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Revuelta en Londres

Revelaciones sobre la muerte de Duggan

Fuentes: Página 12

La Comisión de Quejas de la policía admitió que los datos que dio sobre el muerto de Tottenham a la prensa dejaron la impresión de que se trató de un tiroteo. Los vínculos de la policía con los medios permiten entender por qué circuló tal versión.

La muerte de Mark Duggan, que desató los disturbios en Londres, comienza a revelar secretos explosivos. Ayer la Comisión de Quejas de la Policía reconoció que la información que dio sobre Mark Duggan a la prensa pudo dejar la impresión de que había muerto en un tiroteo. Esta versión provocó una manifestación en el barrio de Tottenham el sábado pasado, que terminó en escenas de saqueo que luego se repitieron en otros barrios de Londres y el país. Los disturbios dejaron hasta el momento un saldo de cinco muertos, el último, un jubilado de 69 años que falleció ayer a raíz de los golpes que recibió cuando intentaba apagar un incendio, y más de 1500 detenidos.

La primera versión policial sobre la muerte de Duggan hablaba de un tiroteo y señalaba como pruebas una bala alojada en la radio del coche policial. La conclusión parecía obvia: la policía no iba a dispararse a sí misma. Pero eran todas versiones y rumores que terminaban en titulares periodísticos. Así se enteró la familia de la muerte de Duggan sin que se respetara el código no escrito de informar primero a los parientes y luego a la sociedad. Cuando unas 140 personas se manifestaron frente a la comisaría de To-ttenham el sábado pasado, la familia todavía no había recibido una confirmación oficial sobre lo sucedido. Sólo cuando los disturbios se volvieron incontrolables y se repitieron calcados en varios barrios de Londres, la Comisión de Quejas de la Policía intervino y, después de dos días, anunció que no había habido un tiroteo tal como se había informado.

La Comisión es un órgano supuestamente independiente que investiga cualquier muerte ocurrida en un enfrentamiento con la policía. Su admisión arroja sombras sobre su papel en la investigación de la muerte de Duggan. El vínculo de la policía con la prensa, central en el reciente escándalo de las escuchas telefónicas del grupo Murdoch, no está demasiado lejos. Ayer el Evening Standard informaba que el tío de Mark Duggan era un gangster de Manchester, Desmond «Dessie» Noonan, que alardeaba que su familia tenía «más armas que la policía». Según la información, su sobrino asistía con regularidad a fiestas de su tío. Esta información salía a la luz al mismo tiempo que se revelaba que en el lugar donde había muerto Mark Duggan había un arma ilegal envuelta en un calcetín, práctica común de los gangsters. Estos datos dispersos recuerdan la información contradictoria que circuló después del asesinato del brasileño Jean de Menezes, en el sur de Londres, en aquel fatídico mes de julio de 2005 cuando la capital vivía aterrorizada por los atentados contra el transporte público que dejaron un saldo de 54 muertos y más de 700 heridos. La policía hizo circular varias versiones sobre la personalidad de Jean de Menezes que apuntaban a una conducta sospechosa vinculada con alguna actividad ilegal.

Mientras tanto la tensión entre la policía y el poder político quedó ayer a la vista de todos. El presidente de la Asociación de Jefes de Policía, Sir Hugh Orde, dijo que el primer ministro Cameron y la ministra del Interior, Theresa May, se equivocaban al reivindicar como propia la decisión de desplegar 16 mil policías en las calles y adoptar tácticas más expeditivas. Orde señaló que los políticos no «tenían ninguna potestad» en estas decisiones y que ambas habían sido planeadas antes de que Cameron y May regresaran de sus vacaciones. «El hecho de que los políticos volvieran es irrelevante en términos de las tácticas que empleamos», señaló Orde. El jefe interino de la Scotland Yard, Tim Godwin, se sumó a la ofensiva diciendo que la policía había recibido críticas de gente «que no estaba acá», mientras que el vicedirector de la Federación Policial, que representa a oficiales y agentes, Simor Reed, tildó de «barato» el mensaje gubernamental de que la policía había cambiado de tácticas gracias a la recomendación de las autoridades políticas.

Una encuesta ayer para The Guardian muestra que los votantes apoyaron más la labor policial que el desempeño del primer ministro durante la crisis. Un 44 por ciento criticó la actuación de David Cameron: un 45 elogió al jefe interino de la Scotland Yard. Mientras tanto la calma, ayudada por la presencia policial y la lluvia, está retornando a las calles. La marca de los disturbios, sin embargo, seguirá presente por mucho tiempo. Ayer se anunció la quinta muerte de este verano de furia inglés. Richard Mannigton Bowes, un jubilado de 69 años, fue atacado mientras intentaba extinguir las llamas del contenedor de un supermercado durante los disturbios en Ealing, un barrio del oeste de Londres. Un joven de 22 años de un barrio de las inmediaciones, Southhall, fue arrestado por el hecho.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-174357-2011-08-13.html