La «crisis» global del capitalismo también está afectando duramente a la economía alemana, que a pesar de ser la mayor de Europa y una de las más grandes del mundo, se ve golpeada por la fluctuación irregular en los precios de las materias primas, la sobreproducción, el relativo subconsumo, el endeudamiento, la feroz competencia intercapitalista, […]
La «crisis» global del capitalismo también está afectando duramente a la economía alemana, que a pesar de ser la mayor de Europa y una de las más grandes del mundo, se ve golpeada por la fluctuación irregular en los precios de las materias primas, la sobreproducción, el relativo subconsumo, el endeudamiento, la feroz competencia intercapitalista, la violencia planetaria ejercida por Estados Unidos y sus aliados, el conflicto en Ucrania, el decrecimiento económico de numerosos países europeos y otros elementos, situaciones, aspectos, variables, coyunturas y tendencias. Y como en el resto del orbe, han sido bien perjudicados quienes perciben los salarios más bajos, razón por la que el sindicato de maquinistas ferroviarios ha decretado una huelga, por medio de la que pretende logar mejoras salariales y laborales para sus afiliados:
«El sindicato de maquinistas de Alemania anunció una huelga de seis días a partir del martes, la más larga en el conflicto sobre el convenio colectivo de trabajo que libra con la directiva de los semiestatales ferrocarriles alemanes.
La medida afectará el transporte de pasajeros desde las 02:00 horas del 5 de mayo hasta las 09:00 horas del 10 de mayo. El tráfico de carga se verá afectado a partir de mañana por la tarde.
El paro de maquinistas es el octavo en el actual diferendo sobre el convenio colectivo de trabajo. El sindicato GDL rechazó el jueves pasado la nueva oferta de la gerencia de un aumento en dos etapas de un 4,7 por ciento a partir del 1 de julio y un pago único de 1.000 euros hasta el 30 de junio. El sindicato demanda incrementos salariales del cinco por ciento y una hora menos de trabajo por semana (dpa)» http://www.dw.de/anuncian-seis-d%C3%ADas-de-huelga-de-trenes-en-alemania/a-18426186.
Ciertamente los salarios en Alemania son, en promedio, más elevados que en América Latina, por ejemplo, pero también es más alto el costo de la vida, y el pago de impuestos asfixia a la mayoría de los alemanes. Y cómo no podía ser de otra manera, la canciller Ángela Merkel y el resto del Gobierno alemán, atacan y satanizan a los huelguistas y defienden al gran capital, al que piensan beneficiar aún más con nuevas reducciones impositivas, alentando así el crecimiento económico, o mejor dicho el crecimiento de las ganancias de la minoría adinerada. En Alemania y en el resto del planeta, los pobres siempre han pagado la mayor cuota por las «crisis» generadas por los ricos, a quienes ha importado un comino las verdaderas crisis, la humanitaria y la medioambiental, producto de la codicia y la depredación sin sentido.
Con el caso de la presente huelga en Alemania, queda demostrado, una vez más, que el capitalismo es un sistema económico perverso para el mundo entero, una de las peores desgracias en la historia de la humanidad. Tan oscuro es el panorama social y ecológico actual, como consecuencia del poder y de las apetencias cada vez mayores de las corporaciones, que no resulta exagerado advertir que vamos rumbo al abismo y a la posible extinción de nuestra especie. El único camino posible para la salvación es el comunismo o democratización de los medios de producción y de cambio, y los pobres (trabajadores y desempleados) tendrán la clave para superar la lógica del capital y dar origen al hombre nuevo: solidario, pacífico y ecológicamente responsable.
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