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¿Qué cambios se vienen en el Paraguay?

Fuentes: Rebelión

Horacio Cartes fue electo presidente del Paraguay a sus 56 años de edad el 21 de abril del 2013, día en que también por primera vez ejerció su derecho al voto; antes, nunca había concurrido a unas elecciones [1] . El país ejemplar para el nuevo presidente electo, es Estados Unidos, según declaro en una […]

Horacio Cartes fue electo presidente del Paraguay a sus 56 años de edad el 21 de abril del 2013, día en que también por primera vez ejerció su derecho al voto; antes, nunca había concurrido a unas elecciones [1] . El país ejemplar para el nuevo presidente electo, es Estados Unidos, según declaro en una importante emisora radial días antes de las elecciones generales.

Al ser consultado por el periodista cuál sería un país modelo a imitar, Cartes respondió: «a mi me gusta mucho, crecí mucho con Estados Unidos, papá, fallecido ya, trabajaba mucho con representación de aviones cessna, fue donde nos tocó estudiar a todos los hermanos. Un país donde funciona todo (…) es un país que cuando uno comete un error lo paga, funciona todo, funciona la justicia, es un país que después de grandes crisis tiene capacidad de reacción« [2] .

El partido colorado contó siempre con el apoyo de los Estados Unidos para gobernar el Paraguay, este nuevo periodo 2013-2018 no tendría por qué ser la excepción. Aunque esta vez las políticas de Washington exigen ciertos cambios que se deben ir dando en un partido fuerte y con gran aparato electoral, pero tradicionalista, con prácticas aún muy clientelares y prebendarías, con alto grado de corrupción; el partido colorado tendrá que reformarse para responder a las exigencias del poder transnacional, deberá adecuarse a la necesidades del sector empresarial, de los agronegocios, sector de donde justamente proviene Horacio Cartes.

El analista estadounidense Peter Heiken, comenta en base a la siguiente interrogante «¿el partido colorado ha cambiado o no? Es la hora de que el partido empiece a modernizarse y modernizar a Paraguay no volver a sus traiciones de jerarquía, caudillismo, clientelismo«. El norteamericano a la vez resalta las buenas relaciones que se puedan seguir manteniendo entre Estados Unidos y el nuevo gobierno paraguayo. Refiriéndose al periodo en que Lugo fue derrocado del gobierno, recuerda que «Paraguay fue excluido de Unasur y Mercosur fue dejado un poco sólo en América del Sur, sin embargo los Estados Unidos es un país que reconoció a Paraguay, por eso quedo como miembro de la OEA y creo que Paraguay ha agradecido que los Estados Unidos ha mantenido su relación, no hay razón para que no haya una relación continúa, buena« [3] .

En otros términos, podríamos decir que Estados Unidos no ha cuestionado el golpe parlamentario y que le ha dado el apoyo suficiente a los poderes fácticos que usurparon la presidencia de la república desde junio del 2012.

Para quien gobernará Cartes, con el Partido Colorado

Con el golpe de estado parlamentario las fuerzas de derecha han logrado crear un clima de desestabilización en el país y en la región, dividieron a la débil izquierda partidaria y neutralizaron a los movimientos sociales. Abruptamente recuperaron el poder gubernamental para prevenir cualquier hipótesis de riesgo contra sus intereses y eliminar la mínima posibilidad de que el progresismo pueda fortalecerse.

Cartes gobernará para que el Paraguay siga ocupando el cuarto lugar de productor mundial de soja; los señores del agronegocio, preveen para el 2013 la exportación de más de 5 millones de toneladas de la oleaginosa. Mientras que los ganaderos ya informaron que sólo en el primer trimestre de este año obtuvieron un ingreso de 308 millones de dólares por la exportación de carne, lo que llevaría a que en lo que resta del año se pueda exportar por más de 1.000 millones de dólares. Es el gobierno colorado el garante para que estas cifras se puedan concretar, éste deberá aplicar las medidas necesarias para proteger los privilegios de los terratenientes y empresarios [4] .

No es difícil pronosticar que parte de esas medidas tenderán a criminalizar a los movimientos populares y en especial al campesinado, la lucha por la tierra y la reforma agraria no son puntos de interés para el nuevo gobierno. El partido colorado ha sido siempre contrario a los intereses del campesino pobre y tiene una frondosa experiencia para perseguir, reprimir, apresar y asesinar a líderes sociales.

La apertura a nuevos tiempos y la «modernización» que se reclama desde Washington tiene que ver con crear un escenario favorable para la inversión extranjera, mantener una presión tributaria baja que favorezca al empresariado internacional, pero disminuir la corrupción y aumentar la recaudación Estatal.

En lugar de atender el problema de la tierra, su atención estará en que el conflicto social no siga creciendo en las ciudades, para lo cual se deberá combinar nuevas fórmulas compuestas de criminalización de la pobreza urbana con la creación de fuentes de empleos que no signifiquen una seguridad laboral, hablamos de consolidar las empresas maquiladoras y la flexibilización laboral. El problema de la tierra y la resistencia campesina recibirá el mismo trato de hace décadas, la persecución, la represión.

Las políticas sociales no sufrirán mucha alteración, según los convenios con organismos internacionales como el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y el BM (Banco mundial), se sustentarán principalmente sobre las Transferencias Monetarias Condicionadas (TMC), las mismas han demostrado su efectividad para cooptar a dirigentes sociales, disminuir la autonomía organizativa de las comunidades empobrecidas y resultan una eficiente receta para adormecer las revueltas sociales.

Un Estado moderno no puede quedarse fuera de los bloques regionales, es por eso que el señor Cartes está tan preocupado por volver al Mercosur, aunque vale preguntarse si su rol estará centrado exclusivamente en representar a los gremios del empresariado paraguayo, y actuar como una forma de sucursal o vocero de los Estados Unidos en el proceso de integración regional.

Otra prioridad será la relación que se pueda entablar con la Alianza el Pacífico, sobre el tema, el titular de la Unión Industrial del Paraguay (UIP), ya ha adelantado algunas sugerencias para el nuevo presidente. Eduardo Felippo «confesó sentía temor a Venezuela cuando Fernando Lugo estaba en el poder, pero aclaró que «con Horacio Cartes como presidente no le tengo miedo a Venezuela». Señaló que lo más recomendable a partir de ahora, es que Paraguay ponga sus propias condiciones para regresar al Mercosur. En cuanto a cuáles serían las condiciones, citó a que se nos permita una alianza con el Pacífico y con México como posibles puntos» [5] .

Los cambios estructurales que necesita el país de forma urgente, tendrán que ser resultado de combativas luchas de los movimientos sociales, esto, a la vez demandará de la madurez, la capacidad de reacción y coherencia de una izquierda o progresismo partidario que por primera vez tiene un lugar privilegiado en las bancas del congreso paraguayo.

Notas

[1] El País. Ver en http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/23/actualidad/1366676793_086760.html 

[2] Radio Ñanduti, 8 de abril 2013. Ver en http://www.nanduti.com.py/v1/include-audio.php?audios_id=102026&tipo=Politica

[3] Radio Ñanduti, 23 de abril 2013. Ver en http://www.nanduti.com.py/v1/include-audio.php?audios_id=103490&tipo=Boletines

[4] Diario la nación, en http://www.lanacion.com.py/articulo/121403-exportaciones-ganaderas-generan-us-109-millones-mas-hasta-marzo.html

[5] Eduardo Felippo. UIP. Ver en http://www.hoy.com.py/politica/felipo-con-cartes-no-le-tenemos-miedo-a-venezuela

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