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¿Les ha ido bien en la vida a los familiares de Putin?

Retrato familiar con dote

Fuentes: Pravda

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín

Todos conocen lo habilidoso que es nuestro jefe de gobierno, Vladímir Putin. Aguerrido luchador de Jiu jitsu, temerario conductor, conquistador sobre esquíes de pistas de montaña, y valeroso aficionado a la pesca. Cierto que en eso de la economía la cosa ya se le da más regularcillo. Pero con sus capacidades se le perdona todo. Además, a los poderosos que le precedieron e inspiraron ― Sobchak, Yeltsin, Gaidar ― tampoco es que se les diese mucho mejor. Por lo demás, nuestro primer ministro es un chico estupendo y hombre de familia. Uno de esos a los que siempre ponen de ejemplo. Sobre todo, claro está, a los parientes. Unos parientes que por cierto le han salido al «primer muchachote» de la Patria, harto talentosos.

Tomemos por ejemplo al hijo del primo del primer ministro por línea paterna, Mijail Yevguénevich Putin. Aunque médico de profesión, para nada le ha impedido trabajar en el cargo de vicepresidente del Consejo de Dirección de la próspera compañía de seguros «SOGAZ», perteneciente en un 12% a la firma de San Petersburgo «Aktsept», que lidera con soltura el mercado de valores.

¿Y quién creen ustedes que es el principal propietario de «Aktsept»? De nuevo, miren ustedes por donde, es propiedad de un hijo, solo que esta vez de la prima por línea materna del jefe de gobierno, ―Mijail Lvovich Shemolov. Por cierto que ya en 2008, según datos de «SKRIN» (Sistema multifuncional de revelación de noticias e información), esta firma «de papel»poseía un 4% del capital del banco «Rusia». El mismo que a menudo también llaman «Banco de los amigos de Vladímir Putin».

¿Perciben lo maravillosamente que está todo entrelazado? Esta dinastía trabajadora, por así decir, en torno al jefe de gobierno, tiene mucho éxito en esto de las finanzas. Y este olfato para el dinero es un talento especial. No es algo al alcance de cualquier mortal. En esta economía criada por Vladímir Vladimirovich es un don que a veces solo es perceptible en virtud de finísimos rasgos familiares.

¿Y quién, díganme ustedes, le podría presuponer una gran inclinación bancaria a otro pariente del primer ministro, como es su primo Igor Putin, quien hasta el 98 trabajaba como ingeniero en un negocio de venta y reparación de tractores? Lógicamente, ningún imbécil lo hubiera acertado de no ser por el apellido. Pero es que la certificación de la magnitud del ingenio de Igor Putin, quién también fuera en su día presidente del consejo de coordinación de los partidarios de «Rusia Unida» en Riazán, resultó ser como un clavo bien sujeto a la pared (más adelante entenderán dónde está el truco).

Recientemente a Igor Alexandrovich (Putin) sin demasiadas preguntas le nombraron vicepresidente del «Master Bank». Y vaya que si acertaron.

«Estamos absolutamente convencidos, de que la llegada de un especialista como Igor Putin nos permitirá poner en marcha nuestros planes con una mayor calidad y a mayor velocidad», soltó exultante el consejero de la presidencia de «Master Bank», Yegor Altman.

Por lo que he podido leer en los periódicos, parece que en el despacho de la empresa propiedad de Igor Putin, «Energía», que por lo visto tiene negocios en el mundo de los ferrocarriles, este señor apenas aparece, lo que no impide que los negocios le vayan viento en popa. Como podemos leer en «Vedomosti«: «En le despacho hay tres fotografías que recuerdan a su importante pariente: Igor Putin al lado de Vladímir Putin, otra con el presidente del Consejo de la Federación Serguei Mirónov y otra con el presidente de «LukOil», Vaguit Alekpierov».

Así, de modo tan artístico se lo tiene montado el primo del primer ministro. Colgamos esa multifacética composición fotográfica sobre el sillón del despacho, y se acabaron las preguntas.

En esta ocasión tampoco tuvo que dar demasiadas explicaciones. Bastó una semana desde que Igor Putin honrase con su presencia la esfera bancaria, y la noticia saltó a los medios: «Master Bank» pasa a formar parte del grupo de organizaciones crediticias asociadas a «Rosnano», que han obtenido el derecho a invertir fondos de la compañía, para la realización de proyectos en la esfera de la nanotecnología…en un futuro próximo, en el marco de la cooperación con la Corporación Estatal «Rosnanotech», la organización crediticia asumirá los servicios contables». Eso es tener perspectiva. Con un perro viejo de compañero, como nuestro principal «nanotecnólogo» Anatoli Chubais, la que pueden liar estos…

Sus colegas en liza también se las apañan para no quedarse atrás en esto de la educación laboral familiar, siguiendo el modelo del apellido Putin. En el círculo familiar del ex director del «FSB» (Servicio Federal de Seguridad) y secretario del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, Nikolai Pátrushev, poco tienen que envidiar al primer ministro en cuanto a talentos en eso de las finanzas. El hijo mayor de Nikolai Platónovich (Patrushev), Andrei, anda por ahí de orgulloso consejero del presidente del Consejo de Dirección de «Rosneft», principal «abrevadero» del mundo de los negocios ruso, mientras que el que le sigue, Dmitri, preside, por la vía rápida, el Consejo de Dirección de «Rosseljozbank».

