política de ayuda a las navieras que data de los años de la junta militar. Unfollow es uno de estos nuevos medios en Grecia que, al igual que Hot Doc (que destapó el escándalo de la lista de cuentas bancarias suizas)- soplan como aire fresco sobre los restos de los grandes medios, la mayoría vendida al poder.
Eso es lo que dice Aris: «Hace unos días (Unfollow) publicó un tema sobre la red responsable del contrabando de combustible de barcos para venderlo en el mercado regular (el combustible marino no se tributa de modo que quien lo venda por precio de mercado puede duplicar sus beneficios mientras que el estado pierde miles de millones en recaudación tributaria)».
«El artículo menciona dos empresas controlados por dos de los hombres mas ricos de Grecia -Spyros Latsis de ELPE y Dimitos Milissanidis de Aegean Oil. Melissandis es propietario de la flota de suministradores del petróleo mas grandes del mundo y es uno de los clientes de la quinta flota estadounidense.»
Y ¿qué táctica de intimidación se les ocurrió a la élite evasora griega para advertir al periodista insumiso? No bastaba con amenazar a «demandar a todos» en los juzgados. No. El sábado por la noche, «un hombre que dijo que era Dimitris Melissanidis llamó a la revista y amenazó con matar al director y su familia», dice Aris.
Defender al director de Unfollow frente a estas intimidaciones mafiosas es de enorme importancia en un momento en el cual la independencia de los medios de comunicación se ve cada vez mas cohibida por su propia crisis financiera y una creciente dependencia de la elite empresarial y bancaria. Cabe recordar que en Grecia, los principales medios literalmente pertenecen al poder empresarial: El veterano magnate naviero Arastides Alafouzos es propietario del diario de referencia, Kathimerini. Su rival, Victor Restis, tiene el 40% del diario de mayor tirada, Proto Thema. La poderosa familia naviera Vardinoianis tiene canales de televisión como Mega Channel y Star. No es de extrañar que, al margen de los nuevos medios, no se lea mucho en Grecia sobre la evasion fiscal de la élite.. En España, pese a la intimidación gubernamental a diarios críticos como El Pais, aún no hemos llegado tan lejos. Por eso, puedes leer más sobre esto en La Vanguardia (Dinero del pasado 9 de diciembre: Al Pireo, no hi tributa ni el iot de superluxe).
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/diario-itinerante/?p=1638