Hoy 7 de abril se celebra, como cada año, el Día Mundial de la SALUD. Tradicionalmente el PIE se adhiere y promueve los eventos que se desarrollan a escala global y en Europa en particular. Los Partidos que lo integramos damos soporte también en nuestros países a esta efemérides que siempre hemos considerado justa, digna y necesaria.
La salud y la vida son derechos anteriores y superiores a otros como la propiedad privada. La salud no es solo «no estar enfermo» sino vivir de una manera autónoma, solidaria y gozosa.
Y en esa reivindicación fundamental estábamos luchando, junto a los movimientos sociales por unos derechos sociales, atendidos por los servicios públicos, cuando en 2019 -20 ha estallado la terrible pandemia del Covid-19.
En esta ocasión el impacto es de carácter mundial y tanto el contagio (morbilidad) y la mortalidad como los efectos sociales están en curso y en expansión. Ahora ciertamente la sociedad está seriamente enferma y las personas se sienten amenazadas y atemorizadas
No podemos omitir la causalidad de la situación más allá de la incuestionable agresividad del nuevo virus. Aún con la heterogeneidad europea que nos caracteriza, han sido las políticas neoliberales imperantes en muchos estados y el austericidio consecuente en agresión sostenida, lo que nos ha llevado a la mercantilización/ privatización y debilidad de los sistemas públicos de sanidad.
En este estado de fragilidad la carga de stress provocada por la pandemia ha resultado insuperable. Con todas las diferencias de obligado análisis ya nadie cuestiona las trascendentes consecuencias para la sociedad, el trabajo y la economía. Para la salud y la vida.
Y las desigualdades disparadas incrementándose. Y los sectores más fragilizados una vez más vuelven a salir penalizados: mujeres, pobres, mayores, migrantes, excluidos. Las trabajadoras/es del sector sanitario y social de cuidados pagan con su propia salud su entrega y generosidad
Este 7 de abril vamos a proclamar que la SANIDAD PÚBLICA, nuestro servicio público, es la mejor, y es la única defensa demostrada y segura de la población.
Europa, y en concreto la U.E., no puede desmarcarse de estos hechos. Está obligada a responder y esta crisis es crucial hasta el punto de definir su propio futuro. Esta calamidad va a marcar la historia.
Por todo esto el Día Mundial de la Salud es una fecha de gran importancia. Debemos hacer ver que luchando unidas hay luz al final del túnel. Y la imagen de la campaña de la esperanza es el martes 7 de abril una sábana o tela blanca en tu ventana o balcón.
- Propagando la solidaridad, no el virus