El gobierno de Martín Vizcarra fue uno de los primeros que después de Cuba, decretó la cuarentena, el 14 de marzo, demostrando que tiene reflejos políticos. Y por eso era reconocido por la prensa internacional como uno de los “más responsables frente a la pandemia”. No obstante, según el diario Líbero del 9/4, vamos por el mes de cuarentena y nos ubicamos en el tercer lugar de fallecidos (con 138 muertes), después de Brasil (cerca de 1000 muertos), y Ecuador (242 muertos). Chile tiene 57 muertos.
Respecto a la cantidad de infectados, pues, es de destacar que superamos a Ecuador con cerca de 5256 infectados (según el Ministerio de Salud peruano), mientras que este país tiene 4,965, Brasil cerca de 20,000 y Chile 5,972 contagiados.
¿Por qué pasa esto en uno de los “países más responsables”?
Vizcarra, sin un plan que priorice la salud del pueblo
Porque, como señalamos en la declaración continental que difundimos, por un lado, “los gobiernos priorizaron las ganancias de los poderosos empresarios capitalistas, y por otro, porque los sistemas de salud están colapsados”. Es así como Perú se ubica entre los países que le dedica una “migaja” de presupuesto a la salud con el 2,3% del PBI (según la OMS) mientras que Cuba le dedica más del 10%. Es decir que, de cada 100 soles, 2,30 soles van para la salud pública. En relación a la cantidad de médicos por habitante, pues, estamos casi al nivel de Chile y Bolivia, con 1,3 médicos por cada 1000 habitantes (según el Banco Mundial).
Pero además de los factores mencionados, debemos señalar que la particularidad peruana se explica porque el gobierno semibonapartista de Vizcarra, careció de un plan integral para abordar la pandemia. Es así como se comprende que hasta el día de hoy no existen datos objetivos de cuántos contagiados hay en el país y por ende la dimensión de la crisis. Y es que Vizcarra decretó la cuarentena, acompañado del Estado de emergencia y toques de queda, que sirven para reforzar el Estado represivo en perspectiva de una rebelión popular, pero que no sirve para enfrentar la pandemia porque en todo este tiempo, el muestreo de infectados ha sido de 500 personas por día (recién se está bordeando los 1000), mientras que en otros países del orbe llegan a los 3000 o 5000 por día. Y hasta ahora no hay cifras exactas de la cantidad de respiradores en el país.
Esto es lo que explica que no haya una focalización de los infectados y un tratamiento adecuado del virus. A esto habría que agregar que la confusión e improvisación del gobierno es increíble ya que habla demagógicamente del “colapso del sistema sanitario” (señalando que el recorte de presupuesto viene desde hace años, cuando él mismo lo recortó también el año pasado según revistas como Hildebrant en sus Trece), pero reprime cualquier denuncia de los sindicatos de salud cuando reclaman porque están siendo contagiados (según el Colegio Médico hay 183 casos positivos de médicos contagiados sin contar a los aislados), por carecer de instrumentos de protección de bioseguridad o porque denuncian compras sobrevaluadas de equipos respiratorios (despiden). En Perú, el personal de salud (hospital María Auxiliadora entre otros), denuncia que una mascarilla la utilizan 2 y hasta 3 médicos diferentes. Y a pesar que hay 150 médicos cubanos que se han puesto a disposición del gobierno para apoyar en la lucha contra el virus, pues, Vizcarra y Pilar Mazzetti (ex ministra de salud y titular del Comando Covid-19), miran para otro lado, por estar alineados ideológicamente con el magnate yanqui Trump. Lo mismo pasó con las conversaciones con los chinos, que al final no quedaron en nada concreto.
Y lo que es peor es que a pesar que la Federación Minera ha denunciado que ya hay varios obreros contagiados en las minas, el gobierno se hace la vista gorda . Lo mismo pasa con otras empresas que no tienen nada que ver con actividades esenciales como la empresa cervecera Backus.
