La resurrección de un partido tradicional, el centroderechista Acción Popular (AP), el descalabro del fujimorista Fuerza Popular que se asumía a sí misma como la agrupación más importante del país, y el dominio de los movimientos locales en las regiones, es el apretado resumen de la jornada electoral en Lima.
La del domingo 7 fue una elección atípica, ya que el electorado estuvo desenganchado del proceso debido a una coyuntura particularmente difícil, en la cual el presidente insiste en someter a referéndum el próximo 9 de diciembre unas anunciadas reformas para cambiar el sistema judicial y promover la lucha contra la corrupción, como forma de acabar con malas prácticas entre magistrados.
Jorge Muñoz, de AP, que renunció a la Municipalidad de Miraflores para dar el gran salto, fue electo Alcalde la ciudad capital del Perú, con alrededor de un tercio de los votos y una clara ventaja sobre Daniel Urresti, el candidato de Podemos Perú. Lo sorprendente es que su holgada victoria fue labrada en apenas 14 días.
Acción Popular se define como un partido de ideología «democrático, nacionalista, revolucionario», fundado en julio de 1956 por Fernando Belaúnde Terry, presidente en 1963 y 1980, y que apoyó en 1989 la candidatura del neoliberal Mario Vargas Llosa.
Renzo Reggiardo, de Perú Patria Segura, terminó muy atrás de Muñoz, en el tercer puesto, pagando caro su decisión de no presentarse al debate al que él mismo se había comprometido. Pagó cara su soberbia, comenta El Comercio. Los demás candidatos no pasaron del 5%.
Ricardo Belmont, del Partido Libertario – quien destacó al final de la campaña con expresiones homofóbicas, misóginas y xenófobas-, aseguró que la victoria del candidato de Acción Popular es un «fraude». «Hemos sido testigos de uno de los más grandes fraudes en la historia política del país. La televisión mostraba apenas a 200 personas celebrando el triunfo de un alcalde que nadie conoce», expresó.
Al no ser electo, Daniel Urresti, podría ser sentenciado (o no) por el asesinato del periodista Hugo Bustios, ocurrido en los años más cruentos de la guerra contra Sendero Luminoso, en Ayacucho, lugar donde Urresti se desempeñó como jefe de una base contrasubversiva.
Caída del fujimorismo
Fue una auténtica paliza para el fujimorismo. Fuerza Popular. Luego de estar a punto de ganar las elecciones presidenciales y obtener la mayoría absoluta en el Congreso, era considerada la fuerza política nacional más relevante. Era. También ayudó en esta caída la anulación por la Suprema Corte de Justicia del indulto negociado del ex dictador y genocida peruano Alberto Fujimori, acusado de corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Fuerza Popular postuló al abogado Diethell Columbus para la alcaldía de Lima, pero no alcanzó el 3% de los votos. Ya suman 8 procesos de los últimos 25 años donde el fujimorismo no ha logrado victoria alguna en Lima. El mal resultado en Lima se repite a nivel distrital, sin lograr alcaldía alguna e incluso perdió los tres gobiernos regionales que obtuvo en 2014: Ica, Pasco y San Martín (su candidato se retiró a mitad de la campaña).
FP, con Keiko Fujimori, la polémica hija del dictador genocida Alberto Fujimori, sigue en caída libre, y hora, sin resultados electorales relevantes que ofrecer, deberá enfrentarse en estos meses a un proceso de revisión interna.
Otra conclusión importante de la jornada electoral es la confirmación de que a nivel regional y local quienes llevan la voz cantante son los movimiento (emprendimientos políticos locales), por sobre los partidos nacionales. Ganaron en 16 de las 25 regiones en disputa. Mientras, Alianza para el Progreso, partido que dirige César Acuña, demostró ser una maquinaria electoral sólida que maneja muchos recursos.
En Puno se confirmó la proyectada victoria de Walter Aduviri, del Movimiento de Integración por el Desarrollo Regional, a pesar de una campaña desde la clandestinidad para evitar su detención por los sucesos del «Aymarazo» (había sido condenado a 7 años de prisión por liderar las protestas del 26 de mayo del 2011).
La división de la izquierda
Dos partidos de izquierda, el Frente Amplio y Juntos por el Perú, presentaron por separado candidatos para la Alcaldía de Lima, aunque ambos obtuvieron casi el mismo resultado al fondo de la tabla, salvo en el Cusco, el Frente Amplio proyectaba ganar la gobernación, en una pelea cerrada con Restauración Nacional en la segunda vuelta.
La división de la izquierda empezó en el Congreso, donde el Frente Amplio sufrió la renuncia de 10 de sus miembros que ahora conforman la bancada Nuevo Perú, liderado por la ex candidata presidencial del FA en 2016, Verónika Mendoza, quien en esta oportunidad apoyó al candidato de Juntos por el Perú, Gustavo Guerra García, quien no llegó al 1% de los votos.
El Frente Amplio, con su candidato Enrique Fernández, quien alcanzó el 1,6% de los votos. «Soy un obrero de la tercera edad que gana 400 soles (unos 120 dólares) de pensión», fue una de las frases de Fernández durante el debate, que fue más comentada.
Mariana Álvarez Orellana. Antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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