Aunque durante el mandato de Dmitiri Mevdevev siguió controlando los resortes del poder, Vladimir Putin ha tenido que esperar cuatro años para volver a ocupar la Presidencia de Rusia. Los primeros resultados le otorgan una amplia victoria, que hace innecesaria una segunda vuelta.
Con la mitad de los votos escrutados el actual primer ministro ruso y verdadero hombre fuerte del país, Vladimir Putin, obtenía ya un 64,37 % de los sufragios, con lo que consiguió evitar la segunda vuelta en las elecciones presidenciales asícomo cualquier signo de debilitamiento ante la oposición.
Victoria de Putin, Rusia por un zar fuerte (Editorial Gara)
«Hemos vencido. Hemos ganado en una lucha abierta y limpia», afirmó Putin en la céntrica plaza moscovita del Manezh, cerca del Kremlin, donde se congregaron más de cien mil de sus partidarios entre banderas rusas tricolor y también blancas, amarillas y negras monárquicas. El futuro presidente los felicitó por haber dicho «sí a la gran Rusia».
Putin, de 59 años, que ya presidió el Kremlin entre 2000 y 2008, debería asumir el cargo en mayo próximo de manos de su predecesor, Dmitri Medvedev, al que propondrá como jefe del Gobierno, en un nuevo intercambio de papeles que refleja la continuidad de su poder.
El líder del Partido Comunista de Rusia, Guennadi Ziuganov, fue el segundo candidato más votado con el 17,07 %, según los datos de la CEC. El tercer puesto lo disputan el ultraderechista Vladimir Zhirinovski (6,92 %) y el multimillonario Mijail Projorov (6,65 %). El socialdemócrata Sergei Mironov, antiguo presidente del Senado, era el quinto y último candidato con el 3,71 % de los electores, según el recuento parcial.
«Nuestros electores conocen la diferencia entre el deseo de renovación y las provocaciones políticas, cuyo objetivo es destruir nuestro Estado y usurpar el poder», añadió, en una clara alusión a la ola de protestas sin precedentes que ha vivido Rusia en los últimos tres meses para reclamar el fin de la corrupción que identifican con la era Putin.
El que será próximo presidente de Rusia apareció en el mitin ante sus seguidores acompañado del actual jefe de Estado, Dmitri Medvedev, a quien Putin colocó en la Presidencia como su peón ante la imposibilidad legal de optar a un tercer mandato consecutivo.
Denuncias de fraude
Ahora Putin vuelve a dirigir el Kremlin por un período de seis años gracias a una reforma constitucional. «No nos dejaremos arrebatar nuestra victoria», afirmó Medvedev a la multitud.
La oposición ya ha llamado a una gran movilización para esta noche en Moscú, para denunciar unas elecciones que considera fraudulentas e ilegítimas.
«Es una elección de ladrones, absolutamente deshonesta e indigna», declaró el candidato comunista Guennadi Ziuganov. «No reconocemos estas elecciones -añadió -No veo el sentido de felicitar a nadie. Con estas elecciones perdemos todos. Se han limpiado los pies con nuestros ciudadanos». «La enorme máquina estatal, criminal y corrupta, ha trabajado a favor de un solo candidato», dijo el líder comunista en alusión a Putin.
Tampoco Projorov felicitó a Putin, pues, según dijo, «estas elecciones no han sido limpias» y sus abogados preparan la apelación a los tribunales.
También cuestionó el triunfo de Putin el expresidente de la URSS Mijail Gorbachov, al dudar de que los datos oficiales preliminares reflejen las preferencias reales de los ciudadanos. «Hay una gran duda de que reflejen los ánimos de la sociedad. Pero mientras no haya falsificaciones masivas confirmadas es difícil hacer comentarios», dijo Gorbachov. Para Mironov, antiguo amigo de Putin, «no aguantará el plazo establecido por el mandato presidencial». También Ziuganov advirtió que las autoridades rusas «no podrán gobernar como hasta ahora».
Por su parte, el liberal Vladimir Ryjkov, uno de los líderes de la coalición que ha movilizado a decenas de miles de manifestantes en Moscú tras las legislativas de diciembre, opinó que «ningún parámetro permite considerar esta elección como legítima». «Mañana por la mañana, habremos contabilizado 20.000 o 30.000 fraudes», durante la votación, declaró a la cadena de televisión Rossia.
Antes del fin de las votaciones, los representantes de algunos candidatos, opositores y organizaciones de observación electoral como la asociación Golos o la Liga de Electores así como medios independientes afirmaron haber contabilizado numerosos fraudes.