Salvataje para los ricos capitalistas
Lo que sí destacan los defensores del establishment y la gran prensa geisha (que ahora depende de la plata publicitaria del Estado), son los $25 000 millones (12% del PBI), de inyección económica “de liquidez” que está haciendo el gobierno. Pero lo que no dicen interesadamente es que de esa cantidad mucho menos del 4% está yendo para la fase de contención social (bonos y víveres insuficientes y distribuidos caóticamente; recuperación de CTS -Compensación de Tiempo de Servicio-, etc.), mientras que el resto está dirigido para “rescatar a los bancos y las grandes empresas”.
Según
el economista Pedro Francke, serían 30,000 millones de soles que
irían, en nombre de la “liquidez”, a parar en las arcas de los
poderosos banqueros y empresarios (mientras que a las pymes van 300
millones). Mientras que para lxs trabajadorxs, toda la sumatoria del
apoyo social llegaría al 0,4% del PBI, según el mismo economista
(vídeo de Wayka Perú).
Lo que no dice la administración
Vizcarra, es que parte del dinero de “la reactivación económica”
lo está implementando en función de contraer préstamos o nueva
deuda con el FMI. Manuel Velarde, presidente “reeleccionista” del
Banco Central de Reserva (BCR), declaró que, “el Perú va a pedir
un préstamo al FMI por $15,000 millones” (Expreso, 6/4). Esto a
pesar de que los expertos señalan que tenemos más de 70,000
millones de soles en reservas internacionales depositados en los
bancos extranjeros y que los banqueros han ganado con plata del
Estado cerca de 7,722 millones de soles (Gestión,
25/11/19).
Y nada dice el gobierno del grupo Intercorp, cuyo dueño Carlos Rodríguez Pastor, es también dueño del monopolio de farmacéuticas y que la revista Forbes lo declaró uno de los multimillonarios más importantes del mundo con 4 mil 100 millones de dólares (La República, 19/6/19). Por otro lado, los colegios privados están haciendo su “feria” sin recompensar las clases, y los públicos están dando “clases virtuales” que no llegan al total de estudiantes, a la vista y paciencia del Ministerio de Educacón.
Es por eso que los banqueros y la Confiep (gremio de empresarios), están contentos y están haciendo “donaciones” de 200 respiradores, así ¿quién no pecata mía? No obstante, a pesar de la inyección de “una liquidez” multimillonaria, la Confiep, descaradamente, ha salido con el pie en alto demandando un nuevo paquetazo (sería el tercero en lo que va de la gestión de Vizcarra), que plantea compensación (devolución al empresariado) de las horas no trabajadas por la cuarentena, suspensión perfecta y automática de labores que podrían ser de 6 meses (o negociación sin goce, reducción de salario, etc.), licencia con pago reducido (670 soles aproximado), renegociación de pliegos y facultades para declarar de forma unilateral los “ceses colectivos”.
Vizcarra, “astutamente”, acaba de prolongar la cuarentena hasta el 26 de abril ya que, al no haber una campaña masiva de muestras, pues, no sabe a ciencia cierta cuál es la dimensión del virus (el gobierno está disponiendo el funcionamiento de actividades como las de delivery, y otras vinculadas a las no esenciales de las cuales algunas ya estaban funcionando). Sin embargo, un experto médico como el Dr. Elmer Huerta ha señalado que el “pico medio” del virus recién llegaría el 21 de abril (Rpp, 9/4), lo cual implicaría volver a prolongar la cuarentena. Hay otros incluso que señalan que recién estaríamos al 45% de la curva de contagio.
Por su lado, Pilar Mazzetti, ex ministra de Alan García y la jefa del Comando de Emergencia recién creado, ha declarado que podríamos acabar con aproximadamente 10 0 15 mil infectados, pero ya estamos llegando a los 6,000 y los pronósticos apuntan a que la cifra sería mucho mayor. Y en Arequipa nombró a un militar como jefe de la Dirección regional de salud, a la vez que planteó que “necesitan frigoríficos para poner a los fallecidos”. Mazetti declaró que “los que salgan van a salir vivos, pero van a estar dañados por fibrosis pulmonar…Hay que ser claros, no hay equipos de ventilación asistida suficientes, no hay pruebas suficientes. Las circunstancias han hecho que ya no exista en el mundo la posibilidad de comprar, las fronteras están cerradas, todos nuestros pedidos del mes pasado están retenidos en China y los que están en otros lugares tienen que pasar por un cierto país muy poderoso que lo que ha hecho es confiscar el contenido de los aviones que aterrizan en su suelo” (diario Perú 21, 9/4).
