Cuando Europa enfrenta recortes neoliberales en medio de la crisis, Rusia asume un papel protagónico dentro del programa de Naciones Unidas «Deudas para el desarrollo». La reciente condonación por Moscú de los débitos de miles de millones de dólares que países africanos y la República Popular Democrática de Corea contrajeron en tiempos de la Unión […]
Cuando Europa enfrenta recortes neoliberales en medio de la crisis, Rusia asume un papel protagónico dentro del programa de Naciones Unidas «Deudas para el desarrollo». La reciente condonación por Moscú de los débitos de miles de millones de dólares que países africanos y la República Popular Democrática de Corea contrajeron en tiempos de la Unión Soviética, sitúan al gigante eurasiático entre los donantes destacados dentro de ese proyecto.
El viceministro de Asuntos Exteriores Serguei Ryabkov informó de forma oficial que la Federación de Rusia no renovará el tratado Nunn-Lugar de Reducción Cooperativa de Amenazas, firmado con Estados Unidos en 1991 y el cual expira en 2013.
Con esa decisión, Moscú renuncia a seguir recibiendo donativos del país del norte para financiar el desmantelamiento de los arsenales nucleares y químicos en territorios de la desintegrada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Ryabkov argumentó en el comunicado entregado a la prensa que el acuerdo, renovado en dos ocasiones por el Kremlin -la última vez en 2006-, ya no satisface a Rusia debido a las nuevas realidades.
Explicó el viceministro que, a diferencia de hace 21 años, Moscú cuenta ahora con suficiente capacidad económica para desarrollar programas propios y que, al mismo tiempo, ha decidido incrementar las alianzas con terceros países.
El vicecanciller aclaró, sin embargo, que Rusia continuará con los compromisos del plan, pero con su propio financiamiento y supervisión, ya que ha incrementado el presupuesto en el campo del desarme.
LAS NUEVAS REALIDADES
Un papel importante en la recuperación de una economía que llegó al borde de la quiebra con la imposición de las más irracionales privatizaciones después de 1991, ha desempeñado la política nacionalista liderada por el actual presidente, Vladimir Putin, con el gas y el petróleo como pivotes.
Esos dos recursos, la industria cósmica y el suministro de técnica militar -todas de fuerte impacto multidisciplinario en la vida económica- permitieron al país más extenso del planeta rescatar en los 12 primeros años del siglo XXI el papel protagónico que Moscú pareció perder.
Sin dejar de ser sobre todo un suministrador de materia prima -característica de los países en vías de desarrollo- y sin resolver aún serias deudas en el plano social, el gigante ruso se ha erguido y vislumbra horizontes que hoy parecen perdidos en la Unión Europea.
En sentido general, la Federación de Rusia rescató el orden interno, y en el escenario internacional es nuevamente un protagonista de voz respetada no solo por su indiscutible capacidad militar, sino también por su influencia política en todos los continentes.
Junto a Brasil, India, China y Sudáfrica, integra el grupo BRICS, y propugna el fin del mundo unipolar que Washington proclamó después de 1991.
En términos cuantitativos, la economía de Rusia podría cerrar 2012 con un incremento del 3,4 al 4 por ciento, según el viceministro de Desarrollo Económico Andrei Belousov.
La misma fuente considera razonable revisar al alza la previsión sobre el Producto Interno Bruto (PIB) en este año, toda vez que entre enero y junio aumentó en el 4,4 por ciento.
Al analizar el volumen de la inversión en activos fijos, destacó que aumentó en el 10,2 por ciento en los seis primeros meses del año en curso, con una previsión anual de 6,6 a 7,9 puntos porcentuales.
El Ministerio de Finanzas, en tanto, reportó que el Fondo de Reserva de Rusia creció en agosto en 1,3 por ciento hasta los 60,48 mil millones de dólares.
Precisó esta cartera que el volumen conjunto del Fondo de Bienestar Nacional aumentó en agosto en 1,1 por ciento, hasta los 85,85 mil millones de la divisa estadounidense, y el superávit del presupuesto federal, en ocho meses de 2012, ascendió a 1,4 por ciento del
volumen del PIB.
LOS DONATIVOS
En estas circunstancias, el viceministro de Finanzas Serguei Storchak confirmó la rúbrica de un acuerdo entre Moscú y Pyongyang, según el cual Rusia condona el 90 por ciento de la deuda de 11 mil millones de dólares contraída por Corea del Norte en la era soviética.
Un esquema de «deuda a cambio de ayuda» se aplicará para amortizar el resto en proyectos conjuntos que beneficien a la educación, la salud y el desarrollo de fuentes energéticas, según el vicetitular.
Los mil millones de dólares restantes serán pagados en dos décadas por medio de abonos semestrales en montos iguales, explicó el banco ruso Vneshkonombank.
Esos desembolsos comenzarán un año después de la entrada en vigor del acuerdo firmado.
Sobre África, certificó el director del Departamento de Organismos Internacionales del Ministerio de Exteriores, Vladimir Sergueev, que el gobierno ruso canceló adeudos ascendentes a más de 20 mil millones de dólares a instancias del programa «Deudas para el desarrollo».
Rusia suscribió convenios bilaterales con Zambia y Tanzania, con el fin de destinar los montos de las obligaciones contraídas al financiamiento de proyectos en la agricultura, educación y medicina, destacó el canal de televisión «Rossia 24».
Avanzan, al mismo tiempo, acuerdos similares con Benin, Mozambique y Etiopía, abundó Sergueev.
Moscú además desembolsó 50 millones de dólares al fondo del Banco Mundial, destinados a ayudar a los países más vulnerables, como en la lucha contra el hambre en la región al sur del Sahara.
En la condición de donante dentro del sistema de la ONU, Rusia contribuye al financiamiento del Programa Mundial de Alimentos, en particular con recursos a Etiopía, Somalia, República de Guinea, Kenia y Djibouti.
Colabora asimismo estrechamente con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), dentro de los programas de apoyo a la educación y en la lucha contra enfermedades como el VIH/sida, la tuberculosis y la malaria.
Resultado de convenios bilaterales con algunos estados del continente es la presencia en instituciones universitarias rusas de más de ocho mil jóvenes africanos, de los cuales casi la mitad está en condiciones subvencionadas, agregó la Cancillería.
De manera general, Moscú incrementó en los últimos años su aporte financiero al desarrollo de los países pobres, con la entrega en 2011 de 514 millones de dólares, un 8,8 por ciento más que en 2010.
Un 28 por ciento de la ayuda rusa llega a los estados africanos, al sur del Sahara, en tanto América Latina recibe un 20 por ciento, según la agencia Ria Novosti.
*Corresponsal de Prensa Latina en Rusia.
arb/jpm
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=651641&Itemid=1