La creciente violencia social empañó ayer el aniversario de la Revolución Francesa. Alrededor de 300 autos fueron incendiados, 240 personas detenidas en choques con la policía, cuando manifestaban contra la brutalidad policial. La fecha se convierte cada año en un día festivo con miles de personas en las calles y fiestas populares regadas de […]
La creciente violencia social empañó ayer el aniversario de la Revolución Francesa. Alrededor de 300 autos fueron incendiados, 240 personas detenidas en choques con la policía, cuando manifestaban contra la brutalidad policial. La fecha se convierte cada año en un día festivo con miles de personas en las calles y fiestas populares regadas de alcohol, pero en la noche previa la furia y el descontrol se adueñan de ciertos barrios franceses. Para tratar de frenar la violencia, el dispositivo nacional de seguridad fue reforzado este año con 40.000 policías y gendarmes, 10.000 de ellos apostados en París. Pero una vez más no pudieron con las manifestaciones.
Ayer por la tarde, el suburbio de Montreuil -el límite oeste de París, en Seine-Saint Denis- se transformó en un violento campo de batalla cuando centenas de manifestantes se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Los manifestantes denunciaban la violenta evacuación, por parte de la policía, de una clínica ocupada ilegalmente el fin de semana anterior. El desalojo del centro social que los vecinos habían creado en la ex clínica fue desmedido y brutal, según coincidieron decenas de testigos y la propia intendenta del municipio, una dirigente del Partido Verde. En medio del desalojo un camarógrafo de 34 años perdió un ojo, tras recibir un tiro de «flash-balls», una pequeña y maleable arma que dispara balas de caucho.
Los incidentes no son aislados. Hace una semana, la localidad de Firminy, en las afueras de Lyon, en el sudeste del país, fue escenario de tres días de violentos enfrentamientos entre jóvenes y policías tras la muerte de un joven de origen magrebí en una comisaría.
Pero el gobierno de Nicolas Sarkozy confía en que la situación está lejos de ser preocupante. En una entrevista con el diario conservador Le Figaro, su ministro del Interior, Brice de Hortefeux, descartó nuevos brotes sociales y prometió más de lo mismo: 105 mil gendarmes y 145 policías para reforzar la seguridad de los «barrios sensibles».
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-128245-2009-07-15.html