Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín
El nuevo gobierno ultraliberal de Moldavia ha organizado y llevado a cabo un masiva operación represiva contra los comunistas, y especialmente contra el ala juvenil del Partido de los Comunistas de la República de Moldavia (PCRM) y los miembros de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC)
Como se expone en la declaración hecha pública a este respecto por el PCRM, «decenas de jóvenes integrantes de las agrupaciones del Partido en Chisinau, han sido llamados a declarar en comisaría, incluido el primer secretario de la agrupación de Chokan, candidato a diputado por el PCRM, M.Polyansky. Así mismo se han efectuado registros arbitrarios e ilegales en números pisos de nuestros activistas y partidarios, además de detener y mantener incomunicado a un joven comunista durante más de doce horas, impidiéndole el derecho a efectuar una llamada o recibir asistencia jurídica. Durante los interrogatorios, los efectivos policiales exigían a los representantes del PCMR reconocer su participación en los hechos acaecidos en la plaza central de Chisinau el 14 de octubre de 2009».
Recordemos, que aquel día, en el centro de Chisinau en mitad de una fiesta popular, unos desconocidos hicieron detonar una granada. Con esa provocación contra los jóvenes comunistas, el nuevo gobierno de Moldavia celebraba sin querer sus tres primeros meses de desgobierno y su incapacidad para enfrentar el auge de la delincuencia. En un primer momento apuntaron a la huella de Prednistrovie, diciendo que la granada que había explotado habría sido supuestamente robada de los arsenales de Prednistrovie. Cuando se aclaró que la granada estaba fabricada en 1942, detuvieron al primer joven que pasaba por ahí, intentando así calmar la ola de indignación popular con la desidia e incapacidad del gobierno. Sin embargo el detenido tenía una sólida coartada. Fue entonces cuando se lanzaron a arrestar comunistas.
En la declaración de la UJC se dice: «la Unión de la Juventud Comunista considera el trato hacia sus activistas un eslabón más en esa larga cadena que persigue desacreditar a nuestra organización e intenta paralizar nuestra actividad mediante la presión y la intimidación, características de un estado policial».
Cabe señalar, que las acciones del nuevo gobierno tienen un connotado y creciente carácter represivo anticomunista. «Desde los primeros días de su llegada al poder, la coalición de ultraderecha ha invertido una cantidad considerable de recursos y esfuerzos propagandísticos para desacreditar y atemorizar a los militantes del PCRM, a sus activistas y simpatizantes. Hoy debemos constatar que desgraciadamente el gobierno ha pasado de las palabras y las amenazas a los hechos, recurriendo al uso de la fuerza y la provocación para con los miembros del opositor Partido Comunista». Para ello se están usando las palancas de presión económica sobre la población. Así por ejemplo, el nuevo gobierno se puede permitir anular la financiación del nuevo sistema de canalización -con las obras ya comenzadas- en diversas zonas rurales, debido a que en las elecciones pasadas sus habitantes respaldaran al PCRM.
Como se dice en la declaración conjunta del PCRM y la UJC, Moldavia no solo está regresando al anticomunismo cavernario propio de los primeros años de la década de los 90, sino también a los métodos intimidatorios y de presión, característicos de un estado policial, lo que demuestra que estamos ante evidentes señales de la formación en la República de Moldavia de una dictadura de derechas.
Así mismo subrayan, que el partido y la juventud saldrán en defensa de cualquier ciudadano, víctima de la represión por parte del actual gobierno, utilizando para ello todos los medios y recursos disponibles, ya sean jurídicos, políticos o informativos.