No. No vamos a aludir a la ostentosa carrera de la señora María del Carmen Alva, la Presidenta del Poder Legislativo, la tarde del jueves pasado, con motivo del temblor que remeciera Lima.
Tampoco a la similar, emprendida por los parlamentarios que abandonaron raudos el hemiciclo en la misma circunstancia.
Vamos a ocuparnos más bien de la otra carrera, la emprendida por la Mafia en su empeño por derribar, a cualquier precio, al Presidente Castillo para restaurar en el Perú el dominio del Poder Oligárquico.
Es en ésa, que ha batido todos los records. Impelida por la desesperación que le corroe las entrañas, ha puesto en marcha, al mismo tiempo, las más diversas iniciativas. Pareciera que se le acabara el mundo y que no le alcanzaran ni los días ni las semanas para coronar sus esfuerzos.
Quiere golpear hoy, ya. No tolera un minuto más al Mandatario en Palacio de Gobierno, y aúlla exigiendo que renuncie, o que sea vacado, no importa cómo, pero ¡ahora mismo!
Veamos algunas de las perlas que han llegado a la ciudadanía, harta ya de leer la “prensa grande” o ver los insufribles programas de la Tele amenizados por Willax y sustentados por personajes ridículos como Beto Ortiz, Phillips Butters, Milagros Leyva y hasta Rossana Cueva. Todos ellos, desbocados como están, repiten como papagayos la misma monserga que, por lo demás, está llena de incoherencias y contradicciones.
Gritan estentóreamente que Pedro Castillo es inútil, incapaz, analfabeto, torpe por antonomasia, inepto para todo; pero ahora están convencidos de las “verdades” del empresario Zamir Villaverde que les asegura que el hoy Mandatario fue nada menos que el autor, gestor, impulsor y aplicador del gran fraude electoral que le diera la victoria en los comicios del año pasado.
Se almorzó a la ONPE, se digirió a pedacitos al JNE, engaño a los Personeros de todos los Partidos, a los fiscales de turno, a los jueces electorales, a los comentaristas y analistas políticos de todas las tendencias, a la Policía y a la Fuerza Armada; a la OEA, a los observadores internacionales y hasta los gobiernos de todos los países que saludaron el veredicto de las ánforas. ¿Cómo lo hizo? Probablemente bajo el sombrero que usaba entonces -y que se ha quitado- tenía encriptado un cerebro superdotado, electrónico, cibernético y hasta inter náutico, capaz de las más grandes hazañas.
Gracias a él, logró quitarle votos a López Aliaga para que Keiko pase a la segunda vueltas; y luego se las ingenió para que la señora “K” perdiera en la segunda. Ni el chavo del 8, podría haberlo hecho mejor. Si hubiese un Premio Nobel para una hazaña de esa magnitud, Pedro Castillo ya lo habría recibido, y quitado a Vargas Llosa la condición de “único peruano” con ese galardón.
Pero hay más, ahora dicen también que ya el 2013 el señor Castillo era una personalidad nacional vastamente reconocida, tanto que Acuña, el graduado en la Complutense de Madrid, para congraciarse con él y asegurar favores cuando fuera Presidente, le aprobó tesis plagiadas, a él y a su señora esposa.
Ya la Universidad Cesar Vallejo ponderó las tesis atacadas, pero no importa. Lo único que importa es que los congresistas del partido de Acuña, voten a favor de la Vacancia, ¡…y ya!. La UCV ha recibido 86 mil tesis. No importan las 85,998. Sólo las del Matrimonio Presidencial, sin duda.
Mientras esas campañas corren en las alas de la prensa ociosa, la Mafia corre también por otras pistas: elige a puertas cerradas, y sin debate alguno, a 6 miembros del Tribunal Constitucional. No importa que sean apristas o fujimoristas, dice. Lo que importa es que “sean capaces”.
Y claro, ya sabemos de qué habrán de ser capaces esos señores, heredando el legado de quienes acaban de condonar deudas a grandes empresas o liberar del pago de tributos a otras para “alentar la inversión privada”. Hasta la CDIH se ha escandalizado.
Con la correlación de fuerzas que han creado, podrán decidir lo que les plazca: que Alberto Fujimori sea liberado; que el Perú se retire de la Corte Interamericana; que el Presidente Castillo no pueda jamás cerrar el Congreso; que sea legal todo lo que el parlamento decida aprobar; que los parlamentarios tengan carta libre para ejecutar todas las truhanerías que se les antoje; que la educación sexual sea proscrita al igual que los preservativos, la igualdad de género y el matrimonio n convencional; y, ciertamente, que la homofobia funcione, y que las escuelas sean convertidas en conventos.
Y por si todo esto no fuera suficiente, el TC también desestimará cualquier recurso, pedido o propuesta, que se oriente a variar el texto de la Constitución del 93, no obstante que, según la impecable encuesta de Dátum conocida el jueves pasado, sólo el 19% de los peruanos la defiende en tanto que el 81% restante piensa que debe ser cambiada parcial o totalmente.
Y a propósito de la Constitución, un pequeño grupo de congresistas, 11 de 130 resolvió por sí y ante sí, que los peruanos no tenían derecho a participar en un Referéndum. Ni siquiera les importó que éste, sea un Derecho reconocido por la Constitución que ellos defienden lanza en ristre. (Art. 2.17).
Pudieron haber tratado el tema en el Pleno del Congreso, darse el lujo de admitir un debate, aunque eso les obligue a escuchar, aunque fuera de costado, expresiones para ellos ingratas; pero en fin, dar la imagen de una elemental discusión democrática. Pero no. ¿Para qué discutir, si “somos mayoría”
Finalmente vino el tema de las Interpelaciones a ministros. Curules vacías mientras hablaban los interpelados, pero estarán llenas a la hora de votar por la Censura, claro. ¡Hay que correr para estar a tiempo!
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