Europa se encuentra en punto muerto al asumir que la resolución de la crisis de la zona euro debe ser unánime. Sin embargo, no tiene necesidad de ello. Podría resolverla por medio de la ‘cooperación reforzada’ que precisa apoyo de nueve o más estados miembros, porque en una moción para cooperación reforzada sólo quienes la […]
Europa se encuentra en punto muerto al asumir que la resolución de la crisis de la zona euro debe ser unánime. Sin embargo, no tiene necesidad de ello. Podría resolverla por medio de la ‘cooperación reforzada’ que precisa apoyo de nueve o más estados miembros, porque en una moción para cooperación reforzada sólo quienes la apoyan la votan. Esta podría ser la vía tanto para mutualizar una parte de la deuda de la mayoría de los estados miembros a tipos de interés más reducidos, como para emitir bonos para financiar la recuperación.
¿Existe un precedente? Sí, la introducción misma del euro fue un caso de facto de cooperación reforzada. La mayoría de los miembros se sumaron a ella, pero otros, no. Sobre la base de la cooperación reforzada, Alemania y otros estados miembros tales como Austria, Holanda y Finlandia pudieron mantener sus propios bonos, al mismo tiempo que el Reino Unido hacía lo propio con la libra esterlina en lugar de ingresar en el euro.
Tampoco necesita Alemania financiar al resto de Europa sus bonos para la recuperación. Estos podrían financiarse con una parte de las plusvalías globales, en vez de hacerlo mediante transferencias entre estados miembros. Los BRICs han estado pidiendo eurobonos desde el inicio de la crisis e invertirían en ellos. Quieren tanto que la eurozona sobreviva como que crezca para que mantenga sus exportaciones, lo mismo que los EE.UU.
Los que conocen bien el sector financiero confirman que subscribirían bonos europeos a menos del 2%. Los bancos centrales de las economías emergentes y los fondos de inversión soberanos los subscribirían por menos. El BCE podría retenerlos, aunque no pagar los intereses sin transferencias fiscales.
Pero el Fondo Europeo de Inversión, que uno de nosotros propuso a Jacques Delors para que emitiera Bonos de la Unión, y forma hoy parte del Banco Europeo de Inversión, ha confirmado al Comité Económico y Social de la UE que podría emitir bonos de recuperación sin una revisión del Tratado. Con ellos se cofinanciarían proyectos del BEI y se pagarían los intereses con los ingresos conjuntos que proporcionasen, sin necesidad de una política fiscal común.
Además, mientras muchos estados miembros se encuentran enormemente endeudados tras el rescate de los bancos, la EU misma apenas sí tiene deuda. No tenía deuda alguna hasta mayo de 2010, cuando el BCE empezó a hacer acopio de la deuda de algunos estados miembros y de deuda bancaria de dudoso cobro. A los EE.UU. les gustaría tener la misma suerte que Europa hoy. La UE, hundida más profundamente en su falta de confianza que en sus deudas, tiene la ventaja de un comienzo más tardío.
Las instituciones y procedimientos ya existen. No les hacen falta revisiones del Tratado. Los proyectos que han conseguido ser aprobados, pero se han quedado atascados por la falta de cofinanciación nacional durante la crisis de la eurozona, están, en palabras de Barack Obama, ‘con la pala lista’ para empezar. Europa podría cortar el nudo gordiano de la deuda gracias a la cooperación reforzada, conservar el euro y garantizar una recuperación económica al estilo del New Deal.
Stuart Holland fue, hasta 1989 diputado laborista en el Parlamento Británico. Colaboró luego política y científicamente con Jacques Delors en la UE- Actualmente es profesor de economía en la Universidad de Coimbra.
Yannis Varoufakis es profesor de política económica en la Universidad de Atenas.