La detención de Radovan Karadzic, el ex «presidente» de la República Ubuesca de Pale (1), hizo correr ríos de tinta. Me parece saludable refrescar las memorias a propósito de esta comunidad internacional que hoy pretende juzgar los crímenes que ella misma alentó en el pasado. A continuación lo que escribí en el nº 7 de Basta!, el 29 de noviembre de 1997.
Tlaxcala
Traducido por Jorge Aldao y revisado por Caty R.
La responsabilidad francesa en el genocidio de Bosnia
¿Los 200.000 muertos y los cuatro a cinco millones de desplazados o exiliados de la ex Yugoslavia pesan sobre las conciencias europeas? Parece que no. No mucho… no todavía. Pero la historia y los pueblos sacrificados no ha dicho su última palabra. Si la venganza es un plato que se toma frío, la injusticia es un plato congelado a muy bajas temperaturas, que espera la fórmula secreta que permitirá descongelarlo.
Observen el Proceso Papon (2) y su furiosa tendencia a convertirse en un proceso al gaullo-comunismo y al consenso de la Resistencia, que cubrió con un velo de honorabilidad las responsabilidades de los funcionarios y gendarmes franceses en la solución final de la cuestión judía. Pierre Messmer (3) declaró «Asumo el 17 de octubre de 1961», abriendo un abismo de perplejidad mediática. ¿Cuándo se pedirá perdón a los argelinos?
Vean el «retorno de los reprimidos» después de Vichy. Mitterrand un día se alegró de que «esta vez» los muertos de Sarajevo no hubieran acarreado una guerra sobre el Rin, como en 1914. Frente a este cinismo tranquilo los electores franceses habían creído sinceramente -o intentaron creer- que podían liberarse eligiendo al temperamental Chirac.
Durante el terrible verano de la «solución final» de la limpieza étnica en Bosnia-Herzegovina, en 1995, cuando éramos un puñado los que denunciábamos el apoyo desmedido y criminal aportado por los gobiernos francés y británico a la empresa fascista serbia, chocamos con mucha incomprensión y mala fe.
«Pero», nos decían finalmente, «¿cómo pueden reclamar el levantamiento del embargo sobre las armas para los bosnios? ¡Quieren añadir más guerra a la guerra! Pero bueno, Chirac ha prometido que auxiliará a los desgraciados bosnios. Hay que confiar en él, no es como Mitterrand», etc. etc. Pues bien, esas buenas personas fueron engañadas. Ellos sacarán sus conclusiones.
En Bosnia se perpetró un crimen contra la humanidad, especialmente en Srebrenica. La responsabilidad de la «comunidad internacional» en este crimen no tiene nada de abstracta. Es bien concreta. Y se reparte principalmente entre Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Rusia y Francia.
Esto no exculpa a nadie, pero la responsabilidad francesa -también en este aspecto la continuidad de Miterrand a Chirac es total- es particularmente grave.
Viernes 14 de Julio, jardines del Eliseo: ante una batería de cámaras y micrófonos, el nuevo presidente, durante un «garden-party new look» responde a una pregunta sobre la toma de Srebrenica, tres días antes, por la tropas del general serbio Ratko Mladic. Con un aplomo retrospectivamente impresionante, el presidente afirma, sin pestañear, que no está informado. Dicho de otra forma, el presidente está en la misma situación que usted y yo, pequeños ciudadanos anónimos e insignificantes: no le tienen al corriente de nada. Es lamentable, reconózcalo. Porque la gran diferencia entre usted y yo y el presidente de Francia, es que no somos el jefe de Estado de uno de los cinco países miembros permanentes del Consejo de seguridad, que no tenemos la facultad de apretar el botón rojo de la fuerza nuclear de ataque y que tampoco tenemos el número del teléfono celular de Miadic, Milosevic o Karadzic.
¿Chirac no estaba informado?
Cuanto mayor es la mentira más fácilmente se cree. Queridos electores y ciudadanos, simplemente los engañaron. Dos días después del «garden-party», el presidente francés hizo una declaración solemne reconociendo la responsabilidad del Estado francés, de su policía y su gendarmería en la deportación de los judíos de Francia. Esperemos que no haya que aguardar al año 2048 para que los sucesores de los actuales gobernantes franceses y europeos se decidan a «reconocer la responsabilidad de las democracias» en el genocidio de los bosnios.
¿Verdaderamente somos realistas?
El ejemplo palestino demuestra ampliamente, desde hace cincuenta años, que las negaciones de justicia, ratificadas o no por las Naciones Unidas, aparecen un día en boca de todo el mundo. A falta de justicia, la rabia y la venganza pueden causar estragos terribles y toda la humanidad pierde. Establecer las responsabilidades es una obra de paz.
Y no hay verdadera paz sin justicia.