Tampoco se le da mal con las grandes sumas de dinero al hijo del que fuera jefe de gobierno, y actual jefe del Servicio de Inteligencia exterior, Mijail Yefímovich Fradkov. Quieran ustedes o no, tenemos a Piotr Mijáilovich de vicepresidente del «Vneshekonombank».

Hay otro hijito que brilla con luz propia. El hijo del que fuera ministro de defensa y actual viceprimer ministro, Serguei Borísovich Ivanov. Además también se llama Serguei Ivanov. Afortunado por duplicado. Puede que incluso demasiado. Cuando apenas acababa de cumplir Serguei Serguéyevich, los 25 añitos, y su papá era visto por los círculos empresariales como el más probable sucesor del presidente Putin, Ivanov junior se convirtió en vicepresidente del Consejo de Dirección del «Gazprombank». No hubo que esperar mucho para verlo como primer vicepresidente. Con honores lo incluyeron, a este segundo Ivanov, en la dirección de una serie de bancos más pequeños. Debemos pensar que haciendo las veces de retrato.

Tampoco se puede quejar esa suministradora de cargos para los más altos círculos dirigentes que es Valentina Ivánovna Matvienko (gobernadora de S. Petersburgo. N de la T). Los activos financieros del hijo de la gobernadora, Serguei, que se ha ido forjando en el terreno laboral en el «Inkombank», la Agencia Financiera Báltica, el banco «San Petersburgo» y «Vneshtorgbank», se valoran entorno a los mil millones de dólares. Es comprensible que, con ese «equipaje», a nuestro joven «activista» la capital del norte se le haya quedado pequeña. Así que este talento innato decidió comprarse cerca de Tallin una isla, a la que los lugareños ya han bautizado como la «Rubliovka estonia» (en referencia a la zona residencial situada a las afueras de Moscú, convertida en residencia de la élite empresarial y política rusa, donde se encuentran algunas de las mansiones más caras del mundo. N de la T.).

Cuentan que fue precisamente bajo las encantadoras bóvedas del Ministerio de Finanzas donde tuvo lugar el romántico encuentro de los actuales ministros, del ministerio de Salud y desarrollo social, Tatiana Alexéyevna Golikova y el de Industria y comercio Víctor Borísovich Jrístenko, quien también trabajara en su día en el «Minfin». Ese encuentro dio lugar a un gran amor en un también gran apartamento de 218’6 m². En el complejo residencial capitalino conocido como «Isla de la fantasía», donde la parejita ha construido su nidito, el metro cuadrado ronda los 14.000 dólares. Aunque juntasen sus salarios ministeriales, levantar una casona así les llevaría 20 años. Pero mira tú, ¡tan jovencitos y tan felices!… ¿Como lo logran?

Esa es una pregunta que habría que hacerle al primer viceprimer ministro Víctor Zubkov, que hasta 2007 trabajaba en el Servicio Federal de control financiero ―lease: inteligencia financiera-. Claro que el señor Víctor Alexeyevich no está ahora para investigar milagros familiares en la «Isla de la fantasía». Suficiente tiene con seguir como va la reventa de bienes militares bajo la protección de su cuñado, el ministro de Defensa Anatoli Serdiukov, quien antes de su desembarco en lizas tan guerreras, brillaba en los frentes del negocio del mueble.

No fue solo el amor mutuo, sino la pasión recíproca por los valores liberales, tan genialmente aplicados al presupuesto familiar, lo que unió en su día a la ministra de Desarrollo económico Elvira Nabiulina y al rector de la Escuela Superior de Negocios Yaroslav Kuzminov, al que se considera responsable de muchos de los programas económicos del gobierno. No tuvo que esperar mucho Yaroslav Ivánovich para lograr el éxito ―ahora, para alegría de la pareja, en esa torre la mayor parte de las plazas para estudiantes son pagadas- Todo comenzó a finales de los 90, cuando Elvira Sajipzadovna, que se afanaba como trabajadora en el Centro de estudios estratégicos de German Gref, desarrollaba a instancias de su jefe el programa económico para Vladímir Putin, con el que se aupó con éxito al sillón presidencial.

¿Ven ustedes cómo hemos ido a dar con aquél por el que comenzamos? El mismo que ha servido de ejemplo de todos estos muchachos «demócratas».

Podríamos dar otra vuelta y la lista de apellidos de todos estos retoños, cuñados, hermanos, prometidos, y enmascarados convertidos en millonarios y multimillonarios sería tan larga que no cabría en una sábana entera.

Que pruebe el país a alimentar a toda esta guardia que día sí y día también está, por decirlo de algún modo, pidiendo a la comadre que le dé la dote para la boda.

Fuente: http://gazeta-pravda.ru/content/view/5975/34/

rCR