Como señalamos líneas arriba, el gobierno apeló a bonos sociales de 380 soles (un poco más de $100 dólares), para la gente vulnerable, pero el mismo fue mal distribuido y según el propio presidente se ha llegado a la mitad del sector objetivo. Esto, teniendo en cuenta que el 72% de la PEA (población económicamente activa) es trabajadora informal, pues, es una bomba de tiempo.
Las AFPs
En Perú ahorita hay una polémica en relación a las AFP (cajas de jubilación privada). La gran prensa ha vuelto a la carga contra el Congreso por haber aprobado una Ley de devolución del 25% de los ahorros acumulados en las cuentas personales ‘resguardadas’ por las AFP. El mismo día del debate en el Congreso, la presidenta de las AFPs se paseó por todos los medios para señalar que “es un peligro hacerlo ahora porque se puede agudizar la recesión”. Lo que no señalan es que ni antes cuando se planteó el tema quisieron hacerlo. Y lo que no dicen es que disponen de ahorros (según el economista Guido Penanno, en una entrevista a diario Exitosa, se acaban de distribuir más de 145 millones de soles y 27 millones, respectivamente, por concepto de utilidades del 2019), que son de los pensionistas y que en tiempos de utilidades ha sido una migaja la que han repartido. Además, nadie garantiza que después estemos en mejores condiciones, ya que la economía mundial ingresa a una recesión peor que la del 2008, apuntando a una gran depresión.
Según el economista de centroizquierda Pedro Francke, “las AFPs tienen 47 por ciento de nuestros fondos en el exterior, sumando 79 mil millones de soles, según las estadísticas que publica el BCR [Banco Central]. Como es evidente, todo ese dinero se puede retirar de los fondos del exterior y traerlos al país… Otros han dicho que un 25 por ciento de nuestros fondos en las AFPs serían unos 30,000 millones de soles y que es demasiado dinero para meterlo de golpe en la economía peruana. Pero el BCR ha anunciado un paquete de apoyo de 30 mil millones de soles… Finalmente, el último argumento es que retirar ese 25% iría en contra del sistema previsional, es decir, de la garantía de pensiones para los jubilados. Pero hace más de 3 años se permite el retiro del 95,5% de los fondos de AFPs a los 65 años, tiempo en el cual la enorme mayoría de ellos ha optado por retirar sus fondos” (Wayka, 1/4). Por supuesto que todo esto replantea el problema de terminar con las AFP creadas por el ex presidente Alberto Fujimori, expropiándolas y nacionalizándolas bajo control de los trabajadores.
Por otro lado, hay un 72% de trabajadores informales que viven del día a día pero que no tienen un fondo de jubilación para el cual el nuevo sistema de pensiones estatal lo integre.
La crisis puede desbordar a Vizcarra
No se sabe si Vizcarra va aprobar la ley de AFPs del Congreso, a pesar que éste le acaba de dar más facultades legislativas para “enfrentar la pandemia”, ya que uno de sus asesores es Luis Carranza, quien fue ministro de Economía del ex presidente Alan García (y viceministro de Hacienda del entonces ministro Pedro Pablo Kuczynski) y está vinculado al FMI, los banqueros y AFPs. No obstante, existen en el ambiente elementos potenciales de desborde que se expresan en la crisis del régimen social sanitario donde la gente, poco a poco, está saliendo a ganarse el pan vendiendo juegos de entretenimiento, mascarillas artesanales, y otros viajando informalmente a sus provincias de origen. Asistimos a una crisis donde incluso médicos (van más de 200 infectados según el Colegio Médico), enfermeras y policías están siendo contagiados.