El general Bernard Janvier mandaba, en 1995, la FORPRONU (Fuerza de Protección de la ONU), en teoría para proteger a los bosnios refugiados en las «zonas de seguridad». El 24 de mayo de 1995, durante una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, Janvier propuso abandonar las zonas de seguridad de Srebrenica, Zepa y Gorazde
Un mes después, Janvier es informado por los servicios franceses de inteligencia militar de los preparativos de un ataque serbio a Srebrenica.
El ataque comenzó el 5 de julio. Hasta el 11 de julio, Janvier rechazó cinco solicitudes sucesivas de intervención aérea de la OTAN para detener el ataque serbio, efectuadas por el comandante neerlandés de la FORPRONU en Srebrenica.
El 10 de julio, el Estado Mayor de la FORPRONU se encontraba reunido en su cuartel general de Zagreb, en torno al general Janvier. A las 20:15, el general recibió una llamada telefónica. Era de París. El general se aisló para atender la llamada, acompañado únicamente de oficiales franceses.
Al regresar a la reunión, Janvier anunció que el general Ratko Mladik no tenía la intención de conquistar Srebrenica y que por lo tanto no era necesario pedir una intervención aérea de la OTAN
16 horas después las tropas de Mladic habían conquistado Srebrenica y habían apresado a 40.000 personas de las que 8.000 fueron ejecutadas sumariamente por los hombres de Mladic. Pero antes, Mladic hizo firmar al comandante neerlandés un «descargo» de responsabilidad y se hizo fotos con él mientras brindaban con copas de champaña. En noviembre de 1955 el comandante neerlandés declaró que «eso no era champaña, sino sólo agua». Nos quedamos más tranquilos.
La llamada telefónica de París a Zagreb del 10 de julio era de Jacques Chirac. El presidente de Francia había obtenido, luego de tres conversaciones telefónicas con Milosevic el 3, el 9 y el 11 de junio, la liberación de 401 Cascos Azules apresados por las tropas serbias de Mladic. A cambio, había prometido que no habría ataques aéreos de la OTAN.
En un telegrama enviado el 19 de junio a Kofi Annan, jefe del Departamento de operaciones de mantenimiento de paz, del que dependía la FORPRONU, el enviado especial de la ONU, Akashi, informaba de una conversación con Milosevic. Este último le había dicho que había sido informado por Clinton (entonces presidente de USA, N. de T.) de que no habría ataques aéreos si Chirac los consideraba «inaceptables». Y hasta el 11 de julio de 1995, Chirac los consideró inaceptables. Milosevic también especificó a Akashi que Chirac le había dicho que no esperaba que se comprometiera la Fuerza de reacción rápida (de la OTAN), pero que su creación podría ayudar a poner en marcha el proceso de las negociaciones.
Estas informaciones se publicaron, especialmente, por el NBC Handelsblad, un diario neerlandés. Las encontramos en un libro aparecido en Atlas Publications, Amsterdam/Anvers, firmadas por Frank Westermann y Bart Rijs, titulado Srebrenica: Het Zwartste Scénario (El escenario más negro) y se publicaron por Basic Reports, una publicación sobre la política internacional de seguridad editada por el British American Security Information Council, con la firma de Andreas Zumach.
En Francia estas informaciones jamás fueron objeto de investigaciones oficiales públicas ni se emprendieron averiguaciones periodísticas. Sólo se pueden encontrar alusiones a este asunto en Le Nouvel Observateur y en un reportaje de Envoyé Spécial (Programa de reportajes periodísticos de France 2). Eso es todo.
¿Comentarios?
Circulen, no hay nada que ver.
Salvo los osarios.
Notas
(1) Pale es una estación termal situada a diez kilómetros al noreste de Sarajevo que fue la capital de facto de la autoproclamada República Serbia de Bosnia.
(2) Maurice Papon ocupó diversos cargos en los sucesivos gobiernos franceses, incluido el régimen de Vichy, bajo la ocupación alemana, período en el que fue responsable de la deportación de 1.645 judíos franceses de Burdeos de los que la mayoría murieron en los campos de concentración nazis. El 17 de octubre de 1961, como jefe de la policía, dirigió la represión de una manifestación de argelinos en París que causó entre 200 y 300 muertes (quizás más pero hasta la fecha no se ha aclarado). Muchos cuerpos se arrojaron al Sena y aparecieron semanas después en otros pueblos. No obstante, consiguió ocultar la masacre con la complicidad de De Gaulle.
(3) Pierre Messmer es un político gaullista. Veterano de las fuerzas «Francia libre» fue Primer Ministro con Georges Pompidou en 1972 y ministro de Defensa de 1960 a 1969, período en el que se produjo la sangrienta represión de manifestantes argelinos llamada «Masacre de París», por la que asumió toda la responsabilidad.
Original en francés: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=5579&lg=fr
Jorge Aldao y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.