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PIGS, ¿rebelión en la granja?

Fuentes: Rebelión

En la década de los noventa del siglo pasado, primero, y a raíz de la crisis capitalista de 2007 – 2008 sobre todo, la prensa financiera británica (Financial Times, The Economist) ha venido usando la expresión peyorativa PIGS (CERDOS) para referirse a Portugal, Italia, Grecia y España (Spain), culpabilizándolos por ser una rémora, un lastre, […]

En la década de los noventa del siglo pasado, primero, y a raíz de la crisis capitalista de 2007 – 2008 sobre todo, la prensa financiera británica (Financial Times, The Economist) ha venido usando la expresión peyorativa PIGS (CERDOS) para referirse a Portugal, Italia, Grecia y España (Spain), culpabilizándolos por ser una rémora, un lastre, debido a su déficit público y / o desempleo, para el crecimiento económico de la Unión Europea.

Sin duda, ese término despectivo, ofensivo, que hace de los países del sur de Europa los responsables del estancamiento económico europeo, ha servido bien al propósito de la Comisión Europea, gobernada fundamentalmente por el establishment alemán, con la canciller Merkel a la cabeza, del Banco Central Europeo (otro tanto de lo mismo) y del siempre atento a la aplicación de políticas neoliberales Fondo Monetario Internacional (FMI), que juntos han formado la tristemente famosa Troika, para disciplinar severamente a los puercos moradores de esa pocilga.

La fórmula ya es conocida, con el pretexto, más que la razón, de reducir el déficit público y de pagar religiosamente las deudas a los acreedores, sea cual sea la naturaleza de la deuda – legítima pero, también, ilegítima y hasta odiosa -, los Estados, antes en Asia, África y América Latina y ahora ¡quien lo iba a decir! en Europa, deben acoger y llevar a la práctica los programas de ajuste estructural (PAE) fondomonetaristas, llamados engañosamente de austeridad que, imbuidos de una filosofía ultraliberal, ponen el acento en la flexibilización del mercado laboral, léase reducción de salarios, abaratamiento del despido y desaparición de la negociación colectiva; en la reducción del gasto social que, traducido al lenguaje común, significa recortar los servicios públicos de sanidad, educación, pensiones, el estado de bienestar en una palabra, decisivo para la cohesión social e indispensable para las clases más vulnerables del sistema, y en la privatización de las empresas y servicios públicos.

Aplicado este programa con mano de hierro en Grecia, Italia, España y Portugal, por los gobiernos neoliberales y socioliberales sometidos a Bruselas, Berlín y Francfort desde 2008 – 2009 hasta la fecha, los resultados no han podido ser más lesivos y catastróficos para las clases populares y trabajadoras: desempleo crónico, reducción de salarios, precarización del empleo, sobreexplotación, recortes de servicios públicos en sanidad, educación y servicios sociales, pobreza laboral y energética, en suma, empobrecimiento de la gente común y hasta aumento escandaloso del número de suicidios motivados por el paro, los desahucios (en España), etcétera.

¿Podía, acaso, suceder todo esto sin que las clases trabajadoras y populares respondieran a la ofensiva neoliberal con protestas y movilizaciones en todos los países del sur de Europa?

Manifestaciones, huelgas generales, ocupación de plazas públicas y asambleas en la calle, muestras aquí y allá de indignación popular y otras formas de lucha se sucedieron en Grecia, en Italia, en España y en Portugal. Se rechazó la injerencia de la Troika y la pérdida de soberanía cuando a los pueblos (Grecia e Italia) se les impuso gobiernos elegidos al margen de la voluntad popular, se reprobó la debilidad de los gobiernos neoliberales y socioliberales cuando, complacientemente, se doblegaron a las imposiciones de Bruselas, de Francfort y en última instancia de Berlín y, finalmente surgieron, ¿rebelión en la granja?, nuevas fuerzas políticas en Grecia, Italia, España y Portugal.