Esta cuestión parece haberla comprendido el gobierno y eso explicaría, por un lado, la estrategia de echar la “culpa del aumento descomunal de infectados y muertos al pueblo desobediente a pesar que son 30 mil detenidos contra 32 millones de habitantes y de hablar de una curva que se aplana”, y por otro, de la militarización de la política sanitaria, que acaba de producir el rechazo de los gobiernos regionales de las regiones del sur por el nombramiento de militares como directores de los Comandos regionales. “Que se evite declaraciones que parecen imposiciones ante los gobernadores regionales, electos democráticamente, como es el caso de la médica Pilar Mazzetti Soler, en el proceso de designación de altos mandos militares como presidentes de los Comandos COVID-19” (EC, 11/4).
La izquierda y las organizaciones sindicales
La centroizquierda acaba de ser superada por el partido religioso Frepap que acaba de plantear “una Ley de impuesto para las grandes fortunas” y por un ex militar, ex ministro del Interior de Ollanta Humana y actual congresista llamado Daniel Urresti, quien acaba de declarar que “la Confiep no quiere obreros sino esclavos”.
La centroizquierda ha difundido pronunciamientos y ha llamado al gobierno a no “ajustar” a los de abajo, así como ha planteado “bonos productivos” para los agricultores, pero sin tocar el sistema perverso capitalista, lo cual es un callejón sin salida. Pedir a Vizcarra que no ajuste “a los de abajo” es reforzar el rol de Bonaparte (Ejecutivo que decide arbitrando) y las ilusiones de sectores populares en él. Lo que hay que hacer es denunciarlo. Sobre las AFPs la izquierda está dividida. Mientras que el Frente Amplio propone la desafiliación del 99% y aprobó la ley del 25% mencionada anteriormente, Nuevo Perú no tiene una posición definida al respecto. Quitarle a la AFP dirigida por consorcios bancarios-capitalistas, el manejo de nuestros ahorros es progresivo. Pero, como planteamos más arriba, coloca con fuerza la necesidad de un sistema jubilatorio estatal.
Las centrales sindicales se reunieron con el gobierno, denunciando declarativamente que no se “ajuste a los de abajo”, pero no han tomado ninguna medida organizativa ni política de combate fondo y sostenida para enfrentar a los grupos de poder y sus medidas represivas. Todo este tiempo han intervenido como furgón de cola del vizcarrismo en su punga por el poder político contra la mafia fujiaprista, teniendo como resultado un tercer paquetazo fujineoliberal impuesto en “su pepa”.
Todos hablan de que estamos en guerra, pero la centroizquierda -e incluso algunos que se reclaman “guevaristas”- (por temor a cometer un error político frente a un “poderoso Vizcarra” que en la última encuesta de IPSOS recibió un 52% de popularidad), no plantean sostenidamente la necesidad de un verdadero plan integral que convoque a más personal de salud (con 4 turnos, negociación colectiva y beneficios laborales), que desarrolle una ley que regule los protocolos en los centros laborales y barrios bajo la dirección del Minsa (Ministerio de Salud), la triplicación del presupuesto de salud a nivel del PBI (que atienda las demandas del personal y la infraestructura), sueldos y salarios al nivel de la canasta básica (el tiempo que dure la cuarentena), ningún despido ni cese colectivo (ya hay en las empresas y municipios), desjudicialización y operatividad de decenas de hospitales que están por “liquidar”, organización de la distribución de los kits y víveres por los gremios populares, rechazo a las leyes del “gatillo fácil”, liberación a los detenidos por opinar diferente al gobierno y por ganarse el pan y la leche trabajando, y que plantee el no pago de la deuda externa, nacionalice los bancos, la gran minería y el comercio exterior y, fundamentalmente, que plantee ante la emergencia, la nacionalización de las farmacéuticas y el sistema de salud (es una contradicción la existencia de clínicas privadas y salud pública a la vez).
César Zelada. Director de la revista La Abeja (teoría, análisis y debate).