Portugal vivió ayer una jornada de manifestaciones contra las medidas de austeridad del gobierno. Las marchas reunieron a decenas de miles de personas en las principales ciudades del país bajo el lema «Que se fastidie la troika». Entre el ruido de petardos y bocinas, las marchas recorrieron de forma pacífica Lisboa, Oporto -al norte del […]
Portugal vivió ayer una jornada de manifestaciones contra las medidas de austeridad del gobierno. Las marchas reunieron a decenas de miles de personas en las principales ciudades del país bajo el lema «Que se fastidie la troika».
Entre el ruido de petardos y bocinas, las marchas recorrieron de forma pacífica Lisboa, Oporto -al norte del país- y otra veintena de ciudades lusas para expresar el rechazo a la política de austeridad exigida por la troika, conformada por la Comisión Europea, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI), que mantiene bajo estrecha vigilancia las finanzas del país. En la capital, la marcha discurrió por el centro de la ciudad hasta la plaza de España, con gritos y pancartas contra el Ejecutivo conservador de Pedro Passos Coelho y las duras medidas de ajuste aplicadas en sus quince meses en el poder para cumplir los requisitos del rescate financiero luso. Algunos manifestantes se exaltaron al pasar ante las oficinas del FMI en Portugal, por cuya calle discurrió la marcha y lanzaron objetos y gritaron consignas pidiendo la salida del país de ese organismo, que ya ha intervenido en otras dos ocasiones la economía lusa para conceder sus ayudas financieras. En las protestas abundaron los grupos de funcionarios públicos, que expresaron su descontento con los recortes en la administración, la sanidad y la educación. También asistieron padres y madres de familia que pidieron soluciones al desempleo, y estudiantes que, con cánticos y megáfonos, mostraron su rechazo al gobierno y la troika.
Los medios locales y los organizadores coincidieron en que la de ayer fue una de las jornadas de mayor contestación callejera registradas en el país en los últimos años. Las protestas fueron convocadas principalmente a través de las redes sociales por movimientos cívicos y grupos de «indignados» lusos, aunque también se sumaron los partidos de izquierda y los grandes sindicatos. Sus principales promotores subrayaron, en una rueda de prensa en Oporto, que la iniciativa no tiene orientación política y su objetivo es expresar al gobierno y los organismos internacionales el descontento de los portugueses con una política económica que ha disparado el desempleo hasta el 15 por ciento y la recesión al 3,2 por ciento. Asimismo, los manifestantes exigieron a Passos Coelho que no aplique las medidas de ajuste anunciadas la semana pasada, que supondrán en 2013 una nueva reducción de salarios superior al 7 por ciento y que han criticado también los empresarios y figuras de la coalición. La ira popular contra el primer ministro se sintió con fuerza en las protestas, en las que se reclamó su dimisión y un cambio drástico de política que frene el desempleo y el deterioro de los servicios públicos.
Las manifestaciones coincidieron con la publicación de una encuesta, la segunda esta semana, que muestra una fuerte caída de los conservadores lusos en las preferencias del electorado. El Partido Socialista (PS), principal de la oposición, aventaja en intención de voto en ambos sondeos y por primera vez desde las elecciones de mayo del año pasado al gobernante Partido Social Demócrata (PSD). Los aliados democristianos que garantizan la mayoría absoluta parlamentaria del primer ministro, el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), también pierden terreno en las dos encuestas. Este pequeño partido ha mostrado los primeros de- sacuerdos de importancia en el seno de la coalición al sumarse, al igual que destacadas figuras de la formación de Passos Coelho y la patronal lusa, al coro de críticas que han descalificado las últimas medidas de ajuste anunciadas por el primer ministro.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-203481-2012-09-16.html