Grecia dio el primer paso, Syriza una coalición de partidos convertida en partido único pasó de quinta fuerza política en 2009 a segunda en 2012 y a primera en 2015. De todos es conocido el desafío de este partido de izquierdas contra las políticas de «austeridad» impuestas por la Troika y la implacable respuesta de ésta tras el referéndum de julio de 2015, en el que el pueblo griego rechazó las condiciones del rescate de su, en gran parte, ilegitima y odiosa deuda pública. Humillar a Grecia para escarmentar en cabeza ajena y disuadir al resto de los PIGS fue la respuesta de la Troika, pero a pesar de todo, Syriza fue de nuevo elegida, elecciones de septiembre de 2015, como la mejor opción por el pueblo griego, cuando se hizo inevitable gestionar el duro dictado de las instituciones europeas y del Fondo Monetario Internacional contra el país heleno.

¿Ha dado Portugal el segundo paso?

Como Grecia, Portugal había sido «rescatado » por la Troika, al precio de reducciones salariales, pérdida de derechos laborales y sociales, privatizaciones, etcétera, casi tan duras como las impuestas a los griegos. Y, sin duda, por ello el país ha reaccionado privando a la coalición de partidos neoliberales de centro derecha de su mayoría absoluta y dando la oportunidad al Partido Socialista de rehabilitarse y formar junto con partidos de izquierdas (Bloco de Esquerda y Partido Comunista) un gobierno anti-austeridad que inquieta a la Comisión Europea y a las instituciones financieras neoliberales.

España, tras las elecciones de diciembre de 2015, es el tercer PIGS que parece querer amargarle las uvas de 2016 a la Troika. También aquí la derecha, el Partido Popular, pierde la mayoría absoluta y, si el Partido Socialista Obrero Español no lo remedia, todas sus opciones de gobierno. En cuanto al PSOE tiene la posibilidad de reivindicarse de su pasado de medidas neoliberales, llegando a acuerdos con el nuevo partido de izquierdas, Podemos, con Izquierda Unida y otras fuerzas políticas nacionalistas de izquierdas. Podemos es, además, una de las bestias negras de la Troika que ve en él otra Syriza dispuesta a desafiar los edictos austericidas proclamados desde Bruselas, Francfort y Berlín.

Para terminar, faltaba Italia, ¿es la última de la rebelión en la granja?

Podría ser la guinda del pastel. Hasta hace bien poco el Partido Democrático (heredero remoto del Olivo y del Partido Comunista Italiano), se había mostrado transigente, contemporizador, con las políticas de «austeridad» dictadas por la Troika. Sin embargo, el idilio con Bruselas y, más allá, con Berlín parece estar llegando a su fin.

Como recogía una noticia de prensa de la agencia Efe fechada en Roma el 24 de diciembre de 2015: «Todo indica que Renzi (el primer ministro italiano) se ha plantado y ha comenzado a luchar contra las medidas de austeridad impuestas por Europa como queda patente en los últimos Presupuestos, en los que Italia se salta totalmente el compromiso de alcanzar el 1,8% de déficit público. Para Renzi ha llegado la hora de apostar por el crecimiento y los Presupuestos prevén medidas encaminadas a incentivar el consumo y a combatir la pobreza por un valor de 35.000 millones de euros, aunque esto repercuta en el déficit público que llegará al 2,4 % del PIB.»

Y lo que es aún más significativo, el propio Renzi, en una entrevista con el Financial Times apuntó directamente al gobierno alemán como responsable principal de las políticas austericidas al señalar: «Tengo una gran estima por Angela (Merkel). Tenemos una excelente relación personal. Pero tengo que ser franco. Europa tiene que servir a los 28 países y no sólo a uno».

En fin, a la vista de lo ocurrido en Grecia, Portugal, España e Italia cabe preguntarse, ¿ha sido 2015 el año de la rebelión en la granja, léase la neoliberal Unión Europea, de los menospreciados PIGS?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.