El panorama económico que glorificaba el gobierno de Luis G. Fortuño para Puerto Rico no es hoy un espejismo al que se enfrenta el gobernador electo Alejandro García Padilla, según miembros del Comité de Transición. Mientras el equipo de Fortuño, del anexionista Partido Nuevo Progresista, insiste en lo acertado de las proyecciones económicas, el tétrico […]
El panorama económico que glorificaba el gobierno de Luis G. Fortuño para Puerto Rico no es hoy un espejismo al que se enfrenta el gobernador electo Alejandro García Padilla, según miembros del Comité de Transición. Mientras el equipo de Fortuño, del anexionista Partido Nuevo Progresista, insiste en lo acertado de las proyecciones económicas, el tétrico escenario al que se aboca García Padilla, del Partido Popular Democrático, puede llevar al país a la insuficiencia fiscal en el primer semestre del año 2013, según expertos.
Para el copresidente del Comité de Transición del gobierno electo, Alberto Bacó, los datos entregados por la contraparte de la administración del gobernador Fortuño no presentan los suficientes recaudos para proseguir con la última fase de la Reforma Contributiva.
Aclaró que en este sentido corresponderá pronunciarse a García Padilla, como gobernador electo que asume el próximo 2 de enero, pues difícilmente se pueda compaginar el espejismo ofrecido por la administración de Fortuño con la realidad que ofrece el país.
Bacó afirmó que los ingresos del Departamento de Hacienda se redujeron a septiembre pasado en un cinco por ciento al compararlo con septiembre de 2011.
La ironía, apuntó, es que en ese mismo período los recaudos del Impuesto a la Venta y Uso crecieron 3,1 por ciento, pero que el gobierno saliente ha proyectado un incremento de 22 por ciento para el presente año fiscal, que termina en junio de 2013, «una proyección que los propios números no reflejan».
El secretario de Hacienda, Jesús F. Méndez, ha insistido en que los números de la administración actual se corresponden con una visión realista.
«Al momento no hay sobre la mesa ningún aumento a las contribuciones pues los números que tenemos es que los recaudos no llegan a nueve mil 250 millones de dólares al Fondo General», precisó Bacó al refutar a la contraparte oficialista del comité de transición.
Para hacer realidad la última fase de la Reforma Contributiva, anotó, la proyección de ingresos netos al Fondo General debe ser igual o mayor a nueve mil 250 millones de dólares, mientras que el gasto debe ser igual o menor al 99 por ciento de la proyección de ingresos a la vez que la economía debe crecer a un 1,5 por ciento.
«Este desfase entre las proyecciones y los recaudos va a generar un problema de flujo de caja en algún punto del primer semestre de 2013», advirtió.
Bacó dijo que los números ofrecidos por la administración saliente «validan nuestra preocupación de que el déficit es superior a los mil millones de dólares y no de 330 millones como se había reflejado inicialmente».
La designada secretaria de la Gobernación, Ingrid Vilá Biaggi, acusó a la administración saliente de mostrar en las reuniones de transición «una realidad distinta a la presentada anteriormente» al país y, en particular, a los bonistas de Wall Street.
En medio de la crisis económica que experimenta Puerto Rico, con un 13 por ciento de desempleo oficial, el gobierno de Fortuño gastó 60,2 millones de dólares en publicidad, según admitió el secretario de Hacienda.
La falta de liquidez en el gobierno posiblemente fuerce al gobernador entrante García Padilla a aplazar muchas de sus propuestas económicas, aunque economistas opinan que debe mantener su promesa de incentivar la creación de 50 mil empleos en sus primeros meses de mandato.
Los estimados de ingresos para este año fiscal presentados por el secretario de Hacienda ascienden a 15 millones 456 mil dólares, mientras que los gastos serían de 16 millones 198 mil dólares.
Méndez sugiere que se aplace el pago a los contratistas del gobierno por 60 días para cerrar el año fiscal 2012-1013 con números negros y de ese modo obtener un sobrante de 267 millones de dólares, lo que ha rechazado el comité de transición del nuevo gobierno.