Sarkozy ha dicho esta mañana el 26 de abril, que «Francia ha dado la bienvenida a demasiada gente.» Al repetir que «para ser francés, hay que dominar el idioma», describe las características de una definición estrecha de ciudadanía, de lo francés, consciente o inconscientemente…
Al principio había decidido firmemente no dar mi voto a François Hollande. Los resultados de la primera ronda me sacudieron. Es seguro ahora, que voy a votar a Hollande, el 06 de mayo, en contra de mis deseos.
Cuando yo era joven, obedecía al principio de «las elecciones son una trampa para idiotas.» Desafortunadamente, creo que ya no es válida. Hace cuarenta años, el pleno empleo casi prevalecía. Las amenazas a la democracia después del 68, habían desaparecido. Beneficios sociales, sobre todo los logros famosos de 1945 y 1968, no habían sido impugnados. Los sindicatos eran fuertes. Los resultados de la elección podrían pesar sólo un poco más en la vida de las personas, sus empleos, sus ingresos.
Hoy en día la situación es diferente. La crisis no ha hecho más que empezar, y los cambios que se pueden producir son cambios en nuestras vidas, que nos afectarán a todos nosotros. Nadie será inmune. Los cambios no se producen con suavidad. Es posible que haya olas del caos, guerras civiles, guerras. El choque de nacionalismos viene en la parte superior del caos – pensemos en Yugoslavia, que se prometía como un futuro paraíso turístico de Europa.
François Hollande, no será útil, pero sí más que Sarkozy.
Esto me lleva a votar: la situación de ciertas personas, y en particular la de mis amigos extranjeros o de origen extranjero. El aumento del FN, la reanudación de los temas de la derecha, todos los días y cada vez más claros, por por parte de Nicolas Sarkozy, me hace temer por mis amigos.
Sarkozy ha dicho esta mañana el 26 de abril, que «Francia ha dado la bienvenida a demasiada gente.» Al repetir que «para ser francés, hay que dominar el idioma», describe las características de una definición estrecha de ciudadanía, de lo francés, consciente o inconscientemente, que lleva a imitar el modelo turco de la nación.
Si Sarkozy es elegido, ahora reforzado por el peso de la extrema derecha, temo por mis jóvenes amigos que estudian en Francia, temo por todos los que vinieron aquí para escapar de un régimen de coerción y exclusión.
Si por una vez, manifiesto públicamente mi elección, lo hago también en calidad de observador de Turquía. Yo uso el término «observador» a falta de otro mejor. Desde hace algún tiempo, ya no soy capaz de simplemente «observar» Creo que la «observación científica» supuestamente objetiva e imparcial no tiene ningún significado para mí. Las investigación deriva directamente, necesariamente, en el compromiso.
Pero esto no puede quedarse ahí.
Me reconozco como un gran conocedor del nacionalismo turco. Pero no hay ninguna diferencia de fondo entre los nacionalismos. Mi conocimiento del nacionalismo me hace odiar el nacionalismo en general. Y así, el nacionalismo francés.
Es también en tanto especialista en Turquía que publico esta convocatoria.
Voy a repetir lo que escribí el 5 de abril? Turquía está a la cabeza. Observar lo que está sucediendo, vemos, precisamente, lo que podría sucedernos a nosotros: definición estrecha de la ciudadanía y la cultura, la xenofobia, la exclusión, la invención y la promoción de una «cultura nacional», con referencias implícitas o explícitas a la religión implícita o explícitamente formal, por qué no en Francia, la prohibición de la lengua árabe en los lugares públicos? ¿Por qué no prohibir el vestido de tal o cual? Y la creación de un delito de invasión de la identidad nacional? Y, por supuesto, la expulsión de los violadores «de origen extranjero», lo que significaría «los musulmanes», después de la retención o detención, lo que significa una mayor supervisión policial de la empresa?
¿Te sientes a gusto, cuando, en estaciones, aeropuertos, te encuentras con patrullas de soldados armados? ¿Te sientes más seguro? Yo no.
¿Me encuentras demasiado pesimista? ¡Si tan sólo pudiera estar equivocado!
Más volviendo al tema de Turquía, allí nos encontramos con el magnífico coraje de los que resisten, que no se doblan, que no temen a la cárcel, el estigma. Quiénes escriben, enseñan, discuten, aprenden, el valor de todos aquellos que he mencionado aquí, y todos los demás.
Holanda nos defrauda, el PS nos defrauda. Pero votar a Hollande o al PS no implica que tenemos que amarlos y sobre todo no confiemos en ellos. Hemos estado con eso de «es nosotros o el FN» – en 1988, 1992, 1997, por no hablar de la comedia de 2002. Bueno, vamos a volver a vivirla, y es, por supuesto, contra el corazón que voy a poner la papeleta en la urna, pero debemos hacer todo lo posible.
¿Las elecciones, trampa para idiotas? No, no esta vez.
Fuente original en francés: http://www.susam-sokak.fr/article-pourquoi-je-voterai-hollande-a-contre-coeur-104091104.html