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Pugna por el ‘derecho’ a contaminar

Fuentes: Deutsche Welle

Mientras la Unión Europea insta a Alemania a comprometerse a reducir en mayor medida las emisiones de CO2, los empresarios germanos acusan al gobierno de doblegarse y amenazan con invertir en otra parte.

Alemania se considera uno de los grandes promotores de la lucha contra el cambio climático. Esta es, por ejemplo, una de las tareas mencionadas explícitamente en el programa para la presidencia alemana de la Unión Europea, en el primer semestre del año 2007. Tanto más doloroso resulta para el gobierno de Berlín que el comisario de Medioambiente de la UE, el griego Stavros Dimas, le reproche no hacer lo suficiente en la materia y haya calificado de inaceptable la propuesta germana de reducir sus emisiones de CO2 en sólo un 2% entre los años 2008 y 2012.

Arremetida empresarial

Lo que está en juego es el ‘Plan de Asignación Nacional’, en que se reparten las cuotas de contaminación admitida. Este es parte del sistema que permitirá a las empresas negociar sus derechos de emisión, es decir, comprar certificados cuando contamine más allá de su límite, o venderlos si se mantuvo por debajo del máximo previsto. En cifras, el panorama es el siguiente: el gobierno alemán está dispuesto a reducir las emisiones anuales permitidas, de 482 a 465 millones de toneladas. Bruselas, por su parte, demanda una rebaja adicional a 453 millones de toneladas.

Pero las cosas se han vuelto aún más desagradables para el gobierno alemán: el empresariado lo acusa ahora de traicionar su confianza y de pretender doblegarse a las exigencias de la Unión Europea. Der Spiegel informa que, por ejemplo, el jefe de la empresa de electricidad Streag, filial de RAG, ha amenazado con el desplazamiento de millonarias inversiones hacia América Latina y Asia. Por su parte el diario Die Welt cita una carta enviada por 18 altos ejecutivos a la canciller Angela Merkel, en la que critican que las inversiones ‘se verán perjudicadas’ y ello conducirá a un aumento de los precios de la energía.

Indignación ministerial

Con indignación reaccionó a tales informaciones el jefe de la cartera del Medioambiente, Sigmar Gabriel. El ministro acusó a los empresarios de ‘descaro’, indicando que el hecho de que Alemania se encuentre actualmente en este conflicto con la Unión Europea tiene relación con el hecho de que el empresariado no haya cumplido sus compromisos de reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Gabriel subrayó que el gobierno de Berlín intenta, por una parte, garantizar que las metas de protección del medioambiente sean alcanzadas y, por otra evitar perjuicios para la competitividad de la industria alemana. En consecuencia, se continúa negociando con la Unión Europea, principalmente sobre las bases tomadas para efectuar los cálculos, tema en el que existen discrepancias.