La página control2012.ru, puesta en marcha para dar cuenta de las infracciones constatadas por la Liga de Electores, el partido Iabloko y partidarios del candidato Mijail Projorov, había contabilizado al menos 5.200 casos. Así, indicó que en 114 casos se habían rellenado las urnas y en 327 se había producido un «transporte masivo de electores», una técnica que permite a un grupo votar varias veces en diferentes colegios electorales gracias a autorizaciones fraudulentas.
Un periodista de France Press indicó que en una plaza céntrica de Moscú más de un centenar de autobuses habían transportado a miles de jóvenes procedentes de otras regiones, que rehusaron decir quién había organizado su desplazamiento pero confirmaron que habían llegado para votar por Putin. La ley electoral permite a una persona votar en otro colegio electoral que no sea el suyo, una normativa que, según la oposición, abre la puerta al fraude.
Cámaras y policías
Ante las denuncias que ya se sucedieron en las legislativas por parte de la oposición y de observadores, el poder había insistido en que la votación sería libre y democrática.
Putin afirmó haber ordenado la instalación de 180.000 webcams -dos por colegio electoral- para que cualquiera pudiera seguir el desarrollo de la elección en directo desde internet. Pero el sistema no funcionó ayer, según observaciones de France Press, ya que la retransmisión de las imágenes fue interrumpida a menudo por razones aparentemente técnicas y el emplazamiento de las cámaras no permitía controlar todas las urnas. La eficacia de la iniciativa había sido puesta en duda por la misión de observadores de la Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que hará públicas hoy sus conclusiones.
Durante la jornada se movilizó a un importante número de policías en Moscú para disuadir de cualquier intento de protesta, dando a la capital un aspecto de campamento atrincherado. Casi 36.500 hombres, soldados y fuerzas armadas del Ministerio del Interior, fueron movilizados. Decenas de camiones de estos cuerpos eran visibles.
La oposición se cita hoy en Moscú y se enfrenta a cómo definir su futuro en la nueva era Putin
La heterogénea coalición de oposición rusa que ha movilizado a decenas de miles de personas en Moscú desde diciembre se enfrenta ahora al desafío de mantener este movimiento, excluido del sistema político. De momento, los diversos dirigentes de esta alianza, que agrupa a liberales, intelectuales y militantes por derechos humanos, pero también a anarquistas o nacionalistas, contemplan un único objetivo: reunir hoy al máximo de manifestantes. Como en las masivas movilizaciones precedentes en Moscú, el lema será «Por unas elecciones justas» y «Rusia sin Putin». Pero la falta de elecciones nacionales antes de las parlamentarias de 2016 y las presidenciales de 2018 puede servir como catalizador para que la alianza reflexione sobre el futuro de su lucha, excluida del Parlamento, sin líder reconocido y sin un programa común real. «La coalición organiza manifestaciones pero coordina más que dirigir a los manifestantes, que en su mayoría expresa una posición moral más que la política partidista», explica el Consejo Europeo para la Política Exterior, un centro de análisis de la Unión Europea. «No tiene plan a largo plazo, programa político unificado o estrategia económica», añade.
Para el escritor y opositor Boris Akunine, hoy se jugará gran parte del destino del movimiento, «en función de la reacción del poder frente a miles o decena de miles de manifestantes que se esperan en Moscú», sobre todo si utiliza la fuerza para dispersarlos. «Si se pasa a un escenario de confrontación, la oposición cambiará también sus métodos de lucha y objetivos. Se dotará sin duda de líderes más radicales», afirma.
Grigori Iavlinski, fundador del partido Iabloko, excluido de las elecciones presidenciales por supuestas irregularidades en los dos millones de firmas de apoyo que recogió, tiene clara la estrategia inmediata «El objetivo inmediato son las elecciones limpias y libres de gobernadores y alcaldes. No dentro de varios años, sino aquí y ahora», forzando al Kremlin a renunciar a nombrar los de las principales ciudades, Moscú y San Petersburgo, explicó en una entrevista al diario «Moskovski Komsomolets». En su opinión, los opositores deben organizar manifestaciones masivas y contemplar una toma de poder «en la legalidad» en Moscú y San Petersburgo, donde tienen más apoyos. «Después será Novossibirsk, Cheliabinsk, Samara y luego todo el país», añade. El Kremlin ha prometido elecciones para escoger a los dirigentes regionales, pero Putin cree necesario que el presidente filtre previamente las candidaturas.
Dada la diversidad de la coalición de oposición, podría surgir de ella una multitud de partidos, incapaces de competir con la formación de Putin, Rusia Unida y los partidos leales al sistema político